El propósito de Dios es bendición
“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que
fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya
hecho lo que te he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová
está en este lugar, y yo no lo sabía”, Génesis 28:15-16
Recordando la historia, Jacob viene huyendo de su hermano
Esaú, quien quería matarlo, porque Jacob le había robado la bendición de la
primogenitura a Esaú. Pero Dios le muestra a Jacob que Él es su protector y
proveedor, y aunque estaba solo en tierra extraña y lejana, Él no lo
abandonaría. Dios no abandona sus propósitos, pues con Abraham había hecho un
pacto, el cual confirmó a su hijo Isaac y ahora a su nieto Jacob, y Dios le
dice: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la
tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu
descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al
oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en
ti y en tu simiente”, Gén 28:13-14. No hay nada que pueda detener los
propósitos del Señor.
Muchas veces los creyentes ignoramos la presencia de Dios y
sus designios; así como le pasó a Jacob cuando dijo: “Jehová está en este lugar,
y yo no lo sabía”. El Señor lo ha dicho una y otra vez en su Palabra, que no
nos dejará, ni nos desamparará, que estará con nosotros todos los días de
nuestra vida hasta que él haya cumplido su propósito en nuestra vida.
Hermano, nuestro corazón puede descansar en la fidelidad y el
poder de Dios; pues por su eterno e incondicional amor siempre lucha a nuestro
favor, Dios no nos soltará hasta terminar la buena obra que inició en nosotros
según su buena, perfecta y agradable voluntad. Oración.
Amado Dios, tú has prometido que me guardarás por donde
quiera que yo vaya, que cumplirás tu propósito en mí; y he creído en tu
Palabra, he descansado en tu fidelidad, pues tú eres mi escudo, mi fortaleza y
mi alto refugio. Señor, te doy gracias por estar presente en mi vida, por ser
mi protección y mi provisión. Amén.