El lenguaje
de los cielos
“Los cielos
cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día
emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay
lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y
hasta el extremo del mundo sus palabras.” Salmos 19:1-4a
Al recordar
una noche de mi adolescencia, cuando regresaba de un paseo familiar en compañía
de mis primos y un tío que nos cuidaba, llegan a mi mente momentos
inolvidables, mi tío empezó a cantar una canción, precisamente que hablaba de
cómo los cielos cuentan la gloria de Dios; hoy, mi tío ya goza de la presencia
de Dios en su reino, pero su grato recuerdo siempre estará en mi corazón,
porque él fue la persona que me llevó a Cristo.
Génesis 1:1
declara que es Dios el creador de los cielos y la tierra, y el Salmo 19:1 nos
revela que los mismos cielos, su creación, cuentan su gloria, además, que el
firmamento anuncia en un lenguaje silencioso pero contundente la obra de sus
manos; si un día emite palabra a otro día y una noche declara sabiduría a otra,
cuánto más nosotros, sus hijos, debemos anunciar las grandezas de nuestro Dios,
que nos sacó de las tinieblas y nos trasladó al reino de su amado Hijo
(Colosenses 1:13).
No callemos,
que no sea por nosotros que se diga como menciona el salmo 19:3 “No hay
lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz.”, sino más bien, gracias a que
anunciamos la gloria de Dios, al igual que los cielos, y a que contamos como el
firmamento las obras de sus manos, podamos decir como manifiesta el Salmo 19:4
“Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.”
Compartir el
mensaje del evangelio en el lenguaje de los cielos, un lenguaje de amor,
siempre nos lleva a Jesús; la creación misma manifiesta la existencia de Dios y
su grandeza, pero a nosotros se nos ha encomendado llevar este mensaje
celestial hasta lo último de la tierra, como dice Marcos 16:15 “Y les dijo: Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Oración.
«Padre Dios,
hoy quiero agradecerte por aquella persona que me compartió tu mensaje de
salvación, gracias porque al declararme tu amor, mi vida y la de mi familia
cambiaron para siempre; oro, para que yo también pueda ser utilizado como un
instrumento en tus manos, para llevar tu evangelio hasta lo último de la
tierra, te lo pido en el nombre de tu Hijo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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