Vivir como una nueva criatura
“Pues si por
la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno
solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia” Romanos 5:17
Lo que el
apóstol Pablo quiere explicar en este versículo es que por el pecado de Adán
toda la raza humana quedó contaminada con él y separada de Dios, pero por la
justicia de Jesucristo toda la humanidad es justificada y vuelve a estar en la
correcta relación con Dios. Por Adán vino la muerte, pero por Jesús vino la
vida a través de su resurrección, por eso es necesaria nuestra relación con
Cristo, ya que, en nuestra relación con Adán como representante de toda la
humanidad, su pecado fue el de todos los seres humanos al heredar la muerte
espiritual, como dice Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios”, como la muerte es la consecuencia del pecado
ejerce el dominio sobre todos nosotros.
Y es
entonces cuando Jesús entró a este mundo, para ofrecer su perfecta bondad y así
de la misma manera en que por el pecado de Adán todos fuimos implicados, por
Jesús todos seamos justificados en su obra en la cruz que conquistó la muerte y
nos dio vida eterna. En Cristo quedamos absueltos para poder vivir. La pregunta
es ¿quiero vivir como una nueva criatura?
La gracia
triunfó sobre el pecado, Jesucristo triunfó sobre Adán con su regalo de
justicia, porque todos los que lo aceptamos y recibimos en nuestro corazón
estamos llamados a vivir en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de
Él.
La muerte
espiritual es el problema más grave de la humanidad, porque sin Cristo estamos
todos muertos y experimentamos todas las consecuencias de la naturaleza caída,
como son: las enfermedades, roturas en nuestras relaciones, deudas, vicios,
miedos, fobias, odios, muerte, etc.
Cristo nos
ha dado nueva vida. Vivamos entonces como nacidos de nuevo, en una perfecta
relación, bendita y amorosa con Dios, dando testimonio de esto, hablando,
pensando y comportándonos como hijos de Dios, porque estamos enriquecidos con
su abundante gracia. Es entonces decisión de cada uno optar seguir bajo el
dominio del pecado y la muerte o vivir en la libertad que Cristo nos dio por
medio de su sacrificio en la cruz y su resurrección. Oración.
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