Jesús
llevará su iglesia (Parte 1)
«Entonces
los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el
reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los
tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis
poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió
una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el
cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones
con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por
qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros
al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo» Hechos 1:6-11
Después de
la Resurrección Jesús permaneció con sus discípulos cuarenta días dándoles
instrucciones y hablándoles acerca del Reino de Dios, para luego ascender al
cielo frente a la mirada de sus discípulos. Estos, atónitos y con sus ojos
puestos en el cielo, reciben la más alentadora promesa, que Jesús vendrá, así
como le habían visto subir al cielo, pues Jesús mismo lo había dicho: «Y si me
fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis» Juan 14:3.
En la agenda
de Dios hay un día y una hora programada para llevar a su iglesia con Él, viene
por aquellos que conforman el cuerpo de Cristo, su iglesia, aquellos que han
lavado sus pecados en la sangre del Cordero, aquellos que han nacido de nuevo
reconociendo y aceptando a Jesús como su único y suficiente Salvador.
La pregunta
es: ¿Estás listo para irte con el Señor? ¿Has recibido a Jesucristo en tu vida?
Dice la biblia en Juan 1:11 «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron». Es
sorprendente cuando Jesús entró a Jerusalén montado en un borriquito en medio
de voces de júbilo, en tanto en la sinagoga, los ancianos y maestros de la ley,
predicaban que vendría el Mesías prometido en las Escrituras, a redimir a su
pueblo, sin entender que ese mesías ya caminaba por las calles de Jerusalén.
Así están
muchos hoy, embebidos en la rutina, afanados por la vida, saturados con la
codicia, hundidos en el pecado, sin darse cuenta que Jesucristo está llamando a
la puerta de su vida, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan
al conocimiento de la verdad; Dios quiere salvar a toda la humanidad, por
tanto, confiesa con tu boca que Jesús es el Señor y cree en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos y serás salvo.
Hermano,
Jesucristo viene por su iglesia para estar con Él por toda la eternidad. Oración.
«Amado
Padre, doblego mi corazón ante ti, arrepentido de todo pecado y maravillado de
tu grandeza y de cuán perfecto eres. Sé que llegará el tiempo final y la puerta
se cerrará, te ruego por los míos que aún no te han recibido, toca su corazón
para que te busquen y sean librados del terrible día. Por mi parte, quiero
mantenerme puro en tu presencia, creyendo que me iré contigo, seré transformado
y vestido con vestidos resplandecientes. Señor Jesús, espero tu regreso. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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