Las ataduras
se rompen. Parte 2
2. Lee la
palabra de Dios
“¿No sabéis
que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de
aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia
para justicia?” Romanos 6:16.
¿Nos hemos
preguntado, porque Satanás está empeñado en poner ataduras en la vida de las
personas? Hay por lo menos dos razones: La primera razón, es que dondequiera
que haya una atadura del mal, el enemigo será el señor de esa área en
particular, él quiere gobernar y ser obedecido; y en realidad, la Palabra de
Dios nos dice que: “a quién obedecemos, es aquel a quién adoramos”. Por eso no
podemos permitir que esas ataduras permanezcan en nuestra vida, porque le
estaremos adorando a él y siguiendo sus caminos.
La segunda
razón, es que las ataduras nos privan de ver y conocer a Dios. Cuando
comenzamos a conocer a Dios y su Camino, no deseamos seguir las huellas del
mundo; pero, el trabajo de Satanás es mantenernos enceguecidos hacia la
plenitud, bendición, felicidad, prosperidad y satisfacción que encontramos en la
vida abundante que Cristo nos ofrece. El enemigo no quiere que conozcamos a
Dios, es por eso, que levanta argumentos y mentiras en contra del Señor, para
seducirnos.
En efecto,
todas las ataduras están basadas en mentiras, dice 2 Corintios 4:4 “en los cuales
el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen
de Dios”. El enemigo no desea que la gente conozca a Jesús y sea salva; pero lo
más peligroso es que el arma favorita de él es cegar también los ojos de los
santos.
Ya el Señor
nos ha dado las armas espirituales para poder derribar todos los pensamientos y
acciones sin control que se han convertido en fortalezas y ataduras en
nosotros. 2 Corintios 10:4-5 dice: “porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando
argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.
Hagamos de
Cristo el Señor de cada área de nuestra vida, identifiquemos y confesemos
pecados específicos, arrepintámonos, oremos, ayunemos y renovemos nuestra mente
con su Palabra de Verdad. Pidamos la llenura del Espíritu Santo para estar
firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres. (Gálatas 5:1) Oración.
«En el
nombre de Jesús, y por medio de su sangre derramada, destruyo cualquier
razonamiento que se oponga al conocimiento de Dios y llevo cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo; someto cada área de mi vida a tu gobierno
mi Señor y te pido Espíritu Santo, que obres en mi mente y corazón renovando
mis pensamientos y cambiando mis actitudes. Lléname de tu Presencia para que
todo lo que haga glorifique el nombre glorioso del Señor Jesucristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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