El evangelio
es poder de Dios para salvación
“Porque no
me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree; al judío, primeramente, y también al griego”. Romanos 1:16
“¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo
predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” Romanos
10:14-15
Para el
apóstol Pablo la evangelización era su pasión y estaba dispuesto a darlo todo
por ella. Pablo empieza su carta a los romanos, diciendo que está orgulloso del
Evangelio, es sorprendente el trasfondo de esta afirmación puesto que lo habían
metido en la cárcel en Filipos, lo habían obligado a huir a Tesalónica, le
habían sacado de contrabando en Berea, se habían burlado de él en Atenas y en
Corinto su mensaje les había parecido una estupidez a los griegos y un
escándalo a los judíos; sin embargo, él proclamaba que no se avergonzaba del
evangelio porque era poder de Dios para salvación y salió victorioso cualquiera
que fuera su situación.
En su vida
había gratitud y convicción de que el evangelio era el poder de Dios que salva
y transforma vidas. Quizás a nosotros como creyentes nos falta experimentar
estas dos cosas, para que podamos llevar el mensaje de Cristo con valentía y
pasión como lo hizo Pablo.
¿Cuál es
nuestra concepción del evangelio de salvación? De pronto nunca hemos
profundizado en ello, por eso quizás nunca compartimos su mensaje. ¿Es para
nosotros “dunamis” que en el original griego significa fuerza, poder milagroso,
potencia, potestad, dinamita entre otras; capaz de remover al ser humano y
transformar por completo su naturaleza? ¿Es poder que rescata a esta humanidad
de su perdición, de su pecado, de su enfermedad, de la muerte eterna, de la ira
de Dios, de su desesperanza y separación del Creador? ¿O simplemente es un
mensaje más de todos los que hay en este mundo?
El evangelio
sólo puede transformar a aquellos que lo oyen, lo reciben y creen en él. Para
ello, necesitamos la fe que es aceptación total y confianza absoluta en
Jesucristo. La fe empieza por receptividad, cuando estamos dispuestos a
escuchar, luego por asentimiento de la mente cuando estamos de acuerdo que es
verdad, pero el paso decisivo es cuando se pasa a la entrega total, cuando nos
rendimos incondicionalmente a él.
Pablo dice
en Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y
para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. Ser justificados es
entrar en una nueva relación con Dios, una relación de amor, de confianza y de
amistad, en lugar del distanciamiento de la enemistad y el miedo. Ya no nos
dirigimos a un Dios que irradia justo y terrible castigo, sino perdón y amor
redentor.
El que está
en la correcta relación con Dios, no por sus propias obras, sino por su
absoluta fe en lo que el amor de Dios ha hecho a través de Jesucristo, puede
experimentar vida nueva y eternidad.
Nosotros
hemos sido enviados para proclamar su evangelio en esta tierra, tenemos el
poder de Dios para salvación de muchas vidas, pero contestémonos estas
preguntas que hace el apóstol Pablo: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual
no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin
haber quien les predique?” Las personas no pueden creer si no oyen el mensaje
del evangelio, sino estamos dispuestos a predicarlo. Si queremos rescatar al
mundo de la condenación eterna, comencemos por compartir con gratitud lo que el
Señor ha hecho en nosotros. Oración.
«Señor
Jesucristo, gracias por tu obra salvadora en mi vida, ayúdame a recordar que
soy tu voz en esta tierra, que he sido enviado a proclamar las buenas noticias,
moriste en una cruz para que pudiera tener una relación correcta con mi Padre
celestial, perdón de pecados y vida eterna, Permite que mi vida derrame de la
gracia que me has dado. En el Nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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