sábado, 30 de noviembre de 2024

Creced en la gracia

 


Creced en la gracia

“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” 2 Pedro 3:18

Estamos llamados a crecer como dice la escritura: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (2 Pedro 3:18) y también en Filipenses 1:9 se nos exhorta a crecer en amor, ciencia y en todo conocimiento: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento,”. Y la razón de este crecimiento es que nuestra relación con Dios es impactada directamente por la doctrina que creemos, hay engaños que son sutiles pero profundos e intentan dañar nuestra fe.

Entonces somos tentados a quedarnos donde estamos, a pensar que ya no necesitamos aprender y que ya con conocer algo de la doctrina es suficiente, pero la escritura nos exhorta a ser “arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”, (Colosenses 2:7); observemos que denota que permanezcamos firmes en Cristo, en la fe, con una firmeza en Cristo que se da por el uso de los sentidos espirituales como nos enseña Hebreos 5:14: “pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.

Debido a la la falta de crecimiento, muchos se han desviado de la fe porque intentaron en su fuerza agradar a Dios y terminaron fríos; prefirieron tirar la toalla, no sabiendo que también nuestro crecimiento en santidad y obediencia es por que permitimos que la gracia de Dios nos provea lo que la ley exige. ¿Si no conocemos esta verdad como vamos a crecer? (Tito 2:11-14)

La evidencia de la anterior afirmación y la respuesta a la pregunta planteada, la podemos evidenciar en la misma vida de Pablo, que por el Espíritu da testimonio del poder de la gracia en él: “por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” (1 Corintios 15:10)

Hermanos sigamos sin temor abandonando toda religiosidad el consejo por el Espíritu que Pablo le da a Timoteo: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.” (2 Timoteo 2:1).    Oración.

«Padre, me has dado descanso en Cristo Jesús y por su gracia soy lo que soy, viviendo en la libertad de Cristo, no para el pecado ni para satisfacer los deseos de la carne, sino para ser guiado por tu Espíritu, agradándote en todo. En el nombre de Jesús, amén.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Reflejar a Cristo por medio del Servicio


 

Reflejar a Cristo por medio del Servicio

“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”, Juan 12:26

“El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”, Mateo 10:40-42

Cuando le servimos, estamos llamados a seguirle, a caminar la senda que él caminó en obediencia al Padre, pero él, además de darnos capacidades espirituales y porqué no decirlo, materiales, nos hace ministros (representantes del Rey de Reyes) y donde estemos nosotros, él mismo está con nosotros, es decir, si estamos obedeciendo el llamado, las personas realmente a quien deben percibir a través de nosotros es a Jesús, sus atributos, pero también el encargo que él mismo nos hace. En pocas palabras se cumple lo que dice Mateo 10:40-42, cuando vamos a hablar de él, vamos en su nombre, y es como si él estuviera hablando, porque si alguien nos rechaza es a Él, Cristo vivo, a quien rechazan.

Si bien es un alto cargo, una alta responsabilidad, un compromiso total, no es para llenarnos de vanagloria, sino que debemos tener la actitud de servir como él sirvió y se dio a los demás. Jesús dio su propia vida por nosotros y nosotros así mismo deberíamos sacrificar tiempo, cosas secundarias, dinero, etc. No es comparable lo que Jesús sacrificó con lo que nosotros tenemos que sacrificar, pero nos aterriza saber que estamos siendo siervos inútiles (Lucas 17:7-10).

Sin embargo este enorme privilegio y la experiencia de servirle nos transforma, porque su amor es la motivación, al hacerlo por amor, no por conveniencia. (2 Corintios 5:14-15). El amor de Cristo nos impulsa, y nos lleva a pensar que ya morimos y no nos servimos a nosotros mismos, sino a aquel que dio su vida por nosotros. Por esto hay un cambio en nuestro estilo de vida, nuestra vida le pertenece; pero eso es maravilloso pues nos da sentido y propósito, nos da vida abundante.

Una aclaración importante es que el servicio a Dios no reemplaza nuestra relación con Dios, nuestra relación con el Señor alimenta, nutre y da fuerzas a nuestro servicio, una poderosa palabra enseña este principio: Jeremías 23:22: “Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras”

Aplicando el principio revelado en el anterior versículo podemos aprender que si estamos en el secreto con Dios, en la intimidad, vamos a escuchar su voz, en ese tiempo donde le decimos “Señor, qué quieres que yo haga”, donde hablamos con Él, ese tiempo en el que compartimos con Jesús y le pedimos que nos muestre su voluntad, pero también que nos de la fuerza para ejecutarla. Así haremos oír su Palabra a aquellos donde Él nos envíe.   Oración.

«Padre, servirte es un privilegio que me has concedido gracias a la fe en Cristo. Anhelo hacerlo conforme a tu Palabra, viviendo primero en intimidad y búsqueda constante de tu presencia, reflejando el carácter de tu Hijo, quien en todo momento te buscaba y hallaba guia de tu Espíritu para servir con poder y amor. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Vencer la tentación

 


Vencer la tentación

“Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”, Hebreos 2:18

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” Filipenses 1:6

Cuántas veces hemos estado en un camino sin salida aparente, llevados al borde del abismo, tratando y queriendo no ofender a Dios, pero sentimos que la tentación es como una ola grande que nos quiere arrastrar, pero su Palabra nos recuerda que no es con ejército ni con fuerza sino con su Espíritu (Zacarías 4:6).

Y podemos inmediatamente sentirnos identificados con Cristo, pues él al igual que nosotros soportó la tentación, sin embargo venció y su victoria es nuestra victoria. Es poderoso entonces para socorrernos, pues incluso ahora a la diestra de Dios Padre nos revela la escritura algo trascendental: “Porque no tenemos a un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Hebreos 4:15). Él se compadece de nuestras debilidades y nos da su poder para vencerlas, no es algo menor este hecho, sino la herramienta más poderosa para vencer las tentaciones, así como Él venció, nosotros ahora vencemos, porque “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.” (1 Juan 4:17).

Él se hizo a semejanza de nosotros, pero sin pecado, se identificó contigo y conmigo para redimirnos, ahora, nosotros por la fe, nos hacemos semejantes a él, pues Dios lo planeó de esta manera “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8:29).

Él nos va perfeccionando hasta el dia de su regreso y nos ha prometido que seremos semejantes a Él porque le veremos tal y como él es: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2) Entonces ¿cómo, mejor no verlo e identificarnos con Él, en vez de centrarnos en nosotros mismos cuando somos tentados?    Oración.

«Padre en ti confío cuando paso por tentaciones y si mi ánimo flaquea pongo mi mirada en Jesús que padeció siendo tentado pero venció y nunca pecó, sería imposible para mí vencer sin Él en mí, pero sé que está tu Espíritu en mí para darme la victoria de Cristo, amén.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

El viaje

 


El viaje

“E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti”, Génesis 28:20-22

Viajar es una experiencia que a muchos nos gusta demasiado. Conocer y vivir nuevas experiencias, lugares y personas puede ser muy agradable. Sin embargo, algunos viajes son retadores, pues en el camino puede haber muchos riesgos, peligros y situaciones inesperadas. Otros viajes pueden ser obligados, como miles de inmigrantes que tienen que salir de su casa sin rumbo, ya sea por la mala situación política y económica de su país o por otros asuntos particulares.

Sea cual sea el viaje que tengamos en nuestra vida, que nuestra entrada y salida sea protegida y guiada es algo que es un profundo anhelo como dice el Salmo “Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.” (Salmos 121:8).

Jacob emprende un viaje y el Señor le habla en un sueño en que además de confirmarle la promesa hecha a su Abuelo Abraham, de tener bendición y una gran descendencia le dice “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho” (Génesis 28:15), promesa que hoy podemos tomar nosotros, sea cual sea el viaje de nuestra vida, sea por corto o por largo tiempo, cuando salgamos de nuestra casa, confiemos en que nuestro camino será prosperado, que seremos protegidos y vueltos a regresar con bien, porque debemos considerar que no debemos viajar realmente solos en este viaje de la vida, sino que como Moises digamos “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (Éxodo 33:15).

Conserva estas promesas preciosas de bendición y protección la próxima vez que emprendas un viaje, o si ya estás viajando invita a Jesús a viajar contigo, será el viaje más extraordinario que puedas experimentar.   Oración.

«Gracias Padre porque tú vas conmigo a todo lugar donde yo voy, no me dejas ni me desamparas, Cristo eres mi compañero de viaje, mi amigo fiel quien me guía si estoy perdido y no encuentro dirección, está conmigo en la tempestad y hace que mi caminar me lleve cada vez más a experimentar tu amor en cada paso. Gracias Jesús. Amén.

martes, 26 de noviembre de 2024

Un verdadero seguidor de Cristo

 


Un verdadero seguidor de Cristo

“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron” Mateo 4:18-20.

¿Somos realmente seguidores de Cristo?

Para ser seguidor de Cristo debemos nacer de nuevo, o sea, hacer nuestra confesión de arrepentimiento y entrega a Cristo como Señor y Salvador. Esto fue lo que Jesús le dijo a Nicodemo en Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

Debemos tener una relación personal con Él, dando cabida a la oración como parte de nuestra vida, anhelando su presencia. Jesús nos dejó su ejemplo en Lucas 6:12 “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios”.

Debemos siempre estar dispuestos a escuchar la voz de Jesús, conociendo y estudiando su palabra; Juan 5:39 dice “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Recordemos también Mateo 17:5b “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”.

Lo anterior debe llevarnos a amarlo, obedecerlo y creer en Él. Nuestro amor se manifiesta con obediencia; Jesús dijo en Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. Debemos vivir por fe, creyendo en Él, como dice Juan 20:31 “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre”.

Así entonces podremos compartir de Él, servirle sin reservas y estar dispuestos a sufrir por su causa. Llevar a otros a Cristo es un mandato, como dice Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Anhelemos servir a otros como Jesús lo hizo, Juan 12:26 “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”. Y estemos dispuestos a padecer por causa de Él, como dice Filipenses 1:29 “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”.

Hoy, evaluemos a la luz de su palabra, si somos verdaderamente sus seguidores.   Oración.

«Amado Jesús, tú me elegiste, quiero amarte con todo mi ser, seguirte y obedecerte. Ayúdame a permanecer en mi llamado, creciendo en mi relación contigo, orando fervientemente y conociendo tu palabra; solo así me prepararás para servirte, llevar a otros a Cristo y aun, sufrir por causa de ti. En el nombre de Jesús, Amén.   

lunes, 25 de noviembre de 2024

No practiquemos los tres caminos equivocados


No practiquemos los tres caminos equivocados

“Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré”, Judas 1:10-11

“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” Romanos 8:34

Por la fe accedemos a la justicia de Cristo, para que ésta nos sea imputada a nosotros, es decir cuando ponemos nuestra fe en Cristo, Dios atribuye la perfecta justicia de Cristo a nosotros para que lleguemos a ser justificados ante Él, como dice: «Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él» (2 Corintios 5:21).

Sin embargo nos olvidamos de esto, y queremos armar nuestra propia religión llamada “a mi manera”, con buenas intenciones, exigiendo a otros un alto desempeño y perfecto comportamiento, pero lejos de hacer la voluntad de Dios revelada en las sagradas escrituras.

Caemos entonces en tres errores, el primero querer acercarnos a Dios con nuestro esfuerzo; cuando la única manera es por medio de la preciosa sangre del Cordero. Al respecto nos dice el libro de Hebreos 10:19-22: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.

El segundo error es hacer como Balaam, pretender que se puede condenar a otros sabiendo que es Dios el que perdona y justifica a los que por medio de la fe en Jesús se acercan a él, como nos enseña Romanos 3:26: “con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”, Dios hace justicia e impone las sanciones inexcusables de su ley en la cruz, entonces Dios es justo y el que justifica al pecador que cree.

Y por último, la rebelión de Coré nos muestra que no debemos levantarnos o rebelarnos contra las autoridades puestas por Dios, cayendo en orgullo y en una contradictoria pretensión de servir a Dios de manera equivocada, por esto la iglesia es un cuerpo vivo donde Dios nos ha puesto para ser edificados mutuamente (Efesios 4:16) y también respecto a nuestros pastores y líderes nos enseña: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.” (1 Timoteo 5:17-18)    Oración.

«Padre, tú me has dado el único camino que es Cristo, a través de Él, vengo a ti para ofrecerte alabanza, no teniendo mi propia justicia, sino por la fe en tu Hijo amado hacer tu voluntad y ser de aquellos de quien digas “buen siervo fiel”. En Cristo Jesús, amén.


domingo, 24 de noviembre de 2024

AVANZAD HACIA LA VICTORIA

 


AVANZAD HACIA LA VICTORIA

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”, Salmo 23:4-5

La Biblia dice: “Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano” (1 Samuel 17:50). Un joven pastor armado sólo con su vara, su honda y su fe en Dios derribó a un temible gigante. Ahora, Jesús es tu Pastor y hará lo mismo en tu vida si tú se lo permites, Él dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Jesús promete guiarte y protegerte, aderezar mesa en presencia de tus enemigos. Por tanto, si las amenazas, las incertidumbres y las luchas se van agolpando alrededor de ti, tu Pastor extiende un banquete de provisiones en medio de la batalla, pues nada te faltará mientras te abres paso hacia la libertad.

Qué grande es la confianza que David tenía en el Señor que, a pesar de haber pasado por cantidad de adversidades, pudo afirmar con seguridad: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). David sabía que Dios lo tenía todo bajo su control. Durante los tiempos más tenebrosos, supo reconocer que Dios estaba a su lado, caminando con él a través del valle. Tú puedes tener esa misma confianza, Él siempre está contigo, tiene especial cuidado de ti y sabe lo que es mejor para ti.

La declaración: “Tu vara y tu cayado me infunden aliento” es de gran seguridad, son dos cosas que representan la disciplina y dirección del Señor, es decir, hay corrección si no se hace la voluntad de Dios, y hay guía si obedecemos las instrucciones basadas en su Palabra. Por tanto, toma un asiento ante la extraordinaria mesa de Dios y siéntate, disfruta de la presencia de tu Padre celestial. Acude a Él cada vez que te sientas agotado y cargado, porque ha prometido que te hará descansar. Avanza hacia la victoria que Él tiene para ti y observa cómo caen uno tras otro los gigantes que hay en tu vida.  Oración.

"Jehová de los ejércitos, gracias por guiarme por el valle oscuro y tenebroso, y sacarme a lugares de delicados pastos, gracias por protegerme de las asechanzas del enemigo y darme la victoria, gracias por tu presencia en cada instante de mi vida. Te amo Señor. Amén. 

sábado, 23 de noviembre de 2024

Las bendiciones eternas

 


Las bendiciones eternas

“Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho. Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti. Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica”. 2 Samuel 7:25-27

“Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”. 2 Samuel 7:28-29

Las promesas de Dios son inmutables y sus bendiciones eternas, por eso debemos apropiarnos de ellas tal como David lo hizo. Somos sus siervos y también, reyes y sacerdotes escogidos para Él. Dios es Soberano y tiene el timón de nuestras vidas en sus manos; por eso al conocer a Jesucristo hemos entrado en el reposo de su presencia, que es la máxima expresión de la vida bendecida por Dios. Por eso la promesa de 2 Samuel 7:28-29, es para nosotros.

Le debemos todo a Dios, y quizás creemos que no somos nada en este mundo, pero para Dios sí, y ha prometido que somos herederos de la promesa que le dio a Abraham, que seríamos bendecidos, como dice Romanos 4:16 “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros”.

Dios estableció un pacto de trascendencia eterna con David, esta promesa de Dios, aplicada a todos los creyentes, es una realidad dentro del nuevo pacto con Jesucristo. La seguridad de la salvación del creyente está basada en el pacto eterno que Dios ha hecho con cada creyente mediante el sacrificio de Jesucristo y con su reinado a través del Mesías, por eso en Jesucristo encontramos la culminación del cumplimiento de la promesa hecha a David.

En Cristo vemos la relación filial entre Padre e Hijo que heredamos, Él es nuestro Padre al hacernos sus hijos a través de Jesucristo, tenemos el eterno reinado de Dios y su Plenitud habitando en los hombres, no en un templo hecho de manos, sino Él morando en cada creyente por medio de su Santo Espíritu.

Reconozcamos entonces esa gracia inmerecida de Dios y digamos: ¿Quiénes somos para que hayas tenido misericordia de nosotros? Por eso, enséñanos a andar en tus caminos y a servirte con fidelidad.  Oración.

«Señor, hoy reconozco tu soberanía absoluta sobre mí, gracias por tu relación de gracia inmerecida para conmigo, me has adoptado como hijo y me has hecho partícipe de todas tus promesas al habitar en mi corazón por medio de tu Santo Espíritu. Gracias Señor por tu grandeza con la que has llenado mi vida, continúa afirmando mi casa como lo has prometido. Amén. 

viernes, 22 de noviembre de 2024

Los tres caminos equivocados.

 


Los tres caminos equivocados.

“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.”, Judas 1:11

El camino de Caín, el error de Balaam y la contradicción de Coré. ¿de que se tratan estos tres caminos equivocados? Reflexionamos en cada uno.

Al respecto el apóstol Juan nos explica: “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.” (1 Juan 3:12), pero la escritura nos enseña claramente que todos hemos pecado, que no hay justo ni aun uno (Romanos 3:10), pero sabemos también que somos hechos justos por medio de la sangre preciosa de Cristo: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9)

La raíz del problema de Caín era querer acercarse a Dios por su propio esfuerzo, no hacer bien como Dios le había enseñado, sino hacerlo a su manera, siendo finalmente el fundador de la primera religión: “ Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.” (Génesis 4:3-5)

El camino de Caín, en esencia es la religiosidad que nos empuja a tratar de agradar a Dios en nuestro propio esfuerzo, a nuestra manera, pero terminamos finalmente alimentando la carne y siendo arrojados al pecado, respecto a este mal interior que nos conduce a actuar contrario a la voluntad de Dios, escribe el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu: “ Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.” (Romanos 7:19-20). Esto fue lo que empujó a Caín a la incredulidad, pues no le creyó a Dios y no pudo ser justificado por Él, el pecado entonces se apoderó de él y terminó cometiendo el primer asesinato de la historia.

Entonces, para no seguir el camino de Caín, tenemos que ser primero cubiertos con la sangre del Cordero, para acercarnos por medio de él a la presencia de Dios, pues él es el único sacrificio agradable a Dios: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Efesios 5:2); esta es la clave: cubiertos con su sangre y andando en su amor, ofrecemos continuamente a Dios sacrificio de alabanza, fruto de labios que confiesan su nombre (Hebreos 13:15).   Oración.

«Padre, se que ahora en Cristo soy tu hijo y por medio de su sangre estoy reconciliado contigo para ofrecerte mi alabanza y anunciar a Cristo con mi propia vida, viviendo en amor para agradarte en todo, gracias por esta salvación tan grande y porque me has dado el camino correcto. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 21 de noviembre de 2024

EL PRIMER MANDAMIENTO

 


EL PRIMER MANDAMIENTO

“No tendrás dioses ajenos delante de mí.”, Éxodo 20:3

Significa que Dios debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón, no la pareja, ni el trabajo, ni ninguna otra cosa creada. Es decir, todo lo demás es también importante pero la prioridad es Dios. Jesús explicó este mandamiento diciendo que debemos amar a Dios con toda nuestra mente, alma y corazón (Mateo 22:37-40). Esto quiere decir que, si permitimos que otra cosa ocupe el lugar de Dios, habrá un vacío inevitable y un desorden en nuestro interior, será como tratar de construir una casa al revés o sin cimientos, todo se caerá (Mateo 7:24). No podemos colocar por ejemplo a nuestra pareja o cónyuge como un dios, es decir darle todo nuestro tiempo, pensamiento, voluntad e intenciones. Primero es Dios, luego confiando en Dios por medio de Jesucristo, Él nos ayudará a que todas las demás cosas tengan su justa medida y orden.

Pero también se define el verdadero amor, nadie puede amar a otra persona sino se llena del amor de Dios primero, porque no se puede dar de lo que no se tiene, si es así, aquello que llamamos “amor” solo serían sentimientos y emociones desbordadas, si no se tiene a Cristo en el corazón.

Que nuestra prioridad sea entonces llenarnos del amor de Dios, conocerlo y obedecerlo (oye estas palabras, y las pone en práctica), para que nuestros sentimientos estén bajo su control, que nuestra prioridad sea Dios antes que los hombres o cualquier otra cosa. Oración.

"Padre, que mi prioridad seas tú, estar en tu presencia y conocerte, para que tu luz se refleje en mí en todas las cosas. Ayúdame a organizar las prioridades de mi vida y a ser sabio y entendido de cuál es tu voluntad. Amén. 

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Desaprender para aprender.

 


Desaprender para aprender.

 “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos”, 1 Corintios 3:18-19

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, Romanos 12:2

 “Desaprender para aprender” me repetía constantemente cuando me enseñaba la Palabra de Dios, Pues hay patrones de pensamiento insertados en el mundo que no permiten experimentar la verdad transformadora que revelan las escrituras. Estos patrones o esquemas de pensamiento nos llevan a patrones de comportamiento, sin embargo en la experiencia práctica comprobamos que si seguimos pensando y actuando de esta manera lo único que conseguimos al final es dolor, angustia, incertidumbre, entre otras cosas. Se cumple exactamente lo que dice la escritura: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:7-8).

Desaprender para aprender la Biblia lo explica en detalle en 1 Corintios 3:18-19: “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos”,

La escritura no enseña a abandonar la razón ni el conocimiento lógico, sino al contrario a abandonar los pensamientos de mentira del mundo actual, sus engaños y sus ideologías que parecen sabias pero no son para vida, ni son para vuestro bien. Lo que nos enseña la escritura es que hay otra manera de pensar y de hacer las cosas, que es radicalmente opuesta al mundo actual, pero que trae paz y bienestar a quien lo aplica, en contraste con la sabiduría del mundo que genera incertidumbre y se califica como insensata, ya que es contradictoria o no es coherente con todo lo bueno, lo agradable y lo perfecto que Dios tiene para nosotros.

Para entender con un ejemplo, podemos ver algo que se insertó en el pensamiento de la humanidad como un “derecho” o algo “bueno” y ha causado muchisimo daño, esto es el asesinato de bebés en el vientre de la madre o aborto, el mundo incluso le tuvo que cambiar el lenguaje para tratar de ocultar la realidad al llamarlo “interrupción voluntaria del embarazo” o verlo como un “derecho”, pero la verdad de Dios es que es una vida dentro de otra vida y que somos responsables tanto de la vida de la madre como de la del bebé, porque desde antes de nacer tenemos una dignidad que Dios nos otorga (Salmos 139:16)   Oración.

«Padre, me has dado nueva vida en Cristo, para que cambie mi manera de pensar y como consecuencia mi hacer sea consistente con tu verdad, te pido, en Cristo Jesús, me guíes con tu Espíritu para vivir de acuerdo a tu Palabra y así vivir en santidad, para gloria de tu nombre, amén.

martes, 19 de noviembre de 2024

DIOS EL ESTÁ DE NUESTRO LADO

 DIOS EL ESTÁ DE NUESTRO LADO

“Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”, Éxodo. 1:12

En esta época del Antiguo Testamento, José, el hijo de Jacob, había muerto y se levantó un nuevo rey en Egipto que no conoció a José. El pueblo de Israel se había multiplicado y eran numerosos y fuertes en extremo. El rey egipcio los sometió a trabajos pesados, haciendo ladrillo y edificando ciudades. Sin embargo “cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban”, y así sucedía en varias ocasiones de la historia del pueblo de Dios.

La Biblia dice: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14). Así pasó cuando la iglesia del primer siglo fue intensamente perseguida, sin embargo, logró impactar el mundo, pues la unción de Dios era mayor, manifestándose en milagros, prodigios y señales sobrenaturales. Jesús dijo: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.

La frase “de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”, nos señala que el respaldo sobrenatural de Dios sobre su pueblo, generaba temor en sus enemigos, pues Dios actuaba poderosamente para cumplir lo que había prometido: “no temas descender a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación” (Génesis 46.3). Dios hará su voluntad por encima de todo.

Los planes de Dios con sus hijos son grandes y majestuosos. Sin embargo, el enemigo del pueblo de Dios intenta por diversos medios obstaculizar los propósitos del cielo, pero Dios se arremanga su brazo a nuestro favor, y definitivamente lo que Él se ha propuesto se cumple.

El Salmista decía: “Dios cumplirá su propósito en mí”. Por eso, avanza, camina, no te desalientes, sigue su Palabra y se cumplirá el plan divino diseñado en el cielo para ti.     Oración.

"Señor, hoy no sufro tanta persecución humana por profesar mi fe, pero hay una perversa persecución maligna a través de medios de comunicación y redes sociales, por eso te ruego me guardes de todo mal y peligro, cúbreme con tu sangre preciosa y rodéame de tu favor, pues quiero permanecer irreprensible para ti. Gracias Señor. Amén. 

 

lunes, 18 de noviembre de 2024

¿La fe sin obras, las obras sin fe?

 


¿La fe sin obras, las obras sin fe?

“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”, Santiago 2:14-17

«Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.», Juan 6:28-29

El contexto de lo que escribe el apóstol Santiago es a personas ya salvadas, como lo dice al inicio de su carta: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión:” (Santiago 1:1), y se centra en el testimonio que el cristiano debe mostrar ante el mundo.

Por esto la escritura es clara en que vamos a ganar coronas o a perderlas según el trabajo que hagamos para el Señor, dos pasajes son concluyentes sobre el tema de los ya salvados relacionado a las obras, el primero está en 2 Corintios 5:10 que dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”, observemos que se refiere a un tribunal que en el contexto del versículo es para los creyentes al decir Pablo “todos nosotros”. Y el segundo pasaje está en 1 Corintios 3:15: “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” Y el contexto de este pasaje se refiere a la obra que hacen los que sirven al Señor anunciando el evangelio, enseñando o edificando a la iglesia pero llevando a evaluarse frente al fundamento que es Cristo mismo. (1 Corintios 3:7-11)

Y relacionado a los galardones o coronas dice la escritura en Santiago 1:12: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” y en Apocalipsis 22:12 dice el mismo Señor Jesús: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”

Entendemos entonces claramente, que todo creyente es llamado a hacer las buenas obras que nuestro Padre preparó de antemano, para que anduviéramos en ellas, y será recompensado por llevar a cabo estas obras en la guía del Espíritu Santo; estas obras son evidencia visible de nuestra fe y nos permiten cumplir su voluntad para no ser aquellos de los cuales dice el Señor Jesús: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23)

Mañana seguiremos reflexionando acerca de este importante tema.   Oración.

«Padre, gracias por transformar mi corazón por medio de la fe en Jesús, de permitirme nacer de nuevo y colocar tu amor en mi por medio de tu Santo Espíritu, por el cual soy transformado cada día y llevado a reflejar el carácter de Cristo haciendo la obra que preparaste para mi, para gloria de tu Santo nombre. En el nombre de Jesús.

domingo, 17 de noviembre de 2024

DIOS CAMBIA LA AFLICCIÓN EN REGOCIJO


 DIOS CAMBIA LA AFLICCIÓN EN REGOCIJO

“Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Y se levantó Ana […]; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, 1 Samuel 1:8-11

El pueblo de Israel vivía momentos críticos, porque sus enemigos los filisteos se habían fortalecido, pues contaban con moderna tecnología militar griega, por tanto, era necesario que Dios levantara un profeta y juez de Israel, para restaurar la ley, el orden y la adoración a Dios.

Un varón llamado Elcana, hombre piadoso y temeroso de Dios, tenía dos esposas (Situación no aprobada por Dios), Ana que era estéril y Penina quien sí tenía hijos, y ésta “la irritaba (a Ana), enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos”. Ana se sentía muy afligida porque era una gran desgracia en Israel que una mujer fuera estéril.

En estas circunstancias de tanta aflicción, Ana fue al templo y “con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” y hace un pacto con el Señor, pidiendo: si “dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida”. La Biblia cuenta que Dios la escuchó y le concedió un hijo que se llamaría Samuel, ella lo dedicó a Dios y apenas lo destetó, lo consagró en el templo y fue reconocido como fiel profeta de Dios.

Esta historia nos enseña que la tristeza o la aflicción no deben impedirnos orar, mucho menos enojarnos con Dios, pues en la presencia de Él todo cambia, así como ocurrió con Ana. La Biblia dice: “Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste”. Presentémonos delante del Señor, derramemos nuestra alma y clamemos con fervor, que Él nos responderá y con su poder nos liberará de la amargura y la frustración. El gozo del Señor renueva nuestras fuerzas. Ana en su cántico dice: “Mi corazón se regocija en Jehová” “Porque nadie será fuerte por su propia fuerza”. (1 Samuel 1:1,9)

Hermano, nada es imposible para Dios, Él es poderoso para hacer mucho más de lo que nosotros pedimos o entendemos. El Dios que adoramos es el Dios de Ana, es el que quita toda esterilidad, el que cambia la tristeza en gozo, es el Dios que se hizo hombre y vino a entregar su vida en una cruz por amor a nosotros, el Dios que susurra a nuestro oído diciéndonos que echemos toda carga sobre Él, porque Él tiene especial cuidado de nosotros.  Oración.

"Amado Padre, no quiero vivir en aflicción, me levantaré y haré lo que hizo Ana, rechazar ser una víctima y correr a tu presencia. Tú conoces mi necesidad, por tanto, a ti clamaré y oraré con lágrimas en mis ojos, echando toda ansiedad sobre ti, sabiendo y confiando que eres el Dios de imposibles, el que cambia la tristeza en gozo. Gracias Señor. Amén. 

sábado, 16 de noviembre de 2024

La multiforme gracia de Dios.

 


La multiforme gracia de Dios.

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”, 1 Pedro 4:10

La gracia de Dios se manifiesta de maneras diferentes, la escritura nos enseña que es multiforme, denotando que se presenta de diversas maneras. Una de esas maneras son los dones, que vienen como producto de un favor inmerecido de Dios y no por mérito propio.

Una de esas formas en que se presentan estos dones impulsados por su gracia, es a través de lo que hacemos normalmente, pero que por su Espíritu Dios lo hace extraordinario, en Romanos 12:6-8 se nos explica este hecho: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”, como podemos leer, otra vez por la gracia de Dios, tenemos diferentes dones como profecía, que se refiere a interpretar de manera correcta la escritura en el contexto actual y futuro, el don de servicio, el de enseñar y otros tantos dones que tienen algo en común: el Espíritu los hace dones extraordinarios y poderosos en Cristo Jesús con el propósito de edificar a la iglesia, de alcanzar a los perdidos y de derrumbar toda mentira que se levanta en contra del conocimiento de Cristo.

Otra clave de estos dones es que no son para nosotros mismos, sino para servir a los demás, para usarlos con el objetivo de bendecir a otros y lo más importante es que son para glorificar a Dios y deben, por lo tanto, estar alineados o en obediencia a la Palabra de Dios, como continúa el versículo de hoy: “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.”, (1 Pedro 4:11).   Oración.

«Padre cuánta gracia me has dado para que pueda estar preparado en todo para toda buena obra y que por medio de lo que hago, lleno del Espíritu, muchos sean consolados, sanados y salvados, al creer en Jesús, pues lo están percibiendo a través de mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Catarsis espiritual. Parte 2

 


Catarsis espiritual. Parte 2

“Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve” “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.” “Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.”, Salmos 51:7, 10 y 12

La catarsis espiritual experimentada por el rey David es guiada por el Espíritu de Dios, que no se quedó solo en mostrarle su pecado sino que lo lleva a la cruz, pues cuando el rey David dice “Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve” (Salmos 51:7) está haciendo una referencia directa al hisopo que se untaba en los dinteles de las casas del pueblo de Israel con la sangre del cordero para que el ángel de la muerte no pasara por ellas; un simbolismo y alusión directa a la sangre del Cordero de Dios que sería rociada sobre nosotros para perdón de pecados (1 Pedro 1:2).

Esta catarsis espiritual debe culminar con el éxtasis espiritual que produce la cruz, debemos morir al pecado para resucitar juntamente con Cristo. Una verdadera transformación espiritual que continúa en el corazón, llevándonos a una vida de obediencia guiada por el poder transformador del Espíritu de Dios. Es decir, la catarsis espiritual bíblica, no se trata de una emoción pasajera que sólo permanece mientras dura un hecho que nos conmovió, sino que es un cambio interior profundo que dura toda nuestra vida y va transformando cada área de nuestro ser.

Por esta razón David, guiado por el Espíritu, pide en oración mantenerse constante y pide vivir coherentemente, para no dar mal testimonio del Señor y además clamar por ser sostenido por el amor de Dios cuando dice: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.” (Salmo 51:10), anhela una limpieza y renovación, pero sobre todo, que el Señor lo lleve a la obediencia, sostenido y renovado en el Espíritu Santo. Para lograr mantenerse en la posición que Dios le dio finalmente David pide “Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.” (Salmo 51:12). Todos estamos llamados a esta catarsis espiritual, a un cambio y renovación que transforme el rumbo de nuestra vida, pero no un evento pasajero por las consecuencias del pecado sino una obediencia perfecta como la que solo Cristo nos puede dar por medio de la fe en él.   Oración.

«Sin ti Jesús no podría cambiar mi vida, solo en ti puedo nacer de nuevo y obedecer al Padre como tú lo hiciste, pues lo que es imposible para el hombre es posible para Dios, que tu Espíritu, habitando en mi corazón, me guíe y todos los que me conocen vean a alguien diferente porque he sido transformado de dentro hacia afuera para reflejar tu amor. Amén.

jueves, 14 de noviembre de 2024

Catarsis espiritual. Parte 1

 


Catarsis espiritual. Parte 1

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

Lávame más y más de mi maldad,

Y límpiame de mi pecado.”, Salmos 51:1-2

En la RAE la definición de catarsis es “Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda”, en psicología, se utiliza para describir la liberación emocional intensa que alguien experimenta al expresar sentimientos reprimidos.

Aunque en la biblia la palabra «catarsis» no aparece literalmente, el concepto de tener una experiencia de liberación y transformación interior profunda, si está registrada en varios pasajes.

El rey David experimentó una catarsis espiritual cuando al ser confrontado por su pecado se da cuenta de que ha actuado con necedad y sus acciones han tenido consecuencias terribles, es decir, Dios le muestra su estado interior y lo lleva a darse cuenta de que si sigue actuando de esta manera, las cosas no van a terminar bien, pues de lo que está sembrando eso recogerá. Pero si Dios no le alumbra el entendimiento a través de enviar su Palabra y revelarle su pecado, el rey David no hubiera tomado un camino diferente, precisamente por el engaño del pecado (Hebreos 3:13). Esta confrontación que Dios envió por medio del profeta se encuentra en el segundo libro de Samuel capítulo 12.

En el Salmo 51, guiado por el Espíritu, el rey David describe su proceso de transformación interior, de arrepentimiento que en griego usa la palabra metanoia y se refiere a un cambio de la forma de pensar, que tiene como consecuencia aborrecer el pecado y alejarse de él. Por esto el Rey David reconoce que ha pecado cuando dice: “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. ” esto muestra la obra del Espíritu Santo convenciendo a David de su real estado interior (Juan 16:8).

Necesitamos que el Espíritu Santo nos muestre nuestro estado interior y nos revele profundamente lo que sucede en nuestras vidas, ser confrontados pero en su luz para que sea revelado lo oscuro, sean abiertos nuestros ojos y se manifieste nuestra urgente necesidad de Jesús.  Oración.

«Señor ten misericordia de mí, no quiero seguir igual, por la gracia de Cristo perdóname, límpiame y cambia el rumbo de mi vida para desde ahora en adelante hacer tu voluntad, transforma mi interior dándome un corazón obediente y colocando a tu Espíritu en mí, en el nombre de Jesús, amén.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Debemos pedir creyendo

 


Debemos pedir creyendo

“Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Mateo 21:21-22

En esta promesa, Jesús agrega un elemento importantísimo para la oración, debemos tener gran confianza en Dios y debemos pedir, creyendo. Nuestra fe debe ser tal, que cuando pedimos debemos tener la convicción de que será contestada. Sin embargo, no es la única condición para recibir respuesta. La Biblia establece varios elementos para una oración eficaz: Debemos orar en el nombre de Jesús, orar con el deseo de que se haga la voluntad de Dios antes que la nuestra y permanecer en su Palabra.

Si no entendemos bien esta promesa, podemos desanimarnos cuando no vemos la respuesta inmediata de Dios. Si la entendemos correctamente producirá poder en nosotros. ​Jesús promete que la oración nos da la capacidad para hacer grandes cosas, es la manera de recibir su poder para solucionar las situaciones adversas, es el canal para eliminar montañas de dificultades, por tanto, debemos orar, levantarnos y obrar, pero a veces hay que esperar y dejar actuar a Dios en las cosas que parecen imposibles y que sólo Él puede resolver.

La oración nos sirve para aceptar situaciones que no pueden ser cambiadas, como el ejemplo del apóstol Pablo, que le pidió al Señor ser sanado de una enfermedad en los ojos, un aguijón en la carne, pero Dios no lo libró de esa situación, sino que lo capacitó para aceptarlo, entendiendo que el poder de Dios se perfeccionaría en su debilidad. Su situación no solamente fue aceptada sino transformada en gloria.

El mismo Jesús en Getsemaní, oró intensamente en su agonía, por su inminente muerte en la cruz, pidiendo pasar esa copa, pero esa petición no podía ser concedida, oró hasta recibir la fortaleza para cumplir con la voluntad del Padre, su situación fue transformada y lo condujo directamente a la gloria de la resurrección.

Detrás de una petición siempre está la voluntad de Dios y el propósito por el cual nos permite pasar por situaciones difíciles, que generalmente nos llevan a fortalecer la fe, a crecer espiritualmente y a ver su gloria.

La oración nos da la capacidad para soportar lo insoportable, cosas que son inevitables, que son parte de la vida, como: la enfermedad, la muerte, las desilusiones, los fracasos, etc. La oración es un bálsamo de consuelo, fortaleza y paz, cuando llevamos nuestras cargas y descansamos en el amor y la misericordia de Dios. Oración.

Señor Jesucristo, me enseñaste a orar para tener un canal de comunicación contigo, y para presentar ante ti las situaciones de mi vida. Dame la confianza y la fe para entregarte mis cargas y descansar en tu presencia, teniendo la certeza de que oyes mi oración y estás presto a responderme. Amén.

martes, 12 de noviembre de 2024

Conocer a Jesús

 


Conocer a Jesús

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, Jeremías 9:23-24

“Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.”, 2 Pedro 1:2

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,”, 2 Pedro 1:3

Entre más conozco a Jesús, recibo de él todas las cosas que ya me han sido dadas, este conocimiento viene por su Palabra y por la acción de su Espíritu en nosotros cuando creemos, una fe que obra impulsada por el amor de Dios que ha sido derramado en nuestro corazón (Gálatas 5:6, Romanos 5:5).

El conocimiento de Jesús no es cualquier conocimiento intelectual superficial, sino como lo confirma la palabra griega usada en 2 Pedro 1:3 “epígnosis” denota un conocimiento profundo, basado en un pleno discernimiento que es revelado mediante el Espiritu de Dios a nuestras mentes limitadas, pero que no se queda en ideas solamente sino en una experiencia de primera mano.

Si, cuando creemos en él, luego de escuchar su evangelio (la mayor y mejor buena noticia), podemos experimentar su amor, su paz y su plenitud de forma directa, sin intermediarios.

Entonces si esta revelación del conocimiento de Cristo a nuestra vidas viene por medio del evangelio que manifiesta el favor inmerecido de Dios en Cristo “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” (Romanos 3:24), debemos por tanto estar atentos a escucharlo, a escudriñarlo, a valorar cuando se nos enseña la palabra de Dios en su texto y en su contexto, pues es como una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que Cristo sea formado en nosotros (2 Pedro 1:19).

Entendemos entonces, que el conocimiento integral de Cristo, nos lleva a ser moldeados a la imagen de Cristo, porque es por la fe en lo que está escrito que se hace realidad en nosotros cada promesa y nos permite descubrir el gran tesoro espiritual que ha sido colocado en nosotros. Hermanos, el conocimiento de Cristo nos transforma (2 Corintios 3:18, Hebreos 4:12)    Oración.

«Mi amado Jesús, anhelo conocerte más, aprender más de ti para honrar al Padre, tal como tú lo hiciste y me diste ejemplo, y qué buena noticia saber que por medio de la fe puedo tomar para mí tus virtudes, identificándome plenamente con lo que dice la Escritura y colocándolo en práctica por el poder transformador de tu Espíritu, amén.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Transformación

 


Transformación

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”, Romanos 12:2

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”, 2 Corintios 3:18

Un creyente puede ser tentado a rendirse por que no ve un cambio radical en muchas cosas de su carácter. Solemos juzgar incluso si vemos a un redimido con alguna deficiencia de carácter y pensamos mal de nuestro hermano, sin embargo, Jesús está haciendo una obra en cada uno de nosotros respecto a moldearnos a su imagen para poder reflejar plenamente su amor (Filipenses 1:6). Por ejemplo, cuando ocurre una situación en la que no hemos respondido con un carácter apacible y amable como el de Cristo, podemos estar tentados a tirar la toalla, pero es precisamente allí donde necesitamos nuevas fuerzas y una renovación de la manera en que estamos entendiendo la gracia de Dios. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,” (Tito 2:11-12) Este versículo es claro en enseñarnos que la gracia de Dios se ha revelado para salvación de todos y nos enseña que podemos renunciar a la pasada manera de vivir llena de pecado, es decir, que la gracia es como una maestra que nos lleva a vivir como Dios quiere que vivamos, en perfecta obediencia pero también reflejando todo el fruto del Espíritu; nos va llevando de la mano y es nuestra responsabilidad responder a su guía.

Somos transformados por el Señor, pero también estamos llamados a renovar nuestra manera de pensar para poder comprobar la voluntad perfecta de Dios y como efecto práctico ser irreprensibles en nuestra manera de vivir. Oremos para que se cumpla en nosotros lo que dice la Palabra de Dios: “Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo”, 2 Tesalonicenses 3:5.   Oración.

«Padre, fortalece mi fe para perseverar en llegar a ser como Cristo, colocando mi mirada en él y siguiendo adelante a pesar de mis debilidades, sabiendo que tú me guías en tu Espíritu impulsado por la gracia de Dios que actúa para llevarme a una vida íntegra tal como Cristo vivió. En el nombre de Jesús, amén.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Conversión

 


Conversión

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”, Juan 3:5-7

La conversión es una experiencia extraordinaria que te lleva a estar convencido y a ser consciente de la presencia de Dios en tu vida, pero que debe consumarse con el nuevo nacimiento, como Jesús le dijo a Nicodemo cuando éste vino a consultarlo de noche: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3)

Esta experiencia extraordinaria no necesariamente se trata de un milagro o una señal sorprendente, sino que se trata básicamente de un encuentro personal e íntimo con el Cristo vivo. Tal vez no lo miramos con nuestros ojos físicos sino con los ojos de la fe, pero no es una fe ciega sino que él revela una paz como ninguna otra, un gozo profundo y una esperanza inquebrantable cuando escuchamos su palabra y recibimos su amor. De esto se trata “nacer del agua y del Espíritu”, el agua de su palabra y por el Espíritu Santo, esto lo reafirma el apóstol Pedro por revelación del Espíritu: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” y en el versículo inmediatamente anterior confirma el actuar del Espíritu: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 Pedro 1:22).

La verdadera conversión entonces es nacer de nuevo, un nacimiento espiritual que nos hace una nueva creación e hijos de Dios por medio de la fe en Jesús (Juan 1:12-13).

Si tú hoy quieres nacer de nuevo debes escuchar la Palabra de Dios, creer en lo que dice acerca de la muerte y resurrección de Cristo por ti y aceptar el regalo de salvación que Cristo te da. Para confirmar que cumplirá su promesa él colocará como garantía de salvación a su Santo Espíritu, tal como dice en su Palabra: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,” (Efesios 1:13)     Oración.

«Padre soy testigo de la presencia real de Cristo en mi vida, de que lo enviaste por amor, para mi salvación y que ahora habita en mí por medio de tu Espíritu y anhelo que otros nazcan de nuevo al anunciar el evangelio de salvación y que escuchando crean para tener vida eterna como yo ahora la tengo. Gracias Padre. En el nombre de Jesús y con la unción de tu Espíritu Santo. Amén

sábado, 9 de noviembre de 2024

El llamamiento supremo. Parte 2

 


El llamamiento supremo. Parte 2

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”, Filipenses 3:13-14

“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.”, Efesios 2:13

Aprendimos acerca de lo que significa estar en Cristo y es que por la fe, hemos sido unidos a él en la semejanza de su muerte y resurrección, como dice Romanos 6:5: “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;” qué concluyente palabra “plantados” juntamente con Cristo. Ya el Padre no nos ve a nosotros, nos ha cubierto la justicia de Cristo, esto es lo que el Padre mira en nosotros (Hebreos 8:12).

Entonces, si ya hemos sido hechos hijos de Dios, justificados y limpiados con su sangre, ¿a qué se refiere la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo a Pablo de alcanzar el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús?

Se trata de revelar y aplicar el carácter de Cristo en esta vida, en todo lo que hacemos, de experimentar una transformación tal que las personas perciban a Cristo en nosotros, de permanecer en él y cada día ir creciendo hasta llegar a la estatura de Cristo y glorificar al Padre, este es nuestro galardón y supremo llamamiento, que Jesús nos dio todo y en honor a él, por amor a lo que hizo por cada uno de nosotros con el poder transformador de su Espíritu, avancemos a la meta de llegar a tener la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13b).

Nuestra meta es llegar a tener la medida de la estatura de la plenitud de Cristo y esto implica como dice el Apóstol, inspirado por el Espíritu, “olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”, lo cual significa que nuestra actitud diaria debe ser la de no pensar que ya hemos logrado este propósito sino la de seguir creciendo en el conocimiento de Cristo, permitiendo que Él viva por medio de nosotros para que Dios cada dia nos perfeccione, afirme, fortalezca y establezca hasta llegar a la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo, donde recibiremos sus coronas como premio de permanecer y de llegar a ser como aquel que nos dio ejemplo perfecto de obediencia (1 Pedro 5:10).     Oración.

«Padre, en el poder transformador de tu Espíritu ayúdame a seguir la carrera y llegar a la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo, creciendo cada día y en cada circunstancia hasta llegar a tener la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Amén.