Si es la voluntad de Dios, nada lo puede cambiar
“E hizo
pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová
no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos?
Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a
Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen
parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es” 1 Samuel
16:10-12.
¿Cómo saber
qué dirección es la que Dios quiere que nosotros tomemos? Cuando es la voluntad
de Dios que algo suceda en nuestra vida, nada lo puede cambiar; por eso,
siempre debemos buscar su dirección. Él moverá el cielo y la tierra, pero su
voluntad se cumplirá totalmente en nosotros. Efesios 2:10 dice “Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Al ser escogidos, nos
prepara y equipa para hacer lo que ya ha establecido.
Los
propósitos de Dios para nosotros deben traer contentamiento; aunque
probablemente enfrentemos tiempos de adversidad, podemos estar seguros que en
esos tiempos Él hará que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo
amamos y hemos sido llamados según su propósito (Romanos 8:28).
Estemos
seguros que en los tiempos de espera Dios nos está preparando, guiando y
enseñando para la obra que quiere que hagamos, como lo hizo con David, quien
fue ungido rey pero se hizo en secreto; no fue coronado sino hasta mucho tiempo
después, pero Dios estaba preparando a David para sus responsabilidades
futuras. Lo ungió, sin embargo, tuvo que pasar por desiertos y necesidades para
formar su carácter como rey.
Parecía que
David era el menos dotado de todos los hijos de Isaí, pero el Espíritu del
Señor descendió sobre él desde ese día en adelante y lo llenó de gran
sabiduría, valor y con todas las capacidades de un príncipe. Esto le confirmaba
que su elección era de Dios. La mejor evidencia de ser predestinados al reino
de la gloria es haber sido sellados con el Espíritu de la promesa y
experimentar su obra de gracia en nuestro corazón.
Aquí se nos
enseña que solo Dios mira el corazón, por eso, como el profeta Samuel, debemos
estar dispuestos a hacer la voluntad de Dios y así el Señor nos mostrará sus
planes. David, que estaba apacentando ovejas, nunca se imaginó que sería el
pastor de Israel y que el gran Hijo de David, el Señor Jesucristo, sería el
cumplimiento de ese cuidado pastoral por todos los siglos.
El Señor
juzga por la fe y el carácter, no por las apariencias. Y debido a que solo Dios
puede ver el interior, solo Él puede juzgar a las personas con precisión; por
eso, debemos desarrollar nuestro carácter interior. Mientras todo el mundo
puede ver nuestra cara, solo Dios sabe cómo somos por dentro. ¿Qué pasos
estamos tomando para mejorar la actitud de nuestro corazón? Oración.
«Amado
Señor, tú que examinas los pensamientos y el corazón, que conoces lo profundo
de mi ser, que un día me escogiste y me ungiste con la presencia de tu Espíritu
Santo, permite que mi corazón sea conforme al tuyo, que pueda cumplir tu
voluntad y llevar a cabo tu propósito en esta tierra. Gracias porque me estas
preparando cada día, guiándome y enseñándome para formar en mí el carácter de
Cristo y así poder hacer la obra que me has encomendado. En el nombre de Jesús,
amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
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