La escalera
al cielo
“Y soñó: y
he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el
cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí,
Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de
Abraham tu padre, el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré
a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te
extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de
la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y
te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra;
porque no te dejaré hasta que te haya hecho lo que te he dicho. Y despertó
Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo
sabía”. Génesis 28:12-16
Si miramos
la vida de Jacob, no era precisamente alguien que tenía temor de Dios y
confiaba en Él. Por todos los problemas que causó con su manipulación y engaño
debió huir y sólo buscó a Dios para ponerse a salvo de su hermano Esaú quien lo
perseguía para matarlo. Le tocó dormir a la intemperie y con una almohada de
piedra. Fue allí, en esa situación tan vulnerable, que Dios lo visitó.
Y a veces
ocurre así en nuestras vidas, el tiempo de Dios para que se manifieste en
nosotros es cuando estamos desprovistos de todo y completamente desamparados.
¿Será que para que entendamos todo lo que Dios quiere de nosotros tenemos que
usar la almohada de Jacob? Vio una escalera de la tierra al cielo con ángeles
subiendo y bajando por ella y al mismo Dios en lo alto de ella. Esta imagen representa
la providencia de Dios, dispuesto a suplir nuestras necesidades. Nuestro Padre
sabe de qué tenemos necesidad antes de que le clamemos.
Pero, esta
escalera, también significa la mediación de Cristo. La base en la tierra es su
naturaleza humana y lo alto en el cielo su naturaleza divina. Cristo es la
escalera, el Camino que nos lleva al Padre, para alcanzar su favor. Por medio
de Él los pecadores nos acercamos al trono de gracia y no hay otro modo de
hacerlo. Jesús dijo en Juan 14:6 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí”.
Así como
Dios le habló a Jacob en su visión, le recordó las promesas y bendiciones que
tenía para él y prometió guardarlo. Todas las buenas nuevas que recibimos del
cielo sólo vienen a través de Jesucristo. Cristo es la gran bendición para la
humanidad y toda la familia es bendecida cuando cree en Él y se cobija bajo su
amparo.
Las mismas
palabras dichas a Jacob “He aquí yo estoy contigo” Jesús nos las repite para
darnos la seguridad de que nos ama y nunca nos abandona, a pesar de lo que
somos. Pidamos a Dios visión para entender su voluntad para nosotros y
recordemos Proverbios 29:18 “Donde no hay visión, el pueblo se extravía;
¡dichosos los que son obedientes a la ley!”
Oración.
«Amado
Señor, cuánto necesito tu Palabra en mi vida y tu visión reveladora de lo que
quieres de mí. Sin eso mi vida tambalea y no encuentro el rumbo. Me has dado tu
Palabra, sé que tienes un propósito y un plan para cumplir en mi vida, si
obedezco tu voluntad se harán realidad. Gracias Jesús por ser mi escalera al
Padre. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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