lunes, 3 de enero de 2022

Nuestra esencia, nuestra fe

 

Nuestra esencia, nuestra fe


“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6

A veces pasamos por situaciones que sabemos que otros creyentes han tenido que vivir y en las cuales Dios ha cumplido su Palabra, logrando así salir victoriosos de sus pruebas; pero resulta que en nosotros no sucede lo mismo, por el contrario, no fue tan agradable el final y resultó siendo más larga y compleja nuestra dificultad. Entonces nos preguntamos ¿por qué Dios actúa en otras personas y en nosotros no, o por qué los bendice más a ellos?

La palabra de Dios al final del capítulo 13 del evangelio de Mateo nos relata los hechos de Jesús en Nazaret, en los cuales culmina diciendo en el versículo 58 “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”; y es justamente de esta actitud que Dios nos quiere redargüir hoy, nuestra incredulidad o falta de fe.

Nuestra esencia como creyentes es precisamente esa, nuestra fe, pero la fe en Dios; creer que hay un Dios misericordioso que todo lo puede, esperar con certeza en lo que Él nos promete y confiar verdaderamente en los planes y propósitos que tiene con cada uno de manera particular. Dios es grande y soberano para obrar en cada uno de sus hijos conforme a su voluntad; todos somos diferentes y el Señor tiene un plan único y especial, que quiere que cada persona aprenda a conocer y aceptar. Él nos ama tanto y tiene tanto cuidado de nosotros que, dice su Palabra, aún nuestros cabellos los tiene todos contados (Mateo 10:30).

Como nos enseña el versículo de hoy, sin fe es imposible que agrademos a Dios, porque lo único que pide el Señor de nosotros, es que creamos en Él y que confiemos en que tiene los mejores planes para aquellos que lo buscamos con fe; pero, para esto, es necesario que de manera intencional y voluntaria nos afanemos por saber lo que Dios, por medio de su Palabra, nos quiere revelar, y así tengamos una verdad en la cual esperar, confiar y descansar.     Oración.

«Dios, a veces me pregunto por qué en ocasiones no tengo la suficiente fe para creer lo que me dices, si tú eres tan fiel. Qué difícil es a veces poder confiar en lo que me hablas a través de tu palabra; te pido que por tu gracia y tu poder aumentes mi fe para apropiarme de tu verdad, entendiendo que tú no eres hombre para que mientas ni hijo de hombre para que te arrepientas, por Cristo Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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