sábado, 28 de junio de 2025

El valor de la amistad

 


El valor de la amistad

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” Juan 15:14-15

“Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.” Mateo 26:48-50

Juan 15:15 nos muestra cómo Jesús consideraba amigos a sus discípulos, por eso en los sucesos relatados en el capítulo 26 de Mateo, se nos describe, seguido al arreglo por parte de Judas con los principales sacerdotes para traicionar a Jesús (Mateo 26:14-16), un acto íntimo de comunión conocido como la última cena, en ella el Señor manifiesta que será entregado por uno de ellos, sin embargo todos los que estaban ahí, eran considerados como sus amigos, y a ellos les da a conocer el nuevo pacto, basado en el derramamiento de su sangre para perdón de pecados (Mateo 26:17-29).

Hasta este momento, las acciones de Jesús descritas en el capítulo 26 de Mateo nos dejan ver la coherencia con sus palabras, pues él consideraba amigos a sus discípulos, y a ellos no les ocultó nada, antes les reveló lo que pasaría, a pesar de saber que ellos lo traicionarían, lo abandonarían y lo negarían más adelante, como se los dijo en Mateo 26:30-35.

Después de Jesús declararles lo que pasaría, continúo con ellos y los llevó a orar al lugar conocido como Getsemaní, donde abrió su corazón y les dejó ver su angustia y tristeza, mostrándonos lo que los amigos deben hacer: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” Gálatas 6:2, y esa ley que nos habla aquí es la ley del Amor.

Y es precisamente esa ley del Amor, la que nos permite perdonar las ofensas más grandes y aun seguir considerando amigos a las personas que nos ofenden, como lo hizo Jesús con Judas, a quien le dijo amigo aun después de que él lo traicionó entregándolo con un beso. Por eso hermanos, no dejemos que el rencor, el dolor, la tristeza o el desengaño nos impidan perdonar, sino que sigamos el ejemplo de Jesús: perdonando y cultivando la amistad.  Oración.

«Señor Jesús, gracias por ser mi amigo fiel, porque esa buena obra que empezaste en mí, la terminarás; gracias por tu ejemplo de amor, que me motiva a amar y perdonar a otros, cultivando la amistad y fortaleciendo esas hermosas relaciones que me has dado. Amen.

viernes, 27 de junio de 2025

Llenura del Espíritu y servicio en Amor

 

Llenura del Espíritu y servicio en Amor

“Más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.” Mateo 25:4


“Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” Mateo 25:20-21

“Y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Mateo 25:32-34

En el capítulo 25 del evangelio de Mateo, Jesús nos muestra la manera en que los creyentes debemos esperar su segunda venida. Por una parte, a través de la parábola de las diez vírgenes nos enseña que debemos estar a la expectativa y esperar su regreso de manera prudente; en esta parábola las vírgenes prudentes son aquellas que han traído consigo aceite para sus lámparas, lo que nos recuerda la exhortación dada por el apóstol Pablo en Efesios 5:18 de ser llenos del Espíritu, pues Él es como el aceite para la lámpara, combustible que le permite alumbrar; de esta manera para nosotros los creyentes la llenura del Espíritu Santo nos permitirá que Él, en comunión, nos de revelación, iluminando su Palabra, que es la lámpara para nuestras vidas, para poder estar preparados para la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.

Por otra parte, en la parábola de los talentos Jesús nos motiva a poner a su servicio, en humildad, esos dones y talentos que nos han sido dados, hasta que Él vuelva; pero este trabajo debe ser hecho en amor, con el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu como dice Romanos 5:5, pues sin amor, esas obras no tendrían valor, como declara 1 Corintios 13:1-3, además al servir en amor, ese mismo amor de Dios echa fuera todo temor, temor que nos impide desarrollar los dones que Dios nos ha entregado. Finalmente, si somos llenos del Espíritu y ponemos esos talentos al servicio de Dios en humildad y amor para evangelizar, entonces cuando Jesús regrese para juzgar a las naciones, muchos podrán estar también en medio de aquellas ovejas que nos representan a nosotros los creyentes, que tenemos ese regalo inmerecido de ser llamados hijos de Dios y por lo tanto se nos ha otorgado por gracia el vivir y reinar junto con Jesucristo.   Oración.

«Espíritu Santo lléname y ayúdame a evangelizar en amor: alimentando al hambriento, visitando al enfermo y al que está en prisión, ayudando al extranjero y al necesitado. Amen

jueves, 26 de junio de 2025

La segunda venida de Jesús

 


La segunda venida de Jesús

“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” Mateo 24:4-8

En estos últimos años hemos visto cómo las enseñanzas de Jesús sobre los últimos tiempos, han cobrado más relevancia que nunca, pues sin lugar a dudas estamos viviendo estos últimos tiempos de los cuales nos habla Jesús en el capítulo 24 del evangelio de Mateo.

Guerras, rumores de guerras, pestes, hambres y terremotos son noticias que a menudo ocupan los titulares de los noticieros e inundan las redes sociales con información que en ocasiones genera ansiedad y miedo. Pero el Señor Jesús en medio de su palabra profética nos alienta diciéndonos “mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.”

Y sus palabras de aliento son precisamente para que nosotros sus seguidores continuemos siendo esos instrumentos de su amor en ese maravilloso plan de salvación para la humanidad. Por eso Mateo 24:45-47 dice: “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.”

Y ese alimento a tiempo es ese mensaje poderoso del evangelio que puede salvar a todo aquel que deposite su fe en Jesús, mensaje que hoy es primordial pues como dice Lucas 18:8b “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”, y recordemos que la fe viene por oír la Palabra de Dios. Además, el mensaje del evangelio aviva el fuego del amor en los creyentes y es vital para contrarrestar lo dicho en Mateo 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. Así que hermanos, sabiendo que estamos viviendo en los últimos tiempos, prediquemos y practiquemos el evangelio, para que con el ejemplo muchos reciban a Cristo como su salvador.  Oración.

«Espíritu de Dios, gracias por alentar mi corazón y darme esperanza en medio de estos tiempos tan difíciles para la humanidad, que ese amor que has derramado en mi corazón, me lleve a predicar y a practicar tu evangelio para alcanzar a muchos para Cristo. Amen.

miércoles, 25 de junio de 2025

Coherencia de Amor

 


Coherencia de Amor

Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.” Mateo 23:1-3

“El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” Mateo 23:11-12

En el capítulo 23 del evangelio de Mateo vemos una dura reprimenda que Jesús hace a los líderes religiosos de su época; si bien Jesús les dice a sus oyentes y a sus discípulos que lo que ellos les enseñan deben guardarlo, es decir aprenderlo, y también deben hacerlo, es decir obedecerlo, tengan cuidado en seguir el ejemplo que estos líderes daban, pues decían pero no hacían.

Hoy en día tenemos el mismo problema que se tenía con las personas de liderazgo e influencia del pueblo Judío; pues en diferentes ámbitos como en el liderazgo político, en el liderazgo laboral, en el liderazgo espiritual y aun en el liderazgo familiar, una gran mayoría predica pero no aplica.

El gran problema lo podemos identificar en lo que les ocurrió a aquellos escribas y fariseos que el Señor llamó hipócritas, pues el orgullo que ellos tenían les impidió llevar a cabo la función por la cual habían sido colocados en aquellos puestos de liderazgo, que era precisamente enseñar al pueblo a acercarse a Dios, así que su orgullo fue el gran problema, pues les impedía ver la corrupción que tenían por dentro.

Hermanos, pidamos a Dios que nos muestre si tenemos orgullo, pues este es el principal obstáculo para poder ser coherentes en nuestras vidas cristianas, pues el orgullo enceguece, nos hace vivir en legalismo, engañándonos y llevándonos a pensar que nuestras obras son más importantes que nuestra relación con Dios, y nos lleva a vivir vidas en derrota, pues podemos llegar a convertirnos como eran esos fariseos o escribas que por cumplir mandamientos externos se habían olvidado de la esencia de la ley: el amor. Así que también pidamos humildad, para reconocer que es la obra de Cristo en nosotros la que permitirá que seamos ejemplo de vida, y al igual que Jesús, poder ser siervos que practicamos lo que predicamos.  Oración.

«Padre Dios perdóname por el orgullo que aún tengo en mi vida, que tu amor transforme ese orgullo en humildad, quiero seguir el ejemplo de Jesús y servir en amor, teniendo una vida coherente, llevando mi creencia a una vivencia de amor. Amen.

martes, 24 de junio de 2025

Vivir en Amor

 


Vivir en Amor

“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:36-40

El Señor Jesús aprovecha esta ocasión en donde un intérprete de la ley le pregunta “¿cuál es el gran mandamiento en la ley?”, para enseñarnos una verdad fundamental para todo creyente: la vida cristiana se debe vivir en amor.

Y es maravilloso saber que Mateo inspirado por el Espíritu Santo nos transmite esta verdad revelándonos a nosotros los creyentes que el amar a Dios debe ser lo más importante en nuestra vida, e involucra: pensamientos, sentimientos y voluntad, es decir debe ser algo consciente, profundo y debe llevarnos a un actuar.

Por esto Jesús no solamente indicó cuál era el primero y más grande de los mandamientos, sino que su respuesta fue complementada con el segundo mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pues el amar correctamente a Dios nos conducirá a cumplir sus mandamientos, manifestando esa obediencia en el amor al prójimo, pues como dice Romanos 13:8 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.”

Ahora bien es necesario aclarar que la manera correcta de amar a Dios y al prójimo no es con nuestro amor humano e imperfecto, sino con el Amor perfecto de Dios, y es por eso que Jesús declara “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Juan 13:34).

Cuando Jesús nos da este nuevo mandamiento nos está indicando que debemos amar como Él nos ha amado, es decir con su Amor, el Amor de Dios, y esto es posible gracias a la obra de Cristo, pues todo creyente al depositar su fe en Jesucristo y al aceptarlo como su Señor y Salvador personal, recibe al Espíritu Santo quien derrama el Amor de Dios en su corazón (Romanos 5:5). Por eso hermanos vivamos en Amor.    Oración.

«Señor Jesús llévame por tu camino, limpia mi corazón y mi mente, endereza mis veredas, enséñame el camino diferente de tu amor, ese amor que es paciente y bondadoso, que no es envidioso ni jactancioso, ni tampoco orgulloso, que no se comporta con rudeza, que no es egoísta, que no se enoja fácilmente, que no guarda rencor, que no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad, que todo lo disculpa, que todo lo cree, que todo lo espera y todo lo soporta. Amen.

lunes, 23 de junio de 2025

Fe que lleva a la adoración

 


Fe que lleva a la adoración

“Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron, y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: de la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?” Mateo 21:14-16

En este pasaje escrito por Mateo, inspirado por el Espíritu Santo, se relata un episodio que nos revela una gran enseñanza de cómo recibir el mensaje de Dios; en él podemos apreciar dos maneras diferentes de percibir un mismo hecho.

Por un lado están los principales sacerdotes y los escribas, personas con una alta educación, de gran prestigio e influencia política y religiosa, quienes ante las maravillas que hacía Jesús y ante la exaltación que le daban los niños, se indignaban, lo que nos permite entender lo que había en sus corazones: incredulidad; ellos no podían entender que Jesús era digno de recibir toda alabanza y toda adoración al ser Él el mismo Dios encarnado, el Mesías prometido.

Por el otro lado están los niños, que aquí se mencionan como muchachos, quienes a su corta edad, no tenían cómo compararse con los sacerdotes y escribas; ellos eran quienes de manera natural alababan y exaltaban a Jesús diciéndole ¡Hosanna al Hijo de David!, lo cual nos revela lo que había en sus corazones: fe.

Ante el mismo hecho: las maravillas que hacía Jesús, dos percepciones totalmente opuestas, una de indignación por pensar que Jesús aceptara el honor que solo se le da a Dios y que conducía a rechazarlo como Salvador; y la otra de adoración, al exaltar a Jesús y darle el honor que le correspondía como Dios y que conducía a aceptarlo como Salvador.

Hermanos, tanto los sacerdotes y escribas como los niños, presenciaron lo mismo, pero la fe de esos pequeños hizo la diferencia para recibir correctamente el mensaje dado por Jesús a través de sus maravillas, así que pidamos a Dios una fe como la de aquellos pequeños para aceptar el mensaje del evangelio y ofrecer siempre a Dios, por medio de Jesucristo, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre (Hebreos 13:15).   Oración.

«Padre Dios, te pido en el nombre de tu amado Hijo Jesús, me des una fe como la de un niño que al ver tus maravillas te puede adorar y exaltar de manera natural, pues tú dices en tu Palabra que de la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza. Amen.

domingo, 22 de junio de 2025

El servicio un acto de Amor

 


El servicio un acto de Amor

“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Mateo 20:25-28

Los discípulos habían estado discutiendo de quien sería el mayor en el Reino de los cielos, ahora la madre de dos de ellos le pide al Señor Jesús que se le conceda que sus hijos se sienten a su derecha y a su izquierda cuando establezca su Reino, petición que enojó al resto de los apóstoles.

Nuevamente Jesús aprovecha la situación para enseñarle a sus discípulos, pero también a todos nosotros que somos creyentes, que en su Reino las cosas son muy diferentes a como se manejan en el mundo, mientras que en la tierra las personas están acostumbradas a adquirir poder para tener estatus y estar por encima de los demás, teniendo a su servicio a otros, en el Reino de Dios los grandes no es a quienes se sirve, sino quienes sirven.

Jesús con su propio ejemplo de vida nos enseña la grandeza del servicio, pues Él mismo siendo Dios, no estimó el ser igual a Dios, sino antes bien se hizo hombre para venir, y en un acto de amor, ir a la cruz para salvar a una humanidad pecadora, otorgando perdón de pecados, salvación y vida eterna a todo aquel que deposite su fe en El.

El servicio debe convertirse en un estilo de vida, si en nuestro trabajo, en nuestros hogares, con nuestros amigos, nos ponemos en una actitud de servicio, podremos comprobar cómo se armonizan relaciones, cómo matrimonios son restaurados, y en general cómo nuestra vida empieza a cambiar, pues el servicio es una práctica que nos ayudará a tener humildad, y recordemos que “Jehová exalta a los humildes, y humilla a los impíos hasta la tierra.” (Salmos 147:6).

Hermanos, El Señor nos enseña que el servicio es un acto de Amor, así que escuchemos atentamente sus Palabras y su invitación a llevar una vida de servicio en Amor, y comencemos a servir.   Oración.

«Padre Dios, que tu Santo Espíritu me ayude a poner mi vida a tu servicio, quiero poderte servir a Ti en amor, también quiero ser un instrumento de tu amor para servir a otros, , hermanos, familiares, amigos y aun a desconocidos. Amen.

sábado, 21 de junio de 2025

Humildad, sinónimo de grandeza en el Reino de Dios

 


Humildad, sinónimo de grandeza en el Reino de Dios

“En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.” Mateo 18:1-5

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Mateo 18:21-22

Entre los discípulos había disputas y discusiones de quién de ellos sería el mayor en el Reino de los cielos, (Marcos 9:33-37; Lucas 9:46-48), Jesús aprovechando la situación, les da un ejemplo claro al poner un niño en medio de ellos y decirles “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.” De esta manera deja claro, que alguien que no se humille como un niño, quien depende exclusivamente de sus padres o de un adulto, ni siquiera puede entrar en su Reino.

Esto nos muestra la importancia de la humildad, pues precisamente para entrar en el Reino de los cielos, necesitamos arrepentirnos, y reconocer, al igual que un niño, que dependemos de Dios, por lo cual al hacernos como niños, no buscamos por medio de nuestras obras alcanzar lo que Dios nos da por su gracia, simplemente recibimos al creer, todo lo que Dios tiene para nosotros; al depositar nuestra fe en Jesucristo.

Ahora bien, el ser humildes como un niño es fundamental en nuestro crecimiento espiritual, por eso en Mateo 18:15-35 Jesús enseña de la importancia del perdón, y es que para perdonar es necesario ser como un niño, pues ellos son expertos en olvidar las ofensas y continuar como si nada hubiera pasado, así que por medio de la gracia y el poder de Dios es que podemos desarrollar esa humildad que nos permita perdonar como niños.

Hermanos, ser humildes nos ayuda a ser más como Jesús, pues como dice el Señor “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” (Santiago 4:6). Así que pidamos a Dios ser como niños, quienes son ejemplo de humildad.   Oración.

«Espíritu Santo llévame a tener la humildad de un niño, esa humildad que me permita perdonar y olvidar de la misma manera que lo hace un pequeño, sin guardar rencores, pues mi deseo es ser más como Jesús. Amen.