Mi
pensamiento es Cristo
«Porque os
celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para
presentaros como una virgen pura a Cristo. Pero temo que como la serpiente con
su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de
la sincera fidelidad a Cristo» 2 Corintios 11:2-3
Este celo al
que se refiere Pablo proviene de la naturaleza divina y es diferente al que
surge de la naturaleza humana, porque el celo divino tiene el propósito de
cuidar y guardar de la destrucción, más el celo humano conduce al descontrol de
la mente y de las emociones, haciéndole prisionero de ese celo.
Dios nos
anhela sin reservas para Él, Santiago 4:5 dice: « ¿O pensáis que la Escritura
dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela
celosamente?»
Es notable
el hecho de que la desobediencia y la rebeldía para con Dios, nacen en el
pensamiento del hombre, y esto nos hace reflexionar sobre la fragilidad de
nuestros sentidos, a los cuales en muchas ocasiones seguimos su propio sentir y
he allí el gran problema.
Pues el
éxito de satanás, materializado en la serpiente, fue hacer que los sentidos de
Eva se enfocaran en algo diferente a Dios, usó algo cotidiano e inofensivo, el
fruto de un árbol, para causar un gran daño. Eva no tuvo que pronunciar palabra
alguna para caer, solo permitió que sus pensamientos se desviaran del
compromiso puro y sincero que tenía hacia Dios y el hombre; un poco de
seducción y un pequeño desvió del pensamiento le costó a la humanidad la
pérdida de la naturaleza divina y la destitución de la presencia de Dios. Para
esto, solo Jesucristo pudo ser el mediador y restaurar lo que la humanidad
perdió, por eso hoy más que nunca, nuestro pensamiento en su totalidad debe
estar sometido a Cristo, para que ningún engaño o falsa doctrina que tanto
acecha, nos haga caer.
Pablo
ansiaba que el amor de los creyentes de la iglesia fuera sólo para Cristo, así
como una novia pura que afirma su amor a un solo hombre, pues la devoción
simple y pura de los creyentes a Cristo debe ser firme y en sincera fidelidad.
Hermanos,
que los afanes y distracciones del mundo no saturen nuestra vida y perdamos el
amor y la fe por Cristo, pues somos llamados a ser auténticos creyentes. Oración.
«Amado Dios,
sé cuánto me amas y anhelas celosamente; por eso, al despertar cada mañana,
llevo cautivo mi pensamiento a Jesucristo, lleno mi mente de su Palabra para
estar firme a toda astucia de engaño y poder permanecer en sincera fidelidad.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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