¡Cuidado con
las falsas doctrinas!
“Hijitos, ya
es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así
ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último
tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido
de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del
Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la
verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es
anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. 1 Juan 2:18-22
Aquí se nos
muestra la encarnizada guerra que se mantiene entre la luz y la oscuridad;
ahora esa lucha se manifestará con toda crudeza en estos tiempos finales, esa
lucha que se inició cuando el más hermoso de los ángeles quiso ser como Dios e
inició una rebelión que arrastró a muchas huestes celestiales; y aun sabiendo que
ya fue derrotado por la muerte y la resurrección de Jesucristo, sigue engañando
al mundo queriendo llevar al castigo final a cuantas almas pueda conquistar.
Juan nos
dice que todo lo que se opone a Cristo es una doctrina falsa y él es el único
que menciona la palabra anticristo en su primera y segunda epístola. Explica
estas dos características: «estar en contra» de Cristo e «imitar ser» Cristo.
Observemos
la expresión “Hijitos, ya es el último tiempo”, Juan lo escribió hace casi
2.000 años. «Este último tiempo» indica no solo los tiempos del apóstol Juan,
sino nuestro tiempo presente. Él no solo afirma que vendrá o habrá un
anticristo, sino que en sus días ya había «muchos anticristos»; y ¿cómo
identificaba a un anticristo?, el pasaje nos dice “¿Quién es el mentiroso, sino
el que niega que Jesús es el Cristo? ese es anticristo, el que niega al Padre y
al Hijo”.
El
anticristo niega la deidad de Cristo, él está en su contra, es su enemigo sobre
la tierra, por eso el mismo apóstol nos aconseja en 1 Juan 4 :1-3 “Amados, no
creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos
falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios:
Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y
todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios;
y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo”
Como no todo
espíritu es de Dios, se nos recomienda probarlos. Hoy existen películas,
libros, información en las redes, que no revelan la verdadera identidad de
nuestro Salvador y presentan una imagen distorsionada del Señor Jesucristo. Por
eso, como creyentes, debemos siempre basarnos en la palabra de Dios que es la
verdad revelada y nos muestra claramente a Jesús en toda su deidad y humanidad.
El
anticristo es un engañador; él pretende ser Cristo y aparenta ser como Cristo,
pero esto no lo hace como Él. Eso es exactamente lo que el Señor Jesucristo
anunció; Él dijo que vendrían muchos en su nombre, usando su nombre, diciendo
que eran Cristos: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y
harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere
posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24).
Jesús nos
invita a descubrirlo en las Escrituras, Juan 5:39 dice “Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mí”. Tenemos su palabra y también la unción
de su Santo Espíritu, podemos conocer todas las cosas a través de Él.
Recordemos 1 Corintios 2:10 que dice “Pero Dios nos las reveló a nosotros por
el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.
Miremos
entonces qué es lo que creemos, porque quizá nuestras costumbres, hábitos, el
modo de enfocar y vivir nuestra vida pueden ser contrarias a Jesucristo y a sus
enseñanzas. Oración.
«Gracias mi
Jesús porque me llevas a tu palabra, a escudriñarla cada día para encontrarte
en ella. Tú eres el camino para la vida eterna, eres la palabra viviente,
porque todo lo que dijiste e hiciste da testimonio de que eres el Cristo, el
Hijo de Dios que vino en carne para dar su vida por esta humanidad. Solo anhelo
ser un reflejo de ti, que haya coherencia entre lo que creo y hago para que mi
vida siempre esté acorde a tus enseñanzas. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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