miércoles, 14 de marzo de 2018

LA MUJER SUNAMITA! UNA MUJER DE FE


LA MUJER SUNAMITA! UNA MUJER DE FE.
La Palabra de Dios nos dice que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6)

Yo quiero ser un Hijo de Dios de Fe, todos los días de mi vida. Al leer la vida de La Mujer Sunamita, aprendemos el principio de CUIDAR CADA PALABRA QUE SALE DE NUESTROS LABIOS!  Aprendemos que debemos decir en medio de la adversidad.

2 Reyes 4:8-37

1. Ella era una mujer importante. A pesar de que tenía libertad financiera sabía que la bendición venia de parte de Dios. Por eso siempre busco tener un contacto con el profeta Eliseo. Ella vio cuán importante era tener al profeta a cada una de sus enseñanzas cerca de ella y de su familia. Fue tan importante para esta mujer que le hizo una habitación donde vivía, para poder hablar con él, y escuchar todo lo que Dios le hablaba.

 Ella le dijo a su marido: He aquí ahora yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te pido que hagamos un pequeño aposento y cuando el viniere a nosotros se quede en él. (2 Reyes 4:9-10)

2. Ella obtuvo respuesta a su oración, por ser cercana al Profeta de Dios y seguir sus enseñanzas obtuvo respuesta a su petición que ya había olvidado. Esta mujer ya había perdido la esperanza, había aceptado el ser una mujer sin fruto. Y ahí cuando ya no había casi esperanza, viene la oración de Eliseo. El anhelo más grande de su corazón, dar fruto… Dios respondió a esa oración, y al año siguiente ella tenía un hijo en sus brazos. (2 Reyes 4:17)

3. Ella enfrento la adversidad de la manera correcta. Su hijo un día tuvo un dolor de cabeza muy fuerte, el busco a su Padre y este lo envió a donde su madre. En ese momento esta mujer se da cuenta de la gravedad de este dolor. Y fue diligente en buscar al profeta. Ella no espero a ver qué pasaba con su hijo, fue pronta en buscar oración, en ir al monte de Dios. A pesar de que su esposo la quería detener.

Él le dijo: Para que vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. (2 Reyes 4:23)

4. Ella cuido cada palabra que salió de sus labios. En medio de su aflicción, su único hijo, por el cual había orado tanto tiempo, el tesoro de su corazón, estaba en peligro de muerte, el dolor, la  preocupación en su corazón era muy grande. Cuando su esposo le pregunta, para que vas a ir a ver al profeta hoy? Cual fue la respuesta de ella? … su única palabra fue PAZ.  Ella podría haberle dicho, pero es que no te importa tu hijo? muchas palabras negativas por la presión del momento. Mas esta mujer sunamita guardo cada palabra que salió de sus labios así que solo dijo PAZ.


Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita. Ve corriendo a recibirla y pregúntale: Te va bien a ti? Le va bien a tu marido y a tu hijo? Y ella dijo: BIEN. Ella podría contarle a Giezi todo lo enfermo que estaba su hijo, pero ella evito y lo único que dijo fue ESTAN BIEN! (2 Reyes 4:25-26)

5. Ella supo ir a la fuente correcta para ser motivada. Ella evito decir, confesar el problema que estaba viviendo a sus conocidos. Tomo la decisión de buscar en Dios una respuesta a su necesidad.

Dijo la madre del niño: vive Jehová y vive tu alma que no te dejare. (2 Reyes 4:30)  Ella le dijo lo mismo que Eliseo le dijo a su maestro Elías   vive Jehová y vive tu alma que no te dejare.

Ella estuvo dispuesta a luchar por una respuesta. Se aferró de Dios de tal manera que sabía que obtendría el milagro. En su corazón estaba la fe que ella necesitaba para ver este milagro una realidad.

Así como esta mujer, cuidemos nuestras palabras en medio de situaciones difíciles. Seamos diligentes en buscar de Dios, y aferrémonos de su mano de tal manera que no la soltemos hasta ver respuesta a nuestra oración! Dios es un Dios de milagros! Él puede responder a tu más grande necesidad hoy!
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