Enfocados en Jesús
“De manera
que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David
hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia
hasta Cristo, catorce” Mateo 1:17.
Toda la
Biblia tiene un tema unificador que es Jesucristo, desde el Antiguo hasta el
Nuevo Testamento Él es el enfoque principal e igualmente debería ser el foco
central de nuestra vida. La Biblia es un libro sobre familias; las genealogías
son muy importantes, por eso el libro de Mateo comienza con un árbol
genealógico, donde encontramos, entre los ancestros de Jesús, mujeres gentiles
como Tamar, Rahab, Rut; también a Salomón, concebido por Betsabet y el rey
David, y muchos otros más.
Lo
importante aquí es que Dios usa seres humanos pecadores y comunes para
manifestar su poder y cumplir con su plan de salvación; por eso, por su gracia
también nos incluyó a nosotros sin importar cuál fuera nuestro pasado. La mayor
necesidad para nosotros como para sus ancestros, era recibir el perdón de Dios,
por eso necesitamos de un Salvador.
Jesús es el
cumplimiento de todo lo profetizado en el Antiguo Testamento y es también la
culminación de la historia de salvación. En esa genealogía se expone la
historia del pueblo de Dios, dividida en tres periodos iguales: Catorce
generaciones desde Abraham hasta David (Mateo 1:1-6), catorce generaciones
desde David hasta el cautiverio Babilónico (Mateo 1:7-11) y catorce
generaciones desde el cautiverio Babilónico hasta José padre adoptivo de Jesús.
María también era de la línea de David (Mateo 1:12-17).
El Nuevo
Testamento se fundamenta en la precisión de esta genealogía, exponiendo el
hecho de que el Señor Jesucristo pertenece a la línea de descendencia de
Abraham y a la del rey David; la de Abraham lo sitúa en la nación y la de David
en el trono. Esto coloca a Jesús en una posición única; nació del linaje de
David y de la descendencia de Abraham, por eso los enemigos de Cristo nunca
pudieron refutar su descendencia.
Si el
Espíritu de Dios ha dedicado tiempo y espacio para incluirlas en el texto
Bíblico, preservándolas ante el paso de los siglos, es porque tienen para nosotros
un valor que debemos conocer. En Jesús se han cumplido todas las profecías y
promesas de Dios; por eso, toda nuestra vida es completada en Jesús, nada
faltará de lo que ya Dios ha dicho en su palabra.
Antes éramos
del libro de las generaciones de Adán por nuestro nacimiento físico, porque
llegamos a ser parte de su familia y en Adán todos morimos (Romanos 5:12). Es
el libro de la muerte. ¿Y cómo llegamos a ser parte del libro de las
generaciones de Jesucristo?, entramos por el nuevo nacimiento al creer en
Cristo; esto nos coloca en el libro de la vida del Cordero. Demos gloria a
nuestro Dios y Rey Jesucristo. Oración.
«Gracias
Jesús por completar mi vida, porque estás conmigo y has cumplido tu promesa a
través de tu Espíritu Santo. Ayúdame de hoy en adelante a enfocar mi vida en
ti, a entender que ahora pertenezco al libro de la vida del Cordero y eso me
garantiza que soy de tu familia y que tengo vida eterna; que siempre honre tu
precioso nombre como Dios y como Rey, amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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