viernes, 21 de noviembre de 2025

Renovación mental para desarrollar el carácter de Cristo por el Espíritu Santo

 


Renovación mental para desarrollar el carácter de Cristo por el Espíritu Santo

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

Cuando indagamos por la definición de carácter nos encontramos que este es el conjunto de rasgos y cualidades psíquicas y afectivas que definen la manera de ser y actuar de una persona o colectivo. También se refiere a la firmeza y energía de una persona. El carácter se desarrolla a lo largo de la vida y está influenciado tanto por la predisposición hereditaria (temperamento) como por el ambiente y las experiencias.

Pero para verlo en el caso de Dios, no podemos definir su carácter como un rasgo de cualidades psíquicas y afectivas pues la esencia Divina no está en el alma sino en el Espíritu. Y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son Dios, un solo Dios verdadero y a la vez tres personas distintas, con pensamientos, sentimientos y voluntad, por lo cual su carácter está definido por su propia esencia y atributos divinos en vez de por el ambiente y las experiencias.

De esta manera, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo presentan el mismo carácter, pues los tres tienen los mismos atributos divinos, que se manifiestan de manera particular de acuerdo al obrar de cada quien. Por eso al ver a la trinidad en esa unión perfecta, podemos ver al Espíritu Santo hacer lo mismo que hacía Jesús: no hablar por su propia cuenta sino hablar y hacer todo lo que el Padre y el Hijo le han enviado a hacer, tal y como dice Juan 16:13-15 “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”

Y ese ejemplo que nos da Jesús de hablar y hacer lo que el Padre le ha dicho, y que nos muestra también el Espíritu Santo, es clave para desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas, pues a medida que vamos cambiando y renovando nuestros pensamientos por los pensamientos de Dios, a través de la mente de Cristo, nuestra manera de hablar y actuar va a ser transformada tal y como lo declara Romanos 12:2. Así que hermanos, pidamos a Dios que lo que hablemos y hagamos sea lo que su Santo Espíritu nos enseñe y nos recuerde.    Oración.

«Espíritu Santo, gracias por enseñarme la importancia de renovar mi manera de pensar, gracias por llevarme a conocer los pensamientos de Dios, e impulsarme, al igual que lo hacía Cristo, a hablar y actuar solo lo que me revelas del Padre y del Hijo. Amen.

jueves, 20 de noviembre de 2025

Por la gracia de Dios podemos desarrollar el carácter de Cristo

 


Por la gracia de Dios podemos desarrollar el carácter de Cristo

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.» 1 Corintios 15:10

El apóstol Pablo pudo experimentar en su vida el poder de la gracia de Dios, por lo cual logró manifestar “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy”, y es que la gracia de Dios, ese regalo inmerecido dado a la humanidad mediante Jesucristo, quien se entregó como sacrificio para pagar el precio que demandaban nuestros pecados, no solo tiene el poder de salvar mediante la fe a todo aquel que cree en Jesucristo, sino que es capaz de transformar al creyente enseñándole a vivir de manera diferente como lo revela Tito 2:11-14 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”

Pablo es testimonio de ese cambio que trae la gracia de Dios, pues pasó de ser un perseguidor de cristianos, donde sus obras manifestaban odio, resentimiento y crueldad, llevando a hombres y mujeres a la cárcel por su creencia en Jesús como el Señor y Salvador, y aun consintiendo la muerte de los mismos, como pasó con Esteban (Hechos 8:1-3), hasta llegar a ser un ferviente servidor de Cristo, mostrando por medio de su servicio a los santos, su amor por el Señor, llegando a exteriorizar esas buenas obras que Dios había preparado de antemano para que anduviese en ellas, como lo dice Hechos 9:15 “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”

Como podemos ver en la vida de Pablo, la gracia de Dios obró en él, llevándolo a tener el carácter de Cristo, al punto de declarar en 1 Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” Y en Filipenses 3:17 “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.” Así que hermanos, pidamos a Dios que su gracia nos baste y que su poder se perfeccione en nuestra debilidad, llevándonos a desarrollar el carácter de su Hijo Jesús, para que al igual que Pablo sirvamos en amor.   Oración.

«Señor Jesús, por tu gracia y amor soy una nueva creación, tú me has hecho nuevo, ahora vives en mí, ayúdame para que tu gracia se perfeccione en mi debilidad, y pueda ver tu perfecta voluntad manifestándose en mi vida expresando el carácter de Cristo. Amen.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Nuestra meta: desarrollar el carácter de Cristo


 

Nuestra meta: desarrollar el carácter de Cristo

 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.» Romanos 13:8

Desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas, debería ser una meta que anhelemos alcanzar, pues su carácter refleja: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, características del fruto del Espíritu Santo, que sin lugar a dudas nos llevarán a experimentar la nueva vida que Cristo ganó para nosotros en la cruz.

El Espíritu Santo quien ahora habita en cada uno de nosotros los creyentes, nos ayuda continuamente a desarrollar el carácter del Hijo de Dios, enseñándonos y guiándonos a una vida que tenga coherencia, comenzando desde nuestra creencia, pasando por nuestra forma de expresarnos, hasta llegar a nuestra manera de actuar.

Ahora bien, debemos aclarar que esa coherencia que se ve manifestada gracias al carácter de Cristo en nosotros, empieza desde el interior, y no desde el exterior, es decir, que las obras que se manifiestan de acuerdo a nuestra manera de actuar, son el resultado de nuestra fe y nuestra relación con Dios, quien por medio de la comunión del Espíritu Santo, nos impulsa, colocando en nosotros el querer como el hacer, pues ambas cosas son importantes como declara Santiago 2:14-17 “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”

Por lo tanto hermanos, pidamos a Dios, nos permita tener una fe que obre por amor como se nos enseña en Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.” Para que de esta manera se muestren en nuestras vidas esas buenas obras que Dios ha dispuesto para que andemos en ellas, permitiendo que su amor se refleje en nosotros y nos lleve a la misma vida coherente de Cristo Jesús.    Oración.

«Padre Dios, te pido que tu Santo Espíritu desarrolle el carácter de tu amado Hijo en mí, que produzca tanto el querer como el hacer de Cristo en mi vida, llevándome a tener una vida donde mi creencia se convierta en vivencia gracias a tu amor. Amen

martes, 18 de noviembre de 2025

El carácter del Hijo en el creyente

 


El carácter del Hijo en el creyente

«Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.» Juan 15:13

“Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Juan 15:15

“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.” 1 Juan 3:16

En la vida de Jesús, podemos ver muchas característica que resaltan: entre ellas está su coherencia, coherencia que nos permite apreciar precisamente el carácter de Jesús como Hijo, pues Jesús hablaba lo que escuchaba del Padre y hacia lo que veía del Padre, y esa coherencia es la misma que el Espíritu Santo quiere desarrollar en nuestras vidas, enseñándonos todas las cosas y recordándonos las palabras de Jesús, para que podamos reflejarlo, pues es necesario que lo que predicamos sea coherente con lo que practicamos, es necesario que haya coherencia entre nuestra creencia y nuestra vivencia, que lo que digamos sea congruente con lo que realizamos.

El hablar y el actuar de Jesús mostraban coherencia, lo cual nos manifiesta su carácter, por ejemplo Él les dijo a sus discípulos que nadie tenía un mayor amor que el poner su vida por sus amigos (Juan 15:13), y también les dejó claro que Él los consideraba sus amigos (Juan 15:15), para al final demostrarles con hechos, lo que decía con sus palabras, pues su amor por ellos fue demostrado en la cruz (1 Juan 3:16); y no solo por ellos, que eran sus amigos, sino también por sus enemigos, pues gracias a la obra en la cruz, toda la humanidad, que por causa del pecado se constituía enemiga de Dios, tuvo la oportunidad (para quienes creen en Jesús) que fuera reconciliada con Dios (Romanos 5:8-10).

Por eso en esa coherencia que caracteriza a Jesús, nos pide hacer lo mismo que él hizo: amar también a los enemigos. Por lo tanto, dejemos vivir a Cristo en nosotros, para también tener coherencia, y así cuando predicamos amar al prójimo podamos amar tanto a los amigos, como también a los que no lo son. Hermanos, los creyentes somos cartas abiertas, por medio de las cuales las personas pueden ver a Cristo, de ahí la importancia que al igual que Jesús nuestras vidas expresen coherencia, para decir y hacer lo que Cristo nos ha enseñado por medio de su Espíritu manifestando el carácter del Hijo en nuestras vidas.    Oración.

«Señor Jesús desarrolla tu carácter en mi vida, quiero ser coherente, que mi fe se vea reflejada en mi manera de vivir, que tu amor se manifieste en mi manera de hablar pero también en mi actuar, que cuando me vean, en realidad te vean a ti. Amen.

lunes, 17 de noviembre de 2025

La misericordia, otra característica de Cristo

 


La misericordia, otra característica de Cristo

“Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia” Salmos 103:8

“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.” Lucas 6:36

En las sagradas escrituras encontramos muchos pasajes que nos hablan de la misericordia de Dios, uno de ellos es el Salmo 103:8 donde el salmista resalta este atributo maravilloso de Dios, gracias al cual nosotros como pecadores no recibimos lo que merecen nuestros actos, en cambio podemos ver y experimentar el perdón de Dios al arrepentirnos.

Cuando estudiamos la vida de Jesús, podemos ver en Él, el mismo carácter de su Padre Dios, por lo cual nos pide en Lucas 6:36 que seamos misericordiosos así como nuestro Padre Dios es misericordioso, invitándonos de esta manera a no pagar mal por mal, a no mirar la paja en el ojo del hermano, sino más bien en amor: a perdonar, a bendecir y no maldecir.

Cuando Jesús nos pide algo, Él mismo nos da ejemplo y nos enseña cómo hacerlo, así, en el caso de la misericordia, podemos ver una demostración hermosa en el relato que encontramos en Juan 8:1-11, en esta historia los escribas y fariseos traen a Jesús, a una mujer sorprendida en adulterio, y le dicen que la ley de Moisés ordena apedrearla; pero en un acto de amor y justicia único, el Señor, después de que todos se han ido, pues sus conciencias los acusaban de pecado, muestra su misericordia con dicha mujer al decirle “¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” De esta manera la misericordia triunfó sobre el juicio como lo dice Santiago 2:13 “Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio”, pero es necesario aclarar que Jesús no pasó por encima de la ley, sino que él mismo llevaría el pago del pecado de aquella mujer en la cruz, tal y como dice Efesios 2:4-5 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”

Si vemos bien, aquella mujer estaba sentenciada a muerte, la ley era clara, sus obras hablaban por sí solas, pero en un acto de amor Jesús le mostró misericordia y le ofreció perdón, y una nueva oportunidad de vida al decirle “Ni yo te condeno; vete, y no peques más”. Hermanos, eso mismo es lo que debemos aprender: misericordia que obra por amor.  Oración.

«Señor Jesús, enséñame a ser misericordioso como tú, que en mi trato con mis semejantes pueda dar de tu amor y tu perdón. Amen.

domingo, 16 de noviembre de 2025

La humildad, otro distintivo del carácter de Cristo

 


La humildad, otro distintivo del carácter de Cristo

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8

A través de la Biblia encontramos cómo Dios nos llama a ser humildes, por ejemplo el Salmo 138:6a dice: “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde”; en Mateo 18:4 Jesús declara: “Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.”; y en Filipenses 2:3 Pablo nos exhorta “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”

Hoy en día lastimosamente muchos creyentes no le han permitido al Espíritu Santo desarrollar la humildad de Cristo en sus vidas, así en vez de que sobresalga la humildad del carácter de Cristo, han seguido dejando que sea el viejo hombre, que es orgulloso y soberbio, el que tome el control en muchas situaciones de la vida diaria. Dios no quiere que sigamos viviendo así, pues esa no es la nueva vida que Cristo nos ha dado a los creyentes.

Pablo en su carta a los Filipenses les escribe para que tengan el mismo sentir que hubo en Cristo, refiriéndose precisamente a la humildad, ese rasgo importante del carácter de Jesús, enseñándoles que para esto es necesario despojarse de todo aquello que lleva a hacerlos sentirse más que los demás, por eso también en Filipenses 3:7-8 dice “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.

Hermanos, aprendamos de Jesús, quien siendo Dios se hizo hombre y fue obediente a su Padre hasta la muerte y muerte de cruz, como está escrito en Filipenses 2:5-8 y atendamos al llamado que Dios nos hace por medio del Apóstol Pablo en Efesios 4:1-3 cuando dice: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”   Oración.

«Señor Jesús, te pido que tu humildad sea también un rasgo característico en mi vida, que en cada situación de mi diario vivir, seas tú, por medio de tu Santo Espíritu expresando esa humildad hacia los demás, para que muchos lleguen a ti. Amen.

sábado, 15 de noviembre de 2025

El amor, rasgo fundamental del carácter de Cristo

 


El amor, rasgo fundamental del carácter de Cristo

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8

Cuando miramos a Jesús, en el momento más difícil de su vida, estando en la cruz, lo que vemos que salió de él fue amor, por eso ante la injusticia, las calumnias, los maltratos, las burlas pudo decir: «¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!» (Lucas 23:34). Mostrándonos que podemos perdonar, gracias al amor como dice 1 Pedro 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.”

Jesús estando en la cruz, tuvo tiempo de demostrar su amor por un pecador arrepentido y ante la súplica del ladrón su respuesta fue: «En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso.» (Lucas 23:43).

Enseñándonos que aún en las circunstancias más adversas que tengamos que atravesar, podemos, por amor. ayudar a quien lo necesite, y la mejor forma de hacerlo es compartiendo del gran amor de Cristo.

Aun en esa situación tan difícil en la cruz, donde Jesús se estaba desangrando, estaba sufriendo y se estaba muriendo, pudo tener cuidado de su madre y su amigo expresando por amor «Mujer, he ahí tu hijo. He ahí tu madre.» (Juan 19:26-27). Recordándonos que el amor nos lleva siempre a pensar en los demás, y una manera práctica de demostrar amor, es seguir sirviendo a los demás, a pesar de las situaciones que estemos atravesando.

En la vida hay períodos difíciles, situaciones que nos llevan a estar bajo presión, circunstancias que generan estrés y nos conducen a reaccionar de diferentes maneras, así que preguntémonos ¿Cómo estamos reaccionando y qué está saliendo de nosotros cuando enfrentamos dichas circunstancias difíciles? Por ejemplo cuando somos tratados injustamente, ¿Cómo es nuestra reacción?, cuando nos maltratan y calumnian ¿Cómo respondemos?, ¿tratamos igual o peor a las personas que nos ofenden?

Hermanos, pidamos a Dios que su Santo Espíritu forme en nosotros el carácter de su Hijo, para que al igual que Jesús, cuando la vida nos ponga bajo presión, de nuestro interior lo que brote sea el amor de Dios, ese amor que llevó a Cristo a morir para salvar a los pecadores que en Él creyesen como dice Romanos 5:8.    Oración.

«Amado Jesús, gracias por tu gran amor, gracias por morir por mí en la cruz, gracias porque aunque no lo merecía, fuiste capaz de dar tu vida para que yo tuviera una nueva vida, una vida abundante, una vida que es eterna, tu vida. Amen.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Los evangelios nos revelan el carácter del Hijo

 


Los evangelios nos revelan el carácter del Hijo

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1:16

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:26

La palabra evangelio significa buenas nuevas, o buenas noticias, y estas buenas noticias o estas buenas nuevas hacen referencia a Cristo, pues las buenas noticias para la humanidad son que en Jesús hay perdón de pecados, salvación y vida eterna. Los evangelios nos muestran la preexistencia de Cristo, su nacimiento, vida, ministerio, obra, muerte y resurrección, nos revelan su carácter, y nos permiten ver el propósito de Dios para la humanidad por medio de su amado Hijo.

Los evangelios nos revelan claramente la ejecución del plan de salvación por parte de Dios para los hombres mediante la obra de Cristo en la cruz, con lo cual podemos apreciar esa vida con propósito que vivió Jesús, una vida que marcó un antes y un después, a tal punto que partió la historia de la humanidad en dos, por eso hoy podemos decir que estamos en el año 2025 después de Cristo.

Pero el impacto de Jesucristo no solo fue en la historia, sino en la vida de cada ser humano que se entrega por medio de la fe a Él, y sigue siendo tal, que hoy muchas personas que se encuentran vacías, sin esperanza, sin rumbo, desesperadas y angustiadas, encuentran en Jesús la solución para sus vidas, y es gracias al poder del evangelio que el mensaje de Cristo sigue llegando hasta lo último de la tierra, y sigue transformando la vida de la gente que por medio de la fe reciben a Jesús como Señor y Salvador.

Ahora bien es importante que sigamos compartiendo el evangelio, pues ahí se nos revela Cristo, su carácter, ese carácter que le permitió pasar por encima de las duras circunstancias que tuvo que afrontar, y que hoy a nosotros los creyentes al haber creído en Él, nos permite afrontar la vida de manera diferente, gracias a la nueva vida que es la de Cristo en nosotros. Por eso a medida que leamos y estudiemos los evangelios, el Espíritu Santo irá desarrollando el carácter de Cristo en nosotros para conformarnos a la imagen de Jesús.    Oración.

«Señor Jesús, gracias por tu Palabra, por el poder del evangelio, por medio del cual te revelas a nuestras vidas, gracias por tu Santo Espíritu, quien nos recuerda todo lo que tú has dicho, y nos transforma a tu imagen, desarrollando en nosotros tu carácter. Amen.