Proclamando fielmente su Palabra
“La palabra
de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de
almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para
ponerla por obra”. Jeremías 1:11-12
“Yo
testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si
alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están
escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta
profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de
las cosas que están escritas en este libro. Apocalipsis 22:18-19
En el
pensamiento hebreo, entre todos los árboles, se consideraba el almendro como el
árbol vigía, era conocido como el observador o despertador ya que era el primer
árbol que aparecía después del largo invierno con las flores de la primavera.
Dios le da la visión a Jeremías de “una vara de almendro” para que entienda
que, así como ese árbol, él tenía que ser el vigía, el reloj despertador de la
nación de Judá que había caído en un letargo espiritual y debía anunciarles un
duro mensaje de juicio.
Se habían
alejado de Dios y el juicio venía sobre ellos por haber violado el pacto y por
caer en idolatría como dice Jeremías 1:16: “Y a causa de toda su maldad,
proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses
extraños, y la obra de sus manos adoraron”. Dios le estaba diciendo a Jeremías
que la palabra que le iba a dar los sacudiría de su deplorable condición
espiritual, por eso dice: “porque yo apresuro mi palabra para ponerla por
obra”; lastimosamente el pueblo no quería que se le les despertara y rechazaron
el mensaje de Jeremías.
La palabra
“apresuro” en el hebreo es “shacad” que significa “estar alerta”, “estar de
vigilia”. El que vela diligentemente, valora toda enseñanza y se mantiene fiel
en toda sencillez de su mensaje, porque ni una j ni una tilde dejarán de
cumplirse, y porque nadie puede añadir, ni quitar a lo que Dios ya ha dicho.
Una persona de fe siempre se apoya en la Palabra de Dios, y sabe que el Señor
honra su Palabra por encima de todo, Él se ha comprometido a cumplirla, por
eso, confía en sus promesas y toma en cuenta seriamente sus advertencias.
Como hijos
de Dios debemos proclamar fielmente la Palabra de Dios como lo hizo Jeremías,
sin concesiones con los que se oponen a su mensaje, sin distorsionar la verdad
para agradar a otros, sin alterar su esencia para contentar a los hombres.
Debemos estar plenamente convencidos que Dios protege a aquellos que anuncian
su verdad con fidelidad. Por eso dijo en Jeremías 1:8 “No temas delante de
ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová” Oración
inicial
«Padre
amado, gracias por escogerme aun cuando pensaba que no lo merecía. Me envías a
proclamar tu Palabra con poder, a ceñirme de tu verdad y levantarme sin temor
para hablar tu mensaje de salvación a todas las personas que me rodean, que
están dormidos espiritualmente por causa del pecado. Haz que yo pueda
transmitir con fidelidad tus promesas y advertencias porque viene juicio sobre
esta tierra y muchos necesitan ser alcanzados con tu gracia. En Cristo Jesús.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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