viernes, 31 de mayo de 2024

Cuidando el campo espiritual

 


Cuidando el campo espiritual

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.” Juan 15:1-3

Todo campo necesita mantenimiento, pues la cerca que lo rodea se puede caer y los ladrones intentarán saquear los frutos; nosotros estamos llamados a tomar acción y mantenernos pegados a nuestro sembrador (Jesús) para que sea Él, quien por medio de Su Espíritu, labre y mantenga seguro nuestro campo espiritual (Juan 15:5).

Si no consideramos importante el cuidar y prestar atención a nuestro campo espiritual, fijémonos en esta historia de la vida real: Un hombre tenía un campo, en él sembró diversas clases de semillas que después dieron su fruto; pero pasado un tiempo se dio cuenta que a su campo le faltaban frutos, al inicio lo pasó por alto, pero cuando la pérdida del fruto se hizo más evidente le pareció extraño y concluyó que lo mejor que podía hacer era poner cámaras para saber la causa de la pérdida de su cosecha. En esos videos encontró a una pequeña marmota que paseando por su campo decidió comerse varios frutos, se veía muy inofensiva y tierna, y aunque al inicio llegaba sola, luego decidió traer más compañía. Quizás pensarás: “Yo dejaría que siguieran comiendo lo que quisieran”, el problema es que esto mismo también solemos razonar con nuestra vida espiritual. Hay cosas que llegan y se ven «tan inofensivas» que ¡para qué sacarlas de nuestras vidas!, pero ignoramos que solo quieren entrar en nuestro campo para robarse el fruto que tenemos, por eso la biblia nos revela el cuidado que debemos tener con nuestro campo, pues no hay marmotas sino pequeñas zorras, que aunque parecen “tiernas e inofensivas” solo quieren dañar y robar lo que hay en nuestro campo (Cantares 2:15). Esas pequeñas zorras pueden ser: Un chat inadecuado, “mentiras piadosas”, pequeños vistazos a películas, revistas o páginas pornográficas, etc.

Hermanos, este es un llamado para cuidar nuestro campo espiritual y mantenernos aferrados a nuestro Labrador (Jesús), pues hay pequeños ladrones que quieren robar la semilla y el fruto que Él depositó en nuestro corazón.   Oración.

«Señor, no quiero descuidar mi campo espiritual, tú lo has limpiado y quiero mantenerlo así, pero ¿cómo podría conservarlo así si no me acerco a ti? Ayúdame Espíritu Santo a no apartarme de ti, pues separado de ti oh Dios, nada podría yo hacer, amén.

jueves, 30 de mayo de 2024

Campo espiritual con buena tierra

 


Campo espiritual con buena tierra

«Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.» Mateo 13:8

Pedro y Pablo creyeron en Cristo y en su palabra, creyeron que, si Cristo decía que ellos eran renovados, entonces esto era cierto y debían comenzar a vivir conforme a tal renovación (1 Corintios 6:11). Ahora, ¿nosotros creemos esto, que ya hemos sido lavados, santificados, justificados y que ya somos como esa buena tierra que puede dar fruto? Si ya hemos sido renovados por nuestra fe en Jesucristo, entonces debemos entender que desde el mismo momento en el que le recibimos somos como esa buena tierra que da fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno; el fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23)

Nuestra vida debería estar llena del fruto del Espíritu Santo, como la de Jesús, quien vivía dando fruto a los que le rodeaban y esto era notable, no tenía que dibujar o graficar cómo estaba su campo espiritual, porque era evidente; muchos lo admiraban por su integridad y autoridad pues Él no solo era de los que hablaba del amor, gozo, paz, y de todo el fruto que lo compone, sino que también lo demostraba, más que expresar palabras VIVÍA conforme a este fruto. Su campo espiritual me lo imagino como un campo espectacular, lleno de miles de árboles frondosos, con pastos delicados, fuentes de agua, montañas grandes, diversas flores, un campo espiritual lleno de fruto.

Ahora, ¿Cómo está nuestro campo espiritual? Seguro es difícil plasmarlo de manera objetiva y realista pues pensaremos que tenemos el mejor, pero la palabra dice que: «Por sus frutos los conoceréis.» (Mateo 7:16a) pues esos frutos no se pueden camuflar, ni disfrazar, son evidentes en: Nuestras palabras (Lucas 6:45), pensamientos (Proverbios 23:7ª), gestos o expresiones (Proverbios 15:13a), y por supuesto en nuestras acciones (Mateo 7:18).

Hermanos, recordemos que por la obra de Jesús ya somos una buena tierra, solo permitámosle  a nuestro sembrador (Jesús) que siga depositando su palabra en nosotros.  Oración.

«Señor, gracias por renovarme y darme un nuevo corazón, ese corazón es como esa tierra fértil que al momento de recibir tu palabra produce un fruto abundante, que permanece para siempre.

miércoles, 29 de mayo de 2024

Mas él conoce mi camino

 


"Mas él conoce mi camino: si me prueba, saldré como el oro". (Job 23:10)

Esa es la lección de este libro. La vida es demasiado complicada para que nos enfrentemos solos con ella. Se vuelve tan complicada que en ocasiones no podemos ni siquiera dar algunas de las respuestas, pero Dios está diciendo: "Si echas un vistazo a todos los problemas que no hago más que resolver a lo más sencillos niveles de la vida y que incluso entonces están por encima de tu habilidad para resolverlos, ¿no puedes confiar en que también podré resolverte este?". Pablo se regocija en Romanos, diciendo: "Sabemos... que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28).

Oración

Padre nuestro, te damos gracias por permitirnos ver de este modo lo que Job sentía en su corazón. Gracias por haber dejado constancia para nosotros de las luchas con las que se tuvo que enfrentar este hombre al expresar sincera, abierta y honestamente sus dudas, por sacar a la luz sus agravios y las quejas que te presenta. Señor, nos oímos a nosotros mismos clamar a gritos a Ti en nuestro fastidioso mal genio, echándote la culpa de nuestras circunstancias, no estando dispuestos a creer que tienes un propósito tras estos problemas y que Tú puedes resolverlos. Señor, enséñanos a descansar en Ti mediante la importante y maravillosa revelación de que en todas las circunstancias tenemos el privilegio de ser instrumentos para obtener la victoria sobre el enemigo de los hombres, a fin de demostrar de una vez para siempre que la única vida que vale la pena vivir es una vida de fe. Lo pedimos en Tu nombre. Amén.

martes, 28 de mayo de 2024

Campo espiritual en espinos

Campo espiritual en espinos


«Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.» Mateo 13:7

La palabra de Dios no solo cae entre Pedregales, sino también entre espinos y estas personas representan a aquellos que escuchan la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas la ahogan y terminan impidiendo que en sus vidas se pueda dar fruto (Marcos 4:18-19), pues fijan la mirada en el dinero, trabajo, estudio, familia, o en cualquier otra cosa o persona que no sea Jesús (Lucas 9:59, 61), y esto sucede porque quizás las cosas del mundo aparentemente tienen “más valor o importancia” que el ir a la iglesia, el orar, cultivar mi intimidad con Dios, entre otras cosas importantes, pues suelen pensar: “Dios tú puedes esperar, pero mi trabajo y oficios en la casa no; seguiré tu enseñanza pero primero haré otra cosa, solo te estoy pidiendo un poco de tiempo, de paciencia, ya llegaré ¡Tu tranquilo!”

Sin embargo, ¿el Señor qué es lo que espera de nosotros? que cuando nos enseñe algo a través de Su Palabra, lo tomemos inmediatamente y veamos su valor, obedeciendo a su llamado sin sacar excusas; pero para que esto pueda suceder es necesario comprender lo que se nos está enseñando, como Pablo lo comprendió, pues manifiesta ¿cuántas cosas, antes de su conversión, para él eran importantes? Muchas, no obstante cuando conoce a Jesús se da cuenta que esto que él ha logrado anteriormente y lo que le ofrece este mundo, es como basura comparado con el amor de Jesucristo y de Su conocimiento (Filipenses 3:7-8) Ahora, para que personas como, Pedro (que vimos ayer) y Pablo (quien acabamos de mencionar), terminaran experimentando un cambio en sus vidas y viviendo con campos espirituales de buena tierra tuvieron que identificarse con Jesucristo, pero de esto hablaremos en el devocional de mañana.   Oración.

«Señor, no quiero poner otras cosas por encima de ti, pues entiendo que tuyo es el primer lugar en mi corazón, lo pagaste con un alto precio, tu sangre preciosa, y yo quiero honrar lo que has hecho dándote el lugar que te corresponde, respetando y obedeciendo tu palabra, amén.


lunes, 27 de mayo de 2024

Campo espiritual en Pedregales

 Campo espiritual en Pedregales

“Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.» Mateo 13:5-6
Vemos que la palabra de Dios no solo cayó en el camino, sino también entre pedregales, que representan a aquellos que escuchan la palabra y la reciben con gozo pero al no tener raíz, dura muy poco, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, tropiezan. En otras palabras, son aquellos que viven bajo la emoción y no bajo convicción. La emoción viene como resultado de una alteración del ánimo INTENSA Y PASAJERA que se produce por algo en especial, pero una vez este efecto pasa, la emoción se acaba, mientras que el vivir por convicción es vivir por fe, pues así se define: La certeza, convicción, confianza en Jesús.
Recordemos que Pedro fue uno de los que experimentó (en un tiempo) lo que es vivir por emoción (Marcos 14:29,31a) y Jesús sabía que personas como Pedro, o como los que están en pedregales, necesitan ser sacudidos por la realidad, pues no podemos vivir una vida siendo dominados por las emociones, sino que debemos aprender a vivir bajo convicciones (fe); por eso Jesús en Lucas 22:32 le declara: Pedro yo he rogado por ti, porque lo que no debe faltar en tu vida es fe, la necesitarás para pasar por la prueba, por la persecución, pues la que nos hace permanecer firmes en la palabra de Dios no son las emociones, sino las convicciones (fe). Pedro entendió la lección de manera dolorosa, negando a Jesús, negando que había recibido enseñanzas de nuestro Señor, y de la misma forma hemos actuado nosotros, recibimos la Palabra con emoción, gozo pero al no profundizar y permanecer en ella, vienen las pruebas y retrocedemos en nuestro caminar con Dios.
Lo maravilloso de esto es que Pedro terminó experimentando lo que significaba vivir por fe (1 Pedro 1:7) y esto mismo es lo que el Señor desea que experimentemos nosotros, así que ¡ánimo! continúa cultivando ese campo espiritual en fe. Oración.
«Padre, yo quiero que mi campo espiritual emita un olor delicioso, como fino perfume a tus pies, que refleje tu carácter, tu bondad y todo lo que has hecho en mí. Espíritu Santo de Dios, tú que eres mi Ayudador, llévame a reflejar a Jesús y llevar su fragancia a este mundo que tanto lo necesita, amén.

domingo, 26 de mayo de 2024

Campo espiritual en ruinas

 

Campo espiritual en ruinas

«Y mientras sembraba, parte de la s


emilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.» Mateo 13:4

En el devocional anterior concluimos que al no creer que hemos sido renovados por el Señor o al creerlo y tender a olvidarlo, vivimos de manera equivocada, pues creemos que nuestro campo (vidas) no es apto para poder dar fruto cuando recibimos la Palabra, y a esto es lo que se refiere el Señor con esta parte del pasaje, que tendemos a olvidar lo que Él nos ha enseñado porque no hemos permitido que su palabra penetre en nuestras vidas, a causa de nuestra dureza.

Al no permanecer la semilla (Palabra de Dios) en la vida de nosotros los creyentes nos hace más propensos a vivir de manera errónea, con campos espirituales en ruinas, sembrando y cosechando lo incorrecto, pues al faltarnos entendimiento y la sabiduría de Dios, no sabemos qué sembrar ni cómo cuidar nuestro campo, tal como le pasó a este hombre en Proverbios 24:30-31 “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida.» ¡Es increíble que como creyentes nos acostumbremos a vivir entre espinos, ortigas y con la cerca del campo destruida! Al tener un campo espiritual bajo esta condición lastimosamente hace que demos de lo que tenemos: Palabras hirientes, que son como esas espinas que chuzan, hieren los sentimientos de mi prójimo, o que son como ortiga que termina produciendo molestia cuando se reciben.

¿Qué hacer si tengo un campo espiritual de esta manera? Buscar la sabiduría de Dios (Santiago 1:5), pues recordemos que vivimos en un campo espiritual en ruinas por falta de entendimiento, pero para que esta sabiduría llegue a nosotros debemos reconocer que la necesitamos, porque quizás nuestra falta de entendimiento es porque pensamos que lo sabemos todo y que no necesitamos aprender más, pero si nos humillamos delante de Dios y reconocemos que hemos sido necios creyendo que somos sabios en nuestra propia prudencia, Él nos escuchará y alumbrará nuestro entendimiento, para ya no vivir en ruinas, sino de la manera en la que Dios lo desea, con un campo espiritual lleno de buen fruto.   Oración.

«Padre, no quiero tener mi campo espiritual en ruinas, quiero que él se vea como tú lo deseas, lleno de fruto para tener qué compartir con los demás. Ayúdame a mantenerlo limpio y ordenado por la meditación constante en tu palabra pues quiero conservarlo tal como Cristo me lo entregó, amén.

sábado, 25 de mayo de 2024

Campo espiritual

 


Campo espiritual

“He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.” Mateo 13:3b-9

¿Alguna vez has visto un campo? Seguramente sí, uno de cañaduzales, o de café, incluso en la televisión hemos visto algunos campos de lavanda. Como podrás imaginar estos campos han sido diseñados para producir algún tipo de fruto, pero vemos que no todos pueden cumplir con esta función, pues por el tipo de tierra y las condiciones del clima en la que se encuentran, se convierten en campos desérticos que no pueden generar fruto; pero, ¿Por qué traigo esto a colación? Porque usualmente cuando oro antes de escuchar una predicación le pido a Dios que mi corazón sea como esa tierra fértil, que cuando caiga la semilla, que es Su Palabra, pueda dar fruto en mi vida.

El Espíritu Santo en una ocasión llamó mi atención cuando oré de esta manera y me llevó a reflexionar: ¿Si tuvieras que dibujar o plasmar en una imagen tu campo espiritual, cómo se vería?, ¿lleno de fruto?, ¿en proceso de crecimiento?, o quizás ¿desértico?, y me gustaría que te hicieras la misma pregunta. En nuestras respuestas quizás podríamos encontrar que nuestro campo espiritual pudiera no estar lleno de fruto, pero te has preguntado: ¿en dónde radica el problema de la falta de fruto?, ¿en el sembrador (Jesús), en la semilla (la Palabra de Dios), o en el campo (tú y yo)? Es claro que el problema radica en cada uno de nosotros, pero no porque seamos un mal campo, pues recordemos que ya el Señor nos restauró, renovó, nos dio una nueva identidad y un nuevo corazón (Ezequiel 36:26-27), el problema principal es que tú y yo, aunque hemos sido renovados, lastimosamente o no creemos esta verdad, o si la creemos tendemos a olvidarla, lo que genera que no podamos vivir de la manera correcta, con un campo espiritual lleno de fruto.   Oración.

«Señor, yo sé que me has renovado y me has dado un nuevo corazón, por eso mi petición en este día es para que me ayudes a nunca olvidar lo que has hecho en mi interior y a demostrar con mis actos que ya no vivo yo, sino que Cristo es quien vive en mí, amén.

viernes, 24 de mayo de 2024

Ver claramente

 


Ver claramente

“La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.” Salmos 119:130

El día de hoy estuve oyendo una canción cristiana llamada: Mente sana, en ella se puede oír a la artista decir lo siguiente: “quebranta y remueve las escamas de nuestra vista y danos mente sana en lugar del temor, mente sana para ver claramente, mente sana por tu Espíritu Dios”, y lo que ella trataba de dar a entender es que cuando tenemos una mente llena de ansiedad, depresión o con pensamientos incorrectos, tendemos a ver de manera distorsionada o nublada nuestra vida, pues debido al miedo y la tristeza no podemos ver claramente. Al finalizar esta parte de la canción el Espíritu Santo me recordó el pasaje de HECHOS 9:17-18, en donde se nos revela que Ananías al orar e imponer las manos a Saulo vió cómo éste hombre recobró la vista y cayeron de sus ojos como escamas; me pareció tan interesante que hicieran una comparación como ésta para pedirle a Dios en medio de una canción que cayeran de nuestra mente todos esos pensamientos que nos nublan y no nos permiten ver más allá, pues esa neblina nos deja como ciegos, nos hace perder toda esperanza hacia el futuro e impide que podamos ver lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Éste no es el único pasaje que nos habla sobre la importancia de ver claramente, pues en 2 Reyes 6:8-23 observamos a Eliseo orando por su criado para que en vez de ver a través del temor, viera desde la perspectiva de Dios: “Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.” 2 Reyes 6:17

Hermanos, cuán importante es acercarnos al Señor y dejarnos tocar por Él, oremos y dejemos todos esos pensamientos incorrectos en sus manos, y pidámosle que a cambio nos permita ver claramente a través de Su palabra. Oración.

«Padre, gracias por permitirme ver claramente a través de la meditación de tu palabra y por la revelación de tu Santo Espíritu, me permites estar confiado hacia un futuro que todavía no llega, y en paz con un pasado que ya sanaste, amén.

jueves, 23 de mayo de 2024

Una verdadera sierva de Dios

 


Una verdadera sierva de Dios y un ejemplo para nosotros que impacto en sus nueras. Pero una de ellas decidido no segarla y regreso a su tierra y a sus Ídolos.  Esta es la Historia. 

Rut

1 Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.

2 El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.

3 Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,

4 los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años.

5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.

6 Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.

7 Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.

8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.

9 Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron,

10 y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.

11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?

12 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,

13 ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.

14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.

15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.

16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.

18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.

19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?

20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.

21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?

22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

martes, 21 de mayo de 2024

Ejercita tu mente

 


Ejercita tu mente

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” Deuteronomio 6:6-9

Estas palabras las dijo Dios al pueblo de Israel hace mucho tiempo y no es casualidad que hoy nos las esté repitiendo, pues al parecer el ser humano independiente de la época en la que se encuentre, tiende a sufrir del mismo problema, una mente olvidadiza que con el paso del tiempo se debilita, y es necesario ejercitarla.

En la actualidad, los especialistas mencionan que “el cerebro al ser el órgano motor de todo el organismo y, tal y como si se tratase de un músculo cualquiera, necesita usarse para ser fortalecido”, por eso nos impulsan a practicar la lectura, realizar crucigramas o sudokus, entre otras, para mantenerlo activo, y evitar a futuro, degeneración cerebral y deterioro cognitivo. Seguramente muchos de nosotros practicaremos éstas y otras actividades similares, pero hoy queremos resaltar una en especial que las sobrepasa a todas, la meditación en la palabra de Dios.

La meditación en la palabra nos ayuda a ejercitar y fortalecer nuestra mente, así como el correr, caminar y nadar nos ayuda físicamente ¿lo has notado? Quizás no tanto o no como los resultados que muestra nuestro cuerpo de manera evidente; pero ¿qué tal si te dijera que podríamos identificar de manera sencilla, no su fuerza, sino la falta de ella por nuestros comportamientos? ¡Miremos! ¿Alguna vez has experimentado ansiedad? Cuando ésto sucede es porque en nuestra mente hay pensamientos de temor hacia el futuro, signo de alarma que nos indica que a nuestra mente le falta ejercitarse en la Palabra (1 Juan 4:18), o quizás ¿Has estado en depresión? Síntoma de que estás dejando albergar en tu mente recuerdos del pasado de situaciones sin superar que al recordarlas producen tristeza (Isaías 43:18-19a, 2 Corintios 5:17). Con éstas y otras cosas más podríamos conocer que a nuestra mente le falta ejercitarse y fortalecerse en la palabra de Dios, pues cuando tenemos una mente fortalecida, tenemos pensamientos llenos de la paz de Dios (Filipenses 4:7)

Hermano, es tiempo de ejercitar tu mente leyendo y meditando la Palabra de Dios.   Oración.

«Padre, gracias por enseñarme y motivarme a meditar diariamente en tu palabra, cuando lo hago puedo experimentar tu paz y vivir conforme a tu voluntad.

lunes, 20 de mayo de 2024

El único Dios verdadero

 El único Dios verdadero

“Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.” Salmos 115:4-8
¿Cuántos de nosotros antes de conocer al Señor teníamos conceptos errados acerca de quién es Dios? Quizás por enseñanzas infundadas en nuestra familia o la cultura religiosa que tenga el lugar en el que nos encontremos, dichos conceptos del mundo nos decían que debíamos adorar imágenes, hablarles a ellas, incluso ponerles ciertas ofrendas o velas para que nos escucharan; pero qué bello es saber que Dios a través de su palabra nos recuerda que nuestra confianza debe estar depositada en Él, el único Dios verdadero, pues estos dioses que narra el Salmista en la porción del pasaje de hoy, tan solo son imagenes hechas de barro que no tienen poder. En cambio nuestro Dios, revelado a nosotros como el único Dios verdadero, tiene la capacidad de: Oír nuestro clamor “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” (Salmos 40:1), estar atento a nuestras necesidades “Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos” (Salmos 34:15), respondernos cuando acudimos a Él “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” (Jeremías 33:3), entre otras cosas más, por eso nos llama a nosotros los creyentes bienaventurados: “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios,” (Salmos 146:5), ¡Doblemente bendecidos! por haber conocido y creído en la Verdad, Jesús, quien nos ha hecho libres de todo concepto erróneo de este mundo presentándonos y permitiéndonos conocer al Padre tal como Él es (Juan 8:32, Juan 14:6, Juan 1:18)
Hermanos, persistamos en el conocimiento del Señor a través de la lectura de Su palabra y pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a mantener en nuestra mente una imagen correcta de quién es nuestro único Dios verdadero. Oración.
«Padre, gracias por revelarte a mi vida por medio de las Escrituras y de tu Santo Espíritu, qué hermoso es poder conocerte cada día y saber que cuando te hablo por medio de la oración, tú no solo me escuchas, sino que también me respondes a través de tu palabra mostrándome el camino por el cual debo andar.

domingo, 19 de mayo de 2024

Tú proveerás


 Tú proveerás

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”‭ Mateo 6:33
Vemos que una vez Ana logra despojarse de esa desesperanza que antes albergaba, y decide apropiarse a cambio del gozo del Señor (poniendo su esperanza y confianza en Él), entonces viene como una añadidura lo tan anhelado, un bebé: “Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.” (1 Samuel 1:19). Muchos de nosotros al leer esta última porción del pasaje interpretaríamos algo como: “Ana tenía razón, Jehová se había olvidado de ella”, pero no, ésta no es la interpretación correcta, para entenderlo pondremos esta porción en la NTV “Ahora bien, cuando Elcana se acostó con Ana, el Señor se acordó de la súplica de ella” Aquí hay una connotación muy diferente, pues nos revela que no era que el Señor no se acordara de que Ana existiera, sino que se acordó de su petición, es decir, la tuvo en cuenta, y no sé si lo has pensado pero para que el Señor tome en cuenta tu petición o la mía eso indica que es claro que Él me escucha, que me conoce, sabe mis necesidades y está atento a suplirlas como el buen Padre que es, pues las Escrituras dicen: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Mateo 7:11.
Qué hermoso ver el cumplimiento de la voluntad de Dios en la vida de Ana, y aun en nuestras vidas, pues a Su tiempo llegó ese bebé tan anhelado que sería consagrado al Señor, ya no con el pensamiento equivocado de “recibir algo a cambio para que el Señor conteste mi petición”, sino reconociendo que como toda dádiva es de Dios, a Él le pertenece la vida de ese pequeño llamado Samuel. Ana sabe que lo mejor que puede hacer es enseñarle a su hijo desde pequeño la importancia de rendirse a Dios y de entregarse por completo a Él sabiendo que esto le dará plenitud a su vida. Oración.
«Señor te entrego mis sueños y mis anhelos, descanso en ti sabiendo que responderás a tu tiempo y permitirás en mi vida lo que sea mejor, quizás no logre entender por completo en el momento en el que no llegue lo deseado, pero llévame a tener paz y fe en medio de la espera y a tener presente que tu voluntad siempre es y será buena, agradable y perfecta.

sábado, 18 de mayo de 2024

Mente mía recuerda que la victoria está en el nombre del Señor

 


Mente mía recuerda que la victoria está en el nombre del Señor

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. “Romanos 12:2

Cuán importante es tener los pensamientos correctos en nuestra mente, y a través de la vida de Ana, el Señor en devocionales anteriores nos lo ha estado recordando, pues ¿cuántos de nosotros, al igual que ella, hemos pensado alguna vez que la manera en la que Dios concederá nuestras peticiones es a través de realizar promesas o intercambios? Quizás muchos de nosotros lo hemos hecho, pero ¡gloria a Dios por permitirnos conocerle en intimidad y por medio de la revelación de su Espíritu Santo cuando estudiamos Su Palabra! pues gracias a esto es que entendemos que si el Señor suple nuestras necesidades, no es por nuestras obras, promesas o intercambios que le ofrezcamos, sino por Su carácter Bueno, y aunque también sabemos que es Soberano y puede actuar como Él lo considere pertinente, comprendemos que nunca dejará de ser Justo en todo lo que hace. Cuando conocemos estas verdades y creemos en ellas experimentamos un cambio en nuestra manera de pensar, como le pasó a Ana, quien pasó de tener pensamientos tales como: “Si te dignares a mirar mi aflicción, si te acordares de mí, si no te olvidaras de mí, si me dieras un hijo varón yo te lo consagraría” (1 Samuel 1:11ª), a depositar en su mente pensamientos conforme la verdad del Señor: “Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salvación.” (1 Samuel 2:1), al hacer esto vemos cómo de manera inmediata a Ana le retorna su alegría, no porque haya cambiado su situación, pues hasta ese momento ella no estaba en embarazo (pues ese era el anhelo que tenía), sino porque ha descansado y puesto su esperanza en el Señor, entendiendo que la voluntad de Dios siempre será buena, agradable y perfecta.

Hermanos, es tiempo de renovar nuestro entendimiento con la verdad de Su palabra y poner nuevamente nuestra esperanza en quien nunca avergüenza, Jesús.    Oración.

«Señor mi mente dice que no es posible esperar en ti, pero mi corazón, que es ese lugar en el que está tu Hijo Jesús y tu palabra, me recuerda que sí es posible hacerlo por medio de la fe puesta en ti, amén.

viernes, 17 de mayo de 2024

Alma mía no calles Él resucitó

 


Alma mía no calles Él resucitó

“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” 1 Corintios 15:14

El día de ayer hablamos sobre la importancia de despojarnos de toda desesperanza y ansiedad, echándola sobre el Señor, para poder experimentar en nuestras vidas esa paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, que es la única que puede darnos descanso a nuestra alma. Para poder vivenciarla necesitamos de la fe, y hoy queremos resaltar esto, pues la palabra de Dios dice que sin fe es imposible agradarle (Hebreos 11:6); a la fe que hacemos mención es a esa fe verdadera, que está cimentada en una persona, Jesucristo, pero también en su resurrección, pues como dice 1 Corintios 15:14 “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.”, nosotros somos aquellos que hemos creído en esta verdad: que Jesús no solo murió, sino que también se levantó de los muertos al tercer día como lo confirman las Escrituras y nos lo revela el Espíritu Santo de la promesa (Lucas 24:1-7).

Cuando aprendemos a tener esa fe correcta que es: “la certeza y la convicción en que Jesús, el autor y consumador de la fe, cumplirá lo que ha prometido en Su palabra.” se nos revelan grandes verdades que nos permiten descansar en el Señor: sus atributos, Su poder, Su bondad, Su fidelidad, Su amor, entonces nuestra alma se goza, nuestros labios declaran su palabra, nos llenamos de alegría, vuelve nuestro semblante, nuestro corazón se alienta, vuelve el ánimo de comer, y mejoran nuestras relaciones interpersonales, como vimos en devocionales anteriores que le sucedió a Ana (ver reflexión titulada: “El pozo de la desesperación”), quien pasó de vivir en desesperanza a poner nuevamente su esperanza en quien debería de estar puesta, el Señor (1 Samuel 2:1-11).

Hermanos, quizás te has sentido identificado hasta este momento con toda la problemática de lo que significa vivir en desesperanza y ansiedad, pero el día de hoy te quiero invitar a que te des la oportunidad de aprender a vivir en lo que Dios quiere para tu vida, una vida llena de esperanza.   Oración.

«Padre, ya no quiero vivir más en ansiedad y desesperanza, quiero experimentar día tras día lo que es estar aferrado a ti, quien eres mi esperanza fiel y verdadera, amén.

jueves, 16 de mayo de 2024

Mente mía recuerda

 


Mente mía recuerda

“porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” 2 Corintios 10:4-5

En devocionales anteriores hemos venido hablando sobre la desesperación (falta de esperanza) y cómo ella produce en el ser humano diversos efectos, entre ellos la ansiedad. La ansiedad es considerada actualmente como una emoción que consiste en un miedo excesivo al futuro, y los especialistas nos informan que ésta se genera en la mente, por eso la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha considerado la ansiedad como un trastorno mental. Claramente todo esto que se siente en nuestras emociones, pero se genera en nuestra mente, termina afectando nuestra voluntad, y por ende, el comportamiento de cada individuo, es decir que perjudica toda nuestra ALMA, y al verse afectada el alma, nuestro cuerpo lo somatiza de alguna manera (como lo vimos días atrás).

Pero entonces ¿cuál es la solución a esta problemática? Para el corazón que está con desesperanza, desesperanza que produce ansiedad, nos dicen las Escrituras que esto se vence con LA ESPERANZA, pero ¿Qué significa esto? “La esperanza es la expectativa que se tiene de recibir lo que se nos ha prometido, pero está puesta en alguien confiable, quien nunca cambia, Jesús.”. La palabra de Dios nos dice que nuestra esperanza, Jesucristo, no avergüenza (Romanos 5:5a), pues Él “es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Hebreos 13:8) y nos recuerda además que “todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén,” (2 Corintios 1:20) pues “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19). A través de este devocional lo que el Señor quiere que nuestra mente recuerde, al meditar en las Escrituras, es la importancia de echar toda ansiedad sobre Él y de despojarnos de todo ese peso que nos produce el vivir en desesperanza y ansiedad, derribando todo argumento que se levanta en contra de la verdad que Dios nos enseña (2 Corintios 10:4-5).   Oración.

«Gracias Padre por tu palabra, porque cuando medito en ella, encuentro verdades reveladoras y hallo descanso para mi alma, amén.

miércoles, 15 de mayo de 2024

El pozo de la desesperación

El pozo de la desesperación


“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación,” Salmos 40:1-2a

¿Alguna vez has experimentado lo que es estar en el pozo de la desesperación? Para poder dar respuesta a este interrogante tendríamos que tener claridad sobre este concepto de desesperación, el diccionario nos dice que la desesperación o desesperanza es la pérdida de la esperanza, lo difícil de vivir en ella es que ésta produce en nuestras vidas ansiedad, depresión y muchas otras cosas más, entre ellas:

Emociones desequilibradas: llanto excesivo que se puede llegar a convertir en depresión, rabia, irritabilidad (1 Samuel 1:6)

Afectación en nuestro propio cuerpo, dejando de comer o, por el contrario, comiendo en exceso (1 Samuel 1:7)

Daño a nuestras relaciones interpersonales al vivir en discusiones y desacuerdos (1 Samuel 1: 6ª, 8)

Reserva de emociones, pues al pensar que esto es lo correcto, no hablamos sobre lo que nos molesta, pero a cambio, llenamos nuestro corazón con ofensas que nos hayan hecho los demás. Ocultamos nuestros sentimientos a nuestra pareja, incluso no somos sinceros con Dios y evadimos el tema a pesar de que sabemos que Él todo lo conoce, hasta que ya no aguantamos más y explotamos. (1 Samuel 1:9-10,16b)

Frustración al no tener lo que queremos, pensando que lo que no tenemos es lo que nos hace falta para estar bien, plenos, completos (1 Samuel 1:11b)

Pensamientos equivocados tales como: “Dios no se ha dignado a escuchar mi clamor o ver mi aflicción” (1 Samuel 1: 11a)

Estos y muchos más efectos podríamos encontrar en una persona cuando vive en desesperanza y quizás, al igual que yo, te has visto reflejado en muchos de estos comportamientos, pues lastimosamente no todo el tiempo somos coherentes con nuestra fe ni tampoco actuamos correctamente, sin embargo, este devocional es para entender que el vivir en desesperanza es algo equivocado, pero ¿qué tanto afecta mi vida el estar así, ¿cuál es la manera correcta en la que Dios quiere que vivamos? Estas y muchas preguntas más responderemos en los siguientes devocionales.  Oración.

«Padre, no quiero vivir como el mundo lo hace actualmente, sumergido en desesperanza, pues como hijo de Dios sé que tú eres mi esperanza y me has llamado a ser lumbrera en medio de tanta oscuridad, amén.


martes, 14 de mayo de 2024

Buscando a Dios para conocerle

 


Buscando a Dios para conocerle

“Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.” Salmos 14:2

¿Cómo sería nuestra vida si en vez de buscar a Dios para pedirle cosas nos dedicáramos a buscarle, pero para conocerle? ¿Te has hecho esta pregunta? Yo sí, y cuando la respondí me dí cuenta que la mayoría de veces que he recurrido a Dios ha sido, principalmente, para pedirle cosas en particular: Ayuda para una prédica o reflexión (pero no con la motivación de aprender sino para poder dar cumplimiento a alguna responsabilidad adquirida), en otros momentos, como en una discusión, lo he buscado para darle quejas de la otra persona porque es claro que la culpable de ese altercado “no he sido yo”. Con lo anterior, no quiero decir que esté mal buscar a Dios en situaciones como éstas, pues a lo que queremos hacer énfasis en éste devocional es a ¿cuál es el motivo principal por el cual buscamos a Dios? si lo meditamos encontraremos que muy probablemente, en algunos casos, nuestro motivo principal no será el buscarle para conocerle, sino para obtener algo a cambio.

Lastimosamente del ser humano no ha salido la iniciativa de buscar a Dios, pues ésta siempre ha sido de Él, lo vemos aún desde el Edén, ¿cuando el hombre desobedece a Dios, qué hizo, buscar al Señor? ¡No! lo que hizo fue esconderse, alejarse de Él (Génesis 3:8), en cambio vemos cómo Dios buscó a Adán y Eva para restaurar la relación que se había dañado a causa del pecado.

Hermanos, aunque toda iniciativa viene de parte de Dios, para buscarnos e impulsarnos a tener una relación personal de amor con Él, nosotros necesitamos tomar decisiones diarias de aceptar y corresponder a su llamado.   Oración.

«Padre, que mi motivo principal a la hora de buscarte no sea obtener algo a cambio sino conocerte. Señor, cuando me dedico a buscar tu rostro y tu justicia sé que no tengo de qué preocuparme, pues, aunque tengo otras necesidades (y tú las conoces) sé que éstas vendrán como añadidura.

lunes, 13 de mayo de 2024

Carta de amor

 


Carta de amor

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:16-17

¿Cuántos de nosotros en nuestra juventud recibimos cartas de amor? En ellas nos expresaron las más bellas palabras de amor, la gran admiración que sentían por nosotros, incluso quedaron plasmadas un par de promesas. Cada vez que las leíamos suspirábamos pues no podíamos creer todo lo que estaba escrito.

Hoy escuché una canción titulada de esta manera: “Carta de amor”, en ella el artista habla, no sobre un amor de juventud, sino que narra una declaración de amor que nuestro Amado Jesús ha hecho a la humanidad, aquella carta no está escrita en un papel, ni con tinta que pudiera borrarse, sino en una cruz y con su preciosa sangre, en esa cruz se expresan más que palabras o promesas pues lo que en ella se revela es el amor puro, bueno y fiel que nuestro Amado tiene por nosotros. Su amor es tan grande que puedes ver: sus manos extendidas en una cruz, sus heridas en el costado y en todo su cuerpo, una corona de espinas sobre su cabeza y por último, lo puedes ver morir sobre el madero a cambio tuyo y mío, pues su propósito no era que nosotros muriéramos sino que cuando Él tomara nuestro lugar y pagara nuestra deuda, creyéramos y aceptáramos su sacrificio para que entonces pudiéramos disfrutar de una vida eterna en Su presencia. ¡Esa sí que es una carta de amor!

Claramente ese amor no lo merecemos (1 Juan 4:10) y esto es lo que nos hace sentir aún más agradecidos con Dios, pues cuando conocimos su amor transformó por completo nuestras vidas, nos dio verdadero propósito, pero sobre todo ha puesto un anhelo en nuestro corazón de querer compartir con otros ésta misma carta de amor que el mismo Jesús nos entregó.   Oración.

«Padre qué carta de amor tan bella la que nos has dado, son más que palabras, son los actos de tu Hijo Jesús, su sacrificio, la cruz, su amor, el que recordamos y nos hace suspirar pues cuán grande fue el precio que tuvo que pagar para escribir esta carta de amor que perdurará por la eternidad, amén.

domingo, 12 de mayo de 2024

Siguiendo tu voz

 


Siguiendo tu voz

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,” Juan 10:27

Cuando leí este pasaje tuve la curiosidad de saber si lo que narra el evangelio de Juan sucede en la vida real, pues nunca he tenido contacto ni con ovejas, ni con pastores. Decidí recurrir a internet y buscar algo relacionado con esto, para mi sorpresa ¡había un video! Era un experimento que consistía en probar esta teoría. En él se ve a un pastor enseñando a tres tipos de personas el llamado que utiliza con sus ovejas. Cada integrante fue pasando, llamó al rebaño tal como se le había indicado, sin embargo, ninguno tuvo éxito; de repente le dieron el turno al pastor y te puedo decir ¡qué emoción me dió al ver cómo poco a poco las cabezas de las ovejas (que estaban pastando), empezaban a levantarse en búsqueda de su dueño!, seguido a esto cuando lograron ver dónde estaba su pastor, salieron corriendo a su encuentro, entonces entendí de manera gráfica lo que el Señor quería enseñarme a través de este pasaje: Si animalitos como estos logran diferenciar y reconocer la voz de su pastor, a pesar de tanto ruido o de impostores que quieren hacerse pasar por su dueño, ¿cómo yo siendo un hijo de Dios no puedo reconocer su voz?

Claramente el reconocer la voz de nuestro Pastor toma tiempo, tiempo de intimidad, pues imagínate ¿cuántas horas al día tiene que pasar una oveja con su dueño para poder reconocerle? ¡Muchas! Debe ser un trabajo de largos años, en el que el pastor habla y ellas escuchan, establecen su propio lenguaje, su llamado particular para que no haya confusión. De la misma manera sucede en nuestra relación con el Señor, necesitamos pasar tiempo de intimidad con Él para poder reconocer su voz, su manera particular de llamarnos, de tratarnos.

Hermanos, aprendamos de éstas singulares ovejitas y sigamos su ejemplo, pasemos tiempo de intimidad con el Señor, aprendamos a reconocer la voz de nuestro Pastor y sigámosle.  Oración.

«Señor Jesús, yo quiero ser de aquellas ovejitas que al escuchar tu voz salen corriendo a tu encuentro para seguirte. Ayúdame a dedicar más tiempo a nuestra intimidad pues sólo así podré reconocer fácilmente tu incomparable voz, amén.

sábado, 11 de mayo de 2024

El pequeño valiente

 


El pequeño valiente

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” Jeremías 9:23-24

Meses atrás observé frente a mi casa a un pequeño gorrión que se enfrentaba con valentía contra un grupo de pájaros negros que querían quedarse en la cima del árbol en que este pequeño posaba, me llamó la atención que a pesar de ser tan pequeño y menor en cantidad ¡nada lo atemorizaba! Cuando ví esta situación, inmediatamente vinieron a mi mente las palabras que pronunció el rey David en una situación similar: “Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.” Salmos 27:3, claramente aquél pequeño gorrión no pensaba en este pasaje mientras enfrentaba a sus enemigos, sino que actuaba conforme lo que le decía su instinto, ese que aparentemente estaba lleno de “valentía”. Esta situación me hizo reflexionar mucho más allá, pues ese fue el caso del gorrión, pero ¿qué pasó con David?, ¿cómo fue su reacción?, a él no lo vemos saliendo de su escondite ufanándose de su fuerza y grandeza, ¡persiguiendo a sus enemigos! ¡No!, lo vemos en humildad reconociendo que si Dios no fuera su salvación, fortaleza, roca y tabernáculo no podría llegar a salir vivo de esa situación pues sus oponentes eran muchos. Ahora, ¿cómo actuamos nosotros? Quizás ante situaciones extremas seguimos el ejemplo de David: recurrimos a Dios, nos refugiamos en Él, pero sólo en estos casos (porque la situación se nos sale de las manos) pero, ¿será que hacemos lo mismo en las menos apremiantes? Tal vez no, pues en ellas decidimos solucionar conforme nuestra “valentía”, bajo nuestra propia fuerza, como aquel gorrión.

Hermanos, el día de hoy Dios nos está recordando la importancia de no alabarnos o jactarnos en nuestras propias capacidades, aprendamos de David, quien en todo momento dependía de Dios, anhelaba estar siempre en la presencia del Señor, se tomaba el tiempo necesario para conocerle, pero sobre todo descansaba en Dios pues sabía que Él era su amparo y fortaleza. Oración.

«Padre, reconozco que en muchas ocasiones de mi vida me he hecho el “valiente”, he pensado que para solucionar los problemas menores no necesito tu ayuda y cuán equivocado he estado pues a ti no solo te necesito algunos días sino siempre. Señor ¡Cuánto me falta aprender a depender de ti! ayúdame a nunca olvidarlo y a refugiarme en tus brazos y dame sabiduría cualquiera que sea la situación, amén.

viernes, 10 de mayo de 2024

Creo en ti Jesús

 


Creo en ti Jesús

“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Juan 11:25-26

Qué dolorosa situación la que presentaban Marta y María, y qué difícil de entender en ese momento las palabras de Jesús, hoy las podemos comprender porque conocemos el final victorioso de éste suceso, pero ellas en ese momento no, estaban frente a una realidad en la que su hermano había fallecido. Si nos pusiéramos en su lugar seguramente podríamos experimentar su dolor, al pensar en la ausencia física que dejaría la muerte de su hermano, o rabia porque no entenderíamos qué fue lo que sucedió, quizás hasta haríamos las mismas preguntas y afirmaciones al Señor: “Si hubieses estado aquí”; pero lo que queremos resaltar en este devocional no es este cúmulo de sentimientos que emergen en estas situaciones sino las palabras de Jesús, que producen tanto en Marta como María fe, pues esa fe es la que debería estar por encima de cualquier tipo de emoción, pues es la fe la que nos permitirá tener descanso, consuelo y esperanza ante cualquier situación, por eso el libro de Hebreos nos recuerda que aunque muchos creyentes murieron físicamente y sin haber recibido lo prometido (porque esperaban algo mejor) nos resalta que lo que permaneció vivo en ellos fue su fe, y por esa fe en Jesús ahora están vivos eternamente, gozando en un nuevo hogar de la presencia de Dios (Hebreos 11:13-16).

Hermanos, esa debe ser nuestra meta, anhelar una patria mejor, la celestial. Que las aflicciones de este mundo no nos distraigan ni hagan decaer nuestra fe en que pronto nos reuniremos todos los hijos de Dios en un lugar mejor, en donde ya no habrá más llanto, ni dolor, porque las primeras cosas habrán pasado (Apocalipsis 21:4)    Oración inicial

«Señor Jesús creo en ti y en que eres el Hijo de Dios, sé que tienes preparado un hogar para mí allá en el cielo y esa es mi esperanza, que esa patria es mucho más grande que cualquier anhelo que pueda llegar a tener en este mundo, pues nada se compara con el vivir eternamente junto a ti, amén.

jueves, 9 de mayo de 2024

El carácter de Dios

 


El carácter de Dios

Al meditar en este pasaje el Señor me llevaba a cuestionarme en ¿cómo es mi carácter? Y podría decirte, que cuando todo marcha bien y no existen inconvenientes, mi carácter es el mejor: amoroso, paciente, dadivoso, pero qué mal se ve mi carácter cuando hay una discusión, pues actuó conforme lo que creo “se merecen” los demás y no acorde al carácter compasivo, misericordioso y amoroso de Dios ¿Te ha pasado? Para dar respuesta a esta pregunta tomaremos un ejemplo: ¿cuál ha sido tu reacción cuando tienes que ayudar a alguien con quien acabas de tener una discusión?, ¿con todo el amor lo ayudas?, o por el contrario, ¿eres de los que se demora en hacerlo, porque necesitas esperar que tu disgusto baje, para poder que vuelva a nacer esa parte servicial? O definitivamente ¿te niegas a ayudarlo, porque a causa de sus ofensas, ya “no se lo merece”? Por lo general el ser humano tiende a responder de las dos últimas maneras, pero en ellas sólo podemos ver reflejado un carácter orgulloso con el cual, según las Escrituras, ya no deberíamos estarnos identificando (Gálatas 2:20)

Al leer o escuchar este devocional entendemos que necesitamos un ajuste en nuestro carácter, para que de manera práctica y vivencial sea como el de Cristo, pero para lograrlo no podemos hacerlo solos (Juan 15:5), necesitamos al Ayudador, el Espíritu Santo de Dios, quien en esas situaciones difíciles nos guiará, para ya no responder a los demás de acuerdo a lo que nos hagan, sino conforme lo que somos en Cristo, conforme ese carácter de Dios, quien ya sabemos, no nos paga conforme nuestras iniquidades sino conforme a lo precioso de su carácter.  Oración.

«Padre, en esta mañana te doy gracias porque tu misericordia se renueva día tras día. Gracias, porque, aunque no lo merezco, tú me tratas conforme a tu bondad más no conforme a mis iniquidades. Cuan bello y maravilloso es tu carácter.»

“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Amen

miércoles, 8 de mayo de 2024

Misericordia y amor

 


Misericordia y amor

“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,” Tito 3:4-5

Qué hermoso es ver que cuando se manifestó la misericordia de Dios para con nosotros, no se manifestó sola, sino con Su amor. Esto nos podría indicar que estas dos características del fruto del Espíritu Santo, el amor y la misericordia, van de la mano; claro está que al amor que hacemos referencia no es al que proviene del ser humano (un amor imperfecto), sino al amor perfecto de Dios que nos lleva a manifestar, en amor, su misericordia a familiares, amigos, conocidos, incluso a nuestros enemigos, pues la palabra de Dios nos dice en Mateo 5:44-48 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” La misericordia entonces no es un fruto que debemos manifestar a algunos solamente, pues como hijos de Dios e imitadores de Jesucristo estamos llamados a reflejarlo ante todos.

Hermanos, la biblia nos dice que podríamos ser misericordiosos y no tener amor, pero de nada nos serviría, así que aceptemos la invitación del Señor y agreguemos a la misericordia, el amor perfecto de Dios (1 Corintios 13:1-3)   Oración.

«Padre, grande es tu amor por mí y tu misericordia es eterna, no lo merezco, pero eso me hace admirarte aún más, pues tú me das todo esto y mucho más, por lo hermoso de tu carácter. Gracias Señor por amarme de tal manera, ahora yo quiero ir al mundo y hacer lo mismo que tú, amén.

martes, 7 de mayo de 2024

Misericordia

 


Misericordia

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23

El mundo actual define la misericordia como una “virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas”, y si nosotros llegáramos a considerarla como una virtud que depende del ánimo, la actitud o disposición del hombre, solamente llegaríamos a manifestarla a otras personas, pero de manera intermitente. La palabra de Dios, en cambio, nos revela un concepto totalmente diferente, pues la misericordia (también conocida como benignidad o bondad) no se considera como una capacidad propia del ser humano !No! sino como un fruto del Espíritu Santo de Dios, el cual se podrá desarrollar o visualizar en la vida del creyente a medida en que tengamos una comunión íntima y diaria con el Señor, entonces sólo así podremos manifestar a otros misericordia, ya no por temporadas, ni por emociones sino en todo momento y por convicción ¡Esto es lo que quiere el Señor para cada uno nosotros! que la misericordia (fruto del Espíritu Santo) nos acompañe SIEMPRE, todos los días de nuestra vida. Esa es nuestra tarea, reflejar el carácter misericordioso de Dios al mundo en general, un carácter que no varía pues Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos y sabemos que su misericordia permanece para siempre (hebreos 13:8, Salmos 136:1)

Hermanos, para poder manifestar la misericordia, la palabra de Dios nos revela que necesitamos adicionalmente de un fruto del Espíritu Santo que le acompañe, el amor, y en este fruto profundizaremos el día de mañana.  Oración

«Padre, ¡cuánto admiro tu carácter, tienes miles de atributos! y mi meta, sin duda alguna, es reflejar en este mundo todo lo que he aprendido y recibido de ti, por eso pido tu ayuda porque sin ti nada podría hacer. Reconozco que necesito seguir aprendiendo tu palabra, pasar más tiempo de intimidad contigo y enamorarme cada día más y más de ti. Ayúdame a buscarte sin cesar todos los días. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

lunes, 6 de mayo de 2024

Dios de Promesas

 


Dios de Promesas

“Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números 23:19

“porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.” 2 Corintios 1:20

Hoy meditaba sobre ¿Por qué al ser humano le gustan las promesas? Y es que, si lo pensamos bien, ellas nos dan una esperanza hacia algo que anhelamos recibir en un futuro. No sabemos cuándo se cumplirá, ni cuánto tiempo tardará, basta sólo con esperar con alegría el momento en el que ésta se realizará; aunque, dependiendo de quién sea el que nos prometa, sabremos esperar, o por el contrario, perderemos la esperanza de que ese sueño se vuelva realidad. Pero, a las promesas que hoy hacemos mención no son las que hace cualquier persona ¡No! las que resaltamos en éste devocional son las promesas de Dios, que sin importar si lo merecemos o no, se cumplen porque dependen de su carácter inmutable.

Alrededor de la biblia encontramos diversos ejemplos en los que Dios cumplió a cabalidad con Su palabra, como por ejemplo con Abraham, cuando le dijo que, aunque él era viejo, su esposa estéril y no tenían hijos, su descendencia vendría a ser como las estrellas que están en los cielos o la arena que se encuentra a la orilla del mar (Génesis 22:17), y cómo no mencionar el nacimiento de nuestro Salvador, una promesa hecha para la salvación de la humanidad (Génesis 3:15, Lucas 2:11).

Hermano, hoy te invito a que no dudes de la Palabra de Dios pues como dicen las Escrituras fiel es el que ha hecho la promesa, y adicionalmente nos recuerda que Jesús quien es nuestra esperanza jamás nos defraudará, tan solo no permitas que desmaye tu fe (Hebreos 11:1,6; Santiago 1:6)   Oración.

«Padre, te alabo y te bendigo porque me has permitido ser testigo del cumplimiento de tus promesas. Tú nunca fallas, no cambias de parecer, ni llegas tarde. Señor Jesús en ti está puesta mi esperanza y sé que jamás será defraudada, amén.

domingo, 5 de mayo de 2024

Cansado

 


Cansado

“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29

¿Alguna vez has sentido que te has quedado sin fuerzas? Yo sí, en ocasiones no solo lo he sentido físicamente, sino también internamente (en el alma). Cuando meditaba ¿por qué aun siendo joven tengo tal cansancio? Me daba cuenta que no era a causa de mi edad, o de mis muchas ocupaciones, sino más bien por mi falta de intimidad con el Señor, pues puedo decirte que cuando he estado en situaciones de mucho ajetreo y no me he apartado de mi comunión con Dios, las fuerzas parecieran no acabarse, y creo firmemente que hacia allá nos conduce la palabra de Dios, a entender que nuestras fuerzas no dependen de la edad o la falta de ocupaciones, sino de Dios. Fíjate por ejemplo en los más pequeños, no tienen arduos trabajos ni responsabilidades por cumplir, pero también podemos notar en ellos cansancio, como cuando corren por horas y horas, al final de ésto ¿qué es lo que ellos quieren? Tomar una pequeña pausa o siesta para retomar el aliento y recuperar nuevas fuerzas, y creo que tú y yo lastimosamente también nos hemos acostumbrado a lo mismo, a tomar pausas para “descansar”: en el orar, la lectura de la palabra, en el congregarnos, pues pensamos que si hacemos ésto y tan solo nos dedicamos a dormir un poco, ver una serie, un partido u otro tipo de contenido, encontraremos el aliento que necesitamos para poder continuar, pero si meditamos en la Palabra, Dios a través del profeta nos recuerda: “Yo doy fuerzas al cansado, y multiplico las fuerzas al que no tiene ningunas”, y si esto es así ¿por qué seguimos pensando que nuestras fuerzas las encontraremos, en algo o alguien, diferente al Señor?

Hermano, la solución a nuestro cansancio, tanto físico como espiritual, no es el apartarnos a “reposar” de nuestra comunión con Dios, al contrario, encontremos verdadero reposo y nuevas fuerzas, pero en el Señor (Salmos 18:1).    Oración.

«Padre, reconozco que el cansancio que siento es por no estar constantemente a tu lado, me ha faltado tiempo de intimidad contigo, pero no ha sido por ti sino por mí, pues tengo claro que tú siempre me has llamado para encontrarnos a diario. Hoy te pido perdón por no aceptar tu llamado a tiempo y te ruego me ayudes a que mis citas contigo sean siempre una prioridad. En el nombre de Jesús, amén.

sábado, 4 de mayo de 2024

Se cumplirá nuestro destino profético

 

Se cumplirá nuestro destino profético

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre voso


tros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8

“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:9-11

Estas fueron las últimas palabras de Jesús antes de ser levantado en una nube mientras sus discípulos observaban que desaparecía de su vista. Los que lo habían negado, los que habían huido porque no quisieron seguirlo por el Gólgota, porque les dio miedo, porque temían la cruz, estaban ahí frente a Jesús resucitado, Él, no solo estaba mostrándoles el poderío de la resurrección, les estaba llevando una nueva noticia: que sobre ellos descendería el Espíritu Santo y serían testigos para hablar con denuedo y con autoridad, para orar por los enfermos, para declarar libertad a los oprimidos por el diablo. Esa buena nueva también era para nosotros, porque desde el momento en que fue derramado el Espíritu Santo en el Pentecostés, todos los creyentes recibiríamos el poder de Dios para derrotar las tinieblas, el pecado y al mundo, para ser sus testigos y hablar a las personas acerca de Jesús en todas partes.

Dice la palabra que mientras les decía eso, ascendía al cielo y los ángeles anunciaban que, así como se había ido vendría nuevamente por segunda vez en una nube a esta tierra. Él va a volver por su iglesia, la iglesia, que sigue sus pasos sin importar las dificultades y las circunstancias, la que sigue sus pasos en medio de los milagros, pero también en medio del sufrimiento del Gólgota. Gracias a que esos discípulos decidieron seguir los pasos de Jesús, hoy usted y yo podemos conocer esta Palabra, esa Palabra que no se quedó muerta hace dos mil años, sino que es viva hoy y es efectiva.

Podemos tener esperanza, podemos mantenernos firmes hasta su segunda venida porque se va a cumplir 1 tesalonicenses 4: 16-17 que dice: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Vamos a ver cumplido nuestro destino profético que es disfrutar del cielo y de la vida eterna.    Oración.

«Gracias amado Jesús, porque con tu resurrección me has dado la victoria, lléname de tu Santo Espíritu porque quiero afirmarme en tu camino, porque quiero ser tu testigo y proclamar tu Nombre hasta que vuelvas, gracias porque tu Palabra es fiel y verdadera y cumplirás tu promesa de regresar por mí. En el nombre de Jesús, amén.