miércoles, 26 de octubre de 2022

¿Cómo no voy a creer?

 


¿Cómo no voy a creer?

“Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: ¿Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar” Juan 5:12-13

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre” Juan 5:24-27

“Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero” Juan 5:31-32

Este pasaje de Juan se centra directamente en la persona de Jesús y su autoridad como Hijo de Dios; aquí Jesús hace una declaración formal de su unidad con el Padre, su comisión y autoridad divina y las pruebas de ser el Mesías, con la única intención de llevar a los hombres a creer en Él como el Hijo de Dios. Esta declaración enfureció a los judíos que lo acusaron de blasfemia y procuraban matarlo.

Jesús inicia su propia “defensa” cuando es atacado por sanar al paralítico de Betesda y hace una fuerte afirmación: se declara a sí mismo “Hijo de Dios” y su dependencia del Padre. Su propósito era convencer a los judíos, si estaban dispuestos a oírlo, de que sus obras estaban en perfecto acuerdo con las de Dios y de su voluntad eterna. Esta relación íntima con el Padre y la subordinación a su voluntad, establecen la autoridad de Jesús para sus enseñanzas y sus obras.

Jesús presenta cuatro testimonios para mostrarles quién era realmente Él. El primer testimonio es Juan Bautista; en Juan 5:32-33 dice “Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad”. Juan vino para dar testimonio de Jesús; igual que él, hoy somos muchos los que damos testimonio de quién es Jesús por lo que ha hecho en nuestras vidas.

Su segundo testimonio es la obra de su propia vida; Juan 5:36 dice “Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado”. Este testimonio tiene más peso que el primero, pues es la tarea que el Padre le encomendó que llevara a cabo; esta tarea empezó con la cruz y terminó con la resurrección y la cumplió plenamente.

El tercer testimonio es el del Padre; Juan 5:37-38 señala “También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis”. Hoy podemos también experimentar el testimonio del Padre en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (Juan 15:26).

El cuarto testimonio mencionado por Jesús son las Escrituras; en Juan 5:39 dice “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Toda la Biblia trata acerca de Jesús, es el tema unificador entre el Antiguo y Nuevo testamento, por eso, debemos estudiarla profundamente para conocerlo y tener una relación más íntima con Él.

Jesús indicó que, a pesar de todas las pruebas que presentó, muchos no quisieron ir a Él para tener vida (Juan 5:40).  Oración.

«Amado Señor, afianza mi fe, no quiero ser como los fariseos que dudaron de ti a pesar de todas las pruebas que daban testimonio de quién eres, el Hijo de Dios; se te dio toda la autoridad de dar vida y de juzgar, el Padre entregó todo juicio en tus manos, como otra evidencia de la deidad e igualdad con Él. También mi testimonio es verdadero, porque con tu obra redentora me diste perdón y vida eterna; soy libre y feliz gracias a ti, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.  ¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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