El Mesías
prometido
“Alégrate
mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey
vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un
pollino hijo de asna.” Zacarías 9:9
“Y trajeron
el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También
muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles,
y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás
daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!”
Marcos 11:7-10
El pueblo
escogido por Dios, a quienes fueron hechas las promesas, esperaban al mesías, a
ellos les fue dicho por medio del profeta Zacarías que se alegraran y dieran
voces de júbilo por su salvador. Por mucho tiempo esperaron al mesías
prometido, y cuando llegó, cumpliéndose la profecía, se regocijaron, tal y como
se describe en Marcos 11:9-10 dando voces de júbilo y diciendo: ¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro
padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!”. Muchos se maravillaban y
estaban alegres por todos los milagros que habían visto hacer a Jesús, pero
otros tantos no entendían en realidad lo que pasaba, pues más adelante
terminarían en medio de la multitud pidiendo la crucifixión del Hijo de Dios.
(Marcos 15:6-15).
Las personas
hoy en día aguardan con gran emoción y expectativa la navidad, aunque algunas
no tanto, pues este tiempo se les ha convertido tan solo en una tradición, o
simplemente les pasa desapercibido, pues no les interesa, o ni siquiera
entienden lo que se celebra. La emotividad de estas fechas en ocasiones solo
proviene de los regalos, la comida y las reuniones sociales y al igual que el
entusiasmo y la alegría de algunos judíos de la época de Jesús puede ser
pasajera; pero, para nosotros los cristianos, la temporada de navidad debe
tener un significado más profundo, pues se conmemora el nacimiento de Jesucristo,
nuestro salvador, (a pesar de que la fecha de su nacimiento no haya sido en
diciembre); hoy, cada uno de nosotros los creyentes debemos alegrarnos y dar
voces de júbilo, pero también debemos recordar que muchos siguen necesitando
del Salvador, así que aprovechemos estas festividades para compartir el mensaje
poderoso del evangelio, anunciando que el Mesías prometido quiere entrar a
vivir en el corazón de todo aquel que por fe lo quiera recibir. Oración.
«Padre Dios,
gracias porque el Mesías prometido es mi Salvador, ayúdame a compartir en el
poder de tu Santo Espíritu, tu evangelio, las buenas nuevas de salvación, para
que muchos puedan conocer al verdadero Mesías, a Jesús, el Hijo de Dios, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario