viernes, 2 de julio de 2010

Defensa contra la distracción

Defensa contra la distracción
Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. Proverbios 4:23

Quizá no hubieran dormido lo suficiente la noche anterior. O quizá estuvieran agotados después de un largo día de trabajo. Es posible que el reloj haya indicado «la hora de dormir». Todos hemos sido víctimas de la somnolencia, por lo que no debiera sorprendernos que los tres hombres jóvenes se quedaran dormidos. ¡Pero sí nos sorprende! Porque era una noche muy importante. Esa noche, más que ninguna otra, requería de vigilancia disciplinada.

Jesús, a punto de iniciar su viaje hacia la cruz, les pidió a sus discípulos que oraran por él. Imagine su decepción cuando encontró a Pedro, a Santiago y a Juan durmiendo en el lugar donde les había pedido que oraran. Víctimas del sueño, los discípulos se perdieron la oportunidad de alentar y fortalecer a Jesús en su momento de mayor necesidad. Y también la oportunidad de fortalecerse ellos mismos a través de la oración.

Satanás sabe que puede impedir que adoremos a Dios, que puede evitar que crezca nuestro poder espiritual. Sabe distraernos. Sabe impedir que adoremos con muchas de sus tácticas. ¿Cuántas veces nos distrajo la televisión, el teléfono, la limpieza de la casa, las tareas, las ocupaciones, el sueño... impidiendo nuestro momento de oración y adoración? Cuando preparamos nuestros corazones para la adoración personal, debemos recordar guardar nuestros corazones contra las distracciones de Satanás.

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