Jesús, que
seas lo primero en mi vida
“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a
Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” Génesis 22:1-2.
“Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana
traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” Mateo 6:33-34.
A veces Dios
nos pone a prueba con las prioridades; cuando pasamos por dificultades o
estamos muy ocupados con nuestras actividades diarias, tendemos a afanarnos y
buscar respuestas en diferentes partes o apoyarnos en las personas en las que
confiamos, pero nos olvidamos que el Señor está allí, a nuestro lado, para
ayudarnos en el día a día. Nuestra relación con Dios debe ser nuestra
prioridad, aun en medio de los problemas, y nuestro amor por Él debe estar por
encima de los demás amores, por encima de la visión que haya dado para nuestra
vida y aun por delante de las relaciones humanas más estrechas que nos ha
permitido tener.
Abraham fue
un ejemplo de esto, cuando estuvo dispuesto a obedecer a Dios sin importar el
costo. Su gran fuerza era que amaba al Señor más que a cualquier cosa o
persona. ¿Es así nuestro amor por Él?
La gracia de
Dios nos alcanza siempre en medio de las circunstancias; el Nuevo Testamento
nos recuerda que la prueba de Abraham llegó después de que Dios le hiciera las
promesas y, por lo tanto, se constituyó como una prueba de fe y de sus
prioridades. Veamos hebreos 11: 17-19 “Por la fe Abraham, cuando fue probado,
ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es
poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado,
también le volvió a recibir”.
Es normal
sentir pánico ante situaciones de la vida que nos superan y llegar a pensar que
Jesús está dormido como en Mateo 8:24 “Y he aquí que se levantó en el mar una
tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía”;
consideramos que no está haciendo nada con nuestro problema porque nuestra respuesta
natural, ante las dificultades de la vida, es dudar y temer, pero el Señor nos
dice en Juan 16:33 que la respuesta debe ser la confianza: “Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo”.
Jesús es
capaz de calmar cualquier tormenta y traer paz al alma. Si el Señor ya nos ha
mostrado el propósito de nuestra vida, no importa cuántos obstáculos se
atraviesen que nos hagan dudar; si es lo que Él realmente quiere, nos ayudará a
pasar por en medio de ellos y volverá a encauzar nuestro destino. Nada que nos
ocurra está separado del plan que tiene para nosotros.
Aunque a
veces tenemos que aguardar por largo tiempo, las promesas de Dios se cumplen
oportunamente; durante el periodo de espera, el desafío es seguir confiando en
Dios. Oración
«Señor,
aunque a veces las situaciones difíciles son las que yo mismo provoco, quiero
aferrarme a ti; deseo con todo mi corazón que tú seas el primero en mi vida,
antes que mi familia, trabajo, estudio y amigos, y que entienda que aun en la
dificultad, cuando tenga que atravesar el más temeroso mar de pruebas y
obstáculos, tú permaneces fiel para ayudarme a cruzarlo. Gracias por estar
siempre a mi lado. En Cristo Jesús, amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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