Ser testigos de Cristo nos permite ver su Eterno Amor
“Bendito sea el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de
su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” Efesios 1:3-6
El Apóstol Pablo llegó a ser un testigo de Cristo, no
solamente porque Jesús se le apareció camino a Damasco, sino porque después de
este encuentro cultivó una relación íntima con el Señor por medio de la
comunión con el Espíritu Santo, y esta comunión le permitió conocer
profundamente a Jesucristo, tanto, que por revelación pudo darse cuenta que
Cristo aun antes de la creación ya había pensado en nosotros y por su gran amor
nos había escogido para que fuésemos hechos a su imagen: santos y sin mancha,
como dice Efesios 1:4.
De igual manera, Dios quiere que lo glorifiquemos al tener
esta misma revelación por medio del Espíritu, y así al estudiar la preexistencia
de Cristo poder ver en la creación, el amor del Señor, preparando todo para que
el hombre como su obra especial, pudiera experimentar su amor y compañía.
Génesis revela que al Dios crear los cielos y la tierra vio que todo era bueno
en gran manera, y que plantó un huerto en Edén, un lugar especial, donde puso
al hombre para relacionarse con él. Lastimosamente cuando el hombre pecó, esa
relación se dañó por causa del pecado, y el hombre fue expulsado del Edén para
que no tomara del árbol de la vida, sino que pudiera experimentar el plan de
salvación que Dios había puesto en marcha, pues su deseo siempre ha sido
adoptarnos como sus hijos por medio de Jesucristo como dice Efesios 1:5, no
queriendo que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento, como
declara 2 Pedro 3:9b.
Hermanos, al igual que Pablo busquemos esa intimidad con
Cristo por medio de la comunión con el Espíritu Santo, para que al ser
transformados en sus testigos podamos comprender su Amor eterno, conociendo que
desde antes de la creación Él ya nos amaba, para que esto nos impulse a
compartir este maravilloso Amor. Oración.
«Padre Dios, tu creación muestra tu gran amor, cómo creaste
todo para darnos a nosotros los hombres un lugar maravilloso para vivir,
gracias por Jesucristo porque en Él he sido adoptado como tu hijo, y este era
tu plan, gracias porque deseas lo mismo para todos los hombres, por eso llévame
a ser tu testigo para compartir tu eterno amor. Amén.