sábado, 14 de agosto de 2010

UN ABISMO LLAMA A OTRO ABISMO

UN ABISMO LLAMA A OTRO ABISMO
Lectura bíblica: Sal. 42:7; Mr. 4:5-6; Is. 39:1-6; 2 Co. 12:1-4; Hch. 5:1-5
En Salmos 42:7 dice: “Un abismo llama a otro”. Solamente el llamado de un abismo puede lograr que otro abismo responda. Lo superficial no puede descender a los abismos ni penetrar jamás a las partes más hondas, ya que lo profundo sólo responde a lo profundo. Sólo lo que procede de lo más íntimo de nuestro ser puede lograr una respuesta íntima. Cuando escuchamos un mensaje, lo único que conmueve nuestro interior es lo que proviene del interior del que habla; si no sale nada de lo profundo de su ser, la ayuda que recibimos es superficial. Debemos ver que la profundidad espiritual es crucial, pues sólo lo que brote de allí podrá tocar lo profundo del ser de otros. Si nuestro ser interior no recibe ayuda ni beneficio, nunca brotará nada de él. Si queremos ayudar espiritualmente a alguien, algo debe brotar de lo profundo de nuestro ser. Si no cavamos profundo en nuestro interior, nunca podremos llegar a nadie. A menos que nuestras palabras salgan de lo más recóndito de nuestro ser, no tocaremos lo profundo de otros. Podemos estimular sus emociones y pensamientos; podemos hacer que lloren, se alegren o se conmuevan, pero sólo “un abismo llama a otro”. Las expresiones superficiales nunca tocarán lo profundo de los demás.

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