¿Cristo está
en tu hogar?
«Porque ya
Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían ido cada uno a
su heredad para poseerla. Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de
Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales
habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.
Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Y
lo sepultaron en su heredad […]. Y toda aquella generación también fue reunida
por sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a
Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel». Jueces 2:6-10
Este pasaje
nos habla de una generación que abandonó al Dios de sus padres; e increíble que
los hijos de Josué, que experimentaron el cruce del Jordán y que sus abuelos
vieron cómo el ejército de faraón quedaba hundido en las aguas del mar rojo,
vieron el maná caer del cielo, el agua que brotó de la roca, la nube y la llama
de fuego que los conducía, y no conocían estos prodigios. Fue una descendencia
que la corriente del mundo los envolvió, generación que no conoció al Dios de
los milagros, al Dios de la siembra y de la cosecha, al Dios de los ejércitos.
La pregunta es: ¿quién es el culpable de no conocer al Dios de sus padres?,
pues Dios dio la instrucción y dijo: «Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en
tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las
atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y
las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas» Deuteronomio 6:6-9,
estos padres no obedecieron el mandato de Dios.
Ahora
echemos una mirada al interior de nuestra familia, ¿cómo están los cimientos en
nuestro hogar? ¿Cristo gobierna nuestra casa?, pues el hogar es el sitio donde
se cimentan las bases de la vida y solo se fortifican si, Cristo y su Palabra
son el alimento diario que sacia el vacío del niño, del adolescente, del joven,
del adulto y del anciano.
Padres,
instruyan a los niños en las Escrituras porque de lo contrario se va a levantar
una generación que se amolda fácilmente al mundo, a los placeres y al entorno.
Hoy se vive una desconexión familiar, se vive en la misma casa, comen en la
misma mesa, pero son unos completos desconocidos.
Ahora es la
oportunidad y nunca es demasiado tarde para dejar que Jesucristo tome la
dirección de nuestro hogar. Dice la Biblia: «Si Jehová no edificare la casa, en
vano trabajan los que la edifican». Oración.
«Amado
Padre, en el nombre de Jesucristo y bajo la autoridad y gracia concedida por su
gran amor, seré de bendición en mi casa, caminaré en rectitud y santidad, pues
es mi responsabilidad llevar el mensaje de salvación a mi hogar y así mi
descendencia será generación bendita y serán para tu servicio. Señor levantaré
altar familiar para ti en mi hogar y será lugar de restauración. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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