Perfeccionados en la fe
“Tú crees
que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas
quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado
por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el
altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se
perfeccionó por las obras?” Santiago 2: 19-22
Si bien el
requisito para nosotros alcanzar bendición es creer, tener fe; esta fe se debe
perfeccionar por medio de nuestras obras, si nosotros verdaderamente hemos
creído a Dios, nuestro actuar debe mostrar o perfeccionar dicha fe. Si nosotros
no le creemos a una persona nunca haremos lo que ella nos aconseja, pero si en
verdad le creemos, procederemos a actuar de acuerdo con lo que nos habla; por
ejemplo: si alguien nos dice, invierte dinero en este negocio que es bueno, y
nosotros no creemos en sus palabras, nunca invertiremos; pero si una persona en
la cual confiamos nos dice, invierte dinero en este negocio que es bueno, ¿cómo
se evidenciará que realmente le creemos? Sencillamente, invirtiendo el dinero;
si así no lo hiciéramos es porque realmente no le creemos.
Así también
pasa con Dios, el Señor conoce nuestro corazón y sabe realmente si hemos creído
o no. Por nuestra fe viene toda bendición; pero si nosotros no obramos de
acuerdo con lo creemos es porque realmente no creemos. Como nos enseña nuestra
lectura bíblica de hoy, hasta los demonios creen en Dios, pero a los que
realmente les es contada su fe como actuar correcto, es a los que se disponen a
obrar de acuerdo con lo que han creído, pues en el caso de Abraham que se
dispuso a obedecer a Dios, dice la Escritura que fue realmente su fe la que le
fue contada por justicia (Santiago 2:23). Si no hay fe no hay obras, si hay fe
pero no hay obras realmente no hay fe o no es perfeccionada la fe, y si hay fe
y hay obras es porque la fe fue perfeccionada por las obras; así las cosas, la
fe es el motor de las obras y el origen de la bendición o recompensa de Dios.
Ahora bien,
veamos un ejemplo de lo que nos dice Dios y que hoy en día es muy controvertido
por la sociedad. El Señor nos dice por medio de su Palabra “Como saetas en mano
del valiente, así son los hijos habidos en la juventud” (Salmos 127:4). Si le
creemos a Dios, ¿cuál debería ser nuestra obra?, ¿planificar durante toda la
juventud? No, eso solo evidencia que realmente no le creemos a Dios, pero si
nuestro obrar es disponer en Dios nuestros hijos permitiendo que sea Él en su
tiempo quien nos los dé, entonces sería un acto de fe y se perfeccionaría
nuestra fe. Así que, no olvidemos perfeccionar nuestra fe, porque Dios
recompensará nuestro creer. Oración.
«Padre
bueno, gracias por enseñarme cada día la verdadera fe, esa fe que tiene
evidencias, que se perfecciona a través de las obras; Señor, yo quiero que
perfecciones mi fe, que me permitas en toda área de mi vida obrar de acuerdo
con tu verdad; yo creo en ti, pero necesito mostrar por mis obras que realmente
te creo, dame esa gracia por Jesucristo nuestro Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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