La soberanía
de Dios
“Pero
después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José
en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de
Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. Entonces él se
levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. Pero oyendo
que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir
allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y
vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que
fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno”. Mateo 2:19 -23
“Todo lo que
Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos
los abismos” Salmos 135:6.
La soberanía
de Dios se ve en este relato, los magos de oriente fueron guiados divinamente a
la casa donde estaba el niño Jesús, su propósito era honrarlo y adorarlo, era
el Rey que había nacido. Dios intervino sobrenaturalmente para asegurar la protección
de su Hijo de todos aquellos que procuraban su mal, por eso a través de sueños
un ángel le advierte a José que huya a Egipto porque Herodes tenía la intención
de matar al niño, estaba lleno de celos de este pequeño inocente, que era el
verdadero Rey del cielo. El Padre maneja los hilos de la historia, nada ni
nadie puede interponerse a su plan soberano de salvación, por eso cada profecía
sobre Jesús se ha cumplido al pie de la letra.
Pasado el
peligro José nuevamente escucha instrucciones de parte de Dios y regresa
nuevamente a la tierra de Israel y se establece en Nazaret cumpliéndose otra
vez lo dicho en las Escrituras. El inicio de la vida de Jesús en esta tierra no
fue nada fácil, no hubo para Él un lugar en el mesón, Herodes quiso matarlo, toda
Judea lo rechazó y aún en Nazaret no creyeron en Él e intentaron asesinarlo
como dice Lucas 4:29 “y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le
llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de
ellos, para despeñarle”, sin embargo, Jesús nunca dudo de su llamado y misión
delegada por el Padre, por eso, no descansará hasta culminar todo propósito
hasta el final de los tiempos.
Dios es
soberano y nada lo hará desistir, lo que Él ya ha establecido, lo hará. Por eso
como hijos de Dios tenemos que confiar en la voluntad divina, sus designios son
perfectos. Jesús enseñó sobre la soberanía de Dios cuando al orar dijo: “hágase
tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. Mat 6:10. Cuando decimos que
Dios es soberano queremos decir que Él tiene el control de todo, incluso de
aquello que pensamos que no está bajo su control.
Muchos se
preguntan ¿por qué permite la maldad? En realidad, la maldad proviene de la
desobediencia a los principios de Dios, la oscuridad de este mundo es ausencia
de la luz de Dios en la vida de las personas.
Enfrentarnos
a dificultades, mirar lo que sucede conforme a lo que pedimos en oración y ver
como Dios se glorifica aun en medio del sufrimiento, debe enseñarnos a confiar
en su soberanía. Necesitamos aprender a ser obedientes a su voluntad divina, si
Jesús se sometió a ella, no debemos nosotros dudar en hacerlo. Cuando
independientemente de lo que sucede confiamos y nos deleitamos en Él, entonces
Él concederá los deseos de nuestro corazón. Salmo 37:4
Seguros de
que nuestra vida está en sus manos digamos en oración lo que dice el Salmo
138:8 “Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para
siempre; no desampares la obra de tus manos.
Oración.
«Gracias
amado Dios, porque tu propósito para mi vida siempre será el mejor, y aunque a
veces no comprenda plenamente tu voluntad, sé que eres soberano, nunca te
equivocas. Hoy quiero abrazar tu soberanía, amor, bendición y gracia que me son
suficientes para cumplir tu voluntad, ayúdame a confiar en medio de la
dificultad que tienes el control de todo. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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