¿Qué camino elegirás?
“Entrad por
la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva
a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”
Mateo 7:13-14
“Y a este
pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de
vida y camino de muerte” Jeremías 21:8.
En estos
versículos se presentan dos opciones: dos caminos y dos destinos, pero una sola
decisión. Tenemos que hacernos conscientes del peligro de no vivir nuestra vida
cristiana como Dios quiere, podemos tener un pie en las cosas de Dios y otro en
las cosas del mundo, lo que hará que en un momento dado fallemos
espiritualmente.
Todo puede
parecer respetable en la superficie, podemos aparentar ser santos y piadosos,
pero debajo, escondido, puede acechar el pecado. Los demás no pueden ver los
comportamientos de nuestra vida donde reside el pecado, pero Dios sí puede
verlo todo.
Hay dos
caminos: una puerta ancha y un camino ancho, que conduce a la perdición; y una
puerta estrecha y un camino estrecho que conduce a la vida, y es Jesús. Dice el
Señor que pocos encuentran este camino, pero es el camino a seguir, aunque sea
pedregoso, no es el más fácil, pero es el único seguro a la vida eterna.
La puerta
ancha representa el inicio del camino que lleva a la perdición; es descrita
como “ancha”; evidentemente es una puerta que permite entrar a muchos sin
ningún sacrificio de su parte, no requieren dar nada, les está permitido traer
cualquier cosa de equipaje: el materialismo, el prejuicio, el odio implacable;
por eso lo escoge mucha gente, porque no hay restricciones relacionadas con las
creencias o conductas. Es el camino abierto de menor resistencia. El camino
ancho no requiere ninguna reforma o cambio en nuestro estilo de vida. Oración.
«Señor,
vengo delante de ti arrepentido a pedirte perdón, porque teniendo la opción de
escoger, he transitado por el camino fácil, me he contaminado con las cosas que
este mundo ofrece y he permitido que en áreas de mi vida se oculte el pecado.
Hoy elijo la senda de tu voluntad para mi vida, de santidad y de honra. Elijo
la bendición y no la maldición, elijo la vida que eres tú, Jesús; esa puerta
estrecha y ese camino estrecho que me guiarán a la vida eterna, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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