Amor
Redentor
“Y Jehová
Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” Génesis 3:21
“Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros.” Romanos 5:8
La reacción
de Dios frente a la traición del hombre es sorprendente, pues, aunque el hombre
había faltado a su amor, Él los cubrió con túnicas de pieles, quitando las
hojas de higuera que ellos mismos se habían colocado para tapar su desnudez;
esta acción, que implicó el primer sacrificio que se realizó en el mundo, nos
muestra el amor redentor de Dios.
Génesis 3:21
nos deja ver entre líneas que, lo hecho por Dios, involucró el derramamiento de
la sangre de los animales de los cuales se tomaron las pieles, pero además, nos
deja ver que este acto permitía cubrir el pecado; sin embargo, su amor iría más
allá, pues Dios ya tenía en mente un plan que no solo cubriría el pecado, sino
que lo quitaría y permitiría que esa relación de intimidad y amor inicial entre
Dios y el hombre fuera restaurada.
Es por eso
que, de manera profética, Dios declara en Génesis 3:15 “Y pondré enemistad
entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en
la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”, haciendo referencia al acto de
redención más grande jamás conocido, pues llevar a cabo su plan de salvación
implicaría el sacrificio de su propio Hijo, demostrando lo declarado en Romanos
5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.”
Este
maravilloso designio quitaría esa barrera de pecado que impedía, al hombre,
experimentar lo que es ser amado por Dios, para así poder corresponder y
compartir ese extraordinario amor. Hoy, más que nunca, compartamos de este amor
redentor, pues miles de personas se están perdiendo y Dios quiere seguir
vistiendo a la humanidad, pero ya no con pieles de animales, sino con la
santidad y amor que vienen por la fe en su amado Hijo Jesús. Oración.
«Padre
Santo, gracias por permitirme creer en tu amado Hijo, gracias por quitar mi
pecado y vestirme de tu santidad y amor, gracias por Jesucristo, quien con su
amor redentor me conquistó, gracias por tu Santo Espíritu, por quien tengo
comunión contigo, y gracias por llevarme a tu cruz para hacerme entender el
alto precio que tuviste que pagar por mi redención, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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