Permanecer
“Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho
fruto, y seáis así mis discípulos”. Juan 15:7-8
Jesús, en su
último mensaje a sus discípulos antes de ir a la cruz, menciona once veces la
palabra “permanecer”, la cual viene del griego “méno” que significa quedarse,
algo perdurable y duradero. En este contexto se recalca la relación íntima,
vital y perdurable con Dios. También significa perseverar, persistir, retener,
vivir.
Es una
sencilla alegoría, donde el Señor enseña a sus discípulos cuáles son las
demandas del discipulado y lo que es necesario que ellos hagan. Primero
describe su relación con el Padre (Juan 15:1-4), que es primordial para que
pueda haber una relación con ellos (Juan 15:5-8). Jesucristo es el camino para
entrar en una relación con el Padre y el resultado de esa relación es que demos
fruto.
Jesús
siempre enfatizó la relación con el Padre, en Juan 14:10 dice: “¿No crees que
yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las
hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las
obras”, y la relación entre el Espíritu Santo y los discípulos en Juan 14:17,
dijo: “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le
ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará
en vosotros”, para que entendamos que debemos estar unidos a Él para poder
llevar fruto. Nuestra relación personal con Dios es lo más indispensable para
ser cristianos productivos, ya que separados de Él nada podemos hacer. Este
“nada podéis hacer” se refiere a todo lo que tiene que ver con la extensión del
reino de Dios y su glorificación.
Es claro que
la rama no puede producir uvas si no está bien conectada a la vid; tampoco el
creyente puede llevar fruto si no está vitalmente unido a Jesús. El fruto
básicamente son todas las cualidades internas y espirituales del carácter
cristiano, que harán que los discípulos ganen otras personas para el reino. El
viñador sabe la necesidad de podar los gajos que solo se aprovechan de la savia
pero que no rinden fruto; en contraste con los creyentes, es necesaria la poda
de todas aquellas cosas que impiden que Cristo sea formado en nosotros y que no
permiten que seamos testimonio, es la única manera de dejar de ser estériles; y
aunque es un proceso doloroso, es necesario.
Las
consecuencias de no permanecer en Él, es decir “separados del Señor”, son
catastróficas, es como caer de la gracia, porque perdemos en primer lugar la
intimidad con Dios, vivimos en carnalidad y en nuestros razonamientos, todo lo
hacemos en nuestras fuerzas, no daremos fruto (que es el deseo del Señor) y nos
perderemos de muchas bendiciones. Oración.
«Amado
Jesús, mi unión vital contigo y la llenura de tu Santo Espíritu, son lo que me
asegura que seré un cristiano fructífero, que dé testimonio a otros de tu
presencia. Quiero permanecer en ti y en tu palabra para que tu carácter sea
formado en mí. Separado de ti no podré hacer nada bien. Gracias por el
privilegio de tener una relación íntima, personal y continua contigo mi Señor
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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