Nuestra esencia, nuestra fe
“Pero sin fe
es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6
A veces
pasamos por situaciones que sabemos que otros creyentes han tenido que vivir y
en las cuales Dios ha cumplido su Palabra, logrando así salir victoriosos de
sus pruebas; pero resulta que en nosotros no sucede lo mismo, por el contrario,
no fue tan agradable el final y resultó siendo más larga y compleja nuestra
dificultad. Entonces nos preguntamos ¿por qué Dios actúa en otras personas y en
nosotros no, o por qué los bendice más a ellos?
La palabra
de Dios al final del capítulo 13 del evangelio de Mateo nos relata los hechos
de Jesús en Nazaret, en los cuales culmina diciendo en el versículo 58 “Y no
hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”; y es
justamente de esta actitud que Dios nos quiere redargüir hoy, nuestra
incredulidad o falta de fe.
Nuestra
esencia como creyentes es precisamente esa, nuestra fe, pero la fe en Dios;
creer que hay un Dios misericordioso que todo lo puede, esperar con certeza en
lo que Él nos promete y confiar verdaderamente en los planes y propósitos que
tiene con cada uno de manera particular. Dios es grande y soberano para obrar
en cada uno de sus hijos conforme a su voluntad; todos somos diferentes y el
Señor tiene un plan único y especial, que quiere que cada persona aprenda a
conocer y aceptar. Él nos ama tanto y tiene tanto cuidado de nosotros que, dice
su Palabra, aún nuestros cabellos los tiene todos contados (Mateo 10:30).
Como nos
enseña el versículo de hoy, sin fe es imposible que agrademos a Dios, porque lo
único que pide el Señor de nosotros, es que creamos en Él y que confiemos en
que tiene los mejores planes para aquellos que lo buscamos con fe; pero, para
esto, es necesario que de manera intencional y voluntaria nos afanemos por
saber lo que Dios, por medio de su Palabra, nos quiere revelar, y así tengamos
una verdad en la cual esperar, confiar y descansar. Oración.
«Dios, a
veces me pregunto por qué en ocasiones no tengo la suficiente fe para creer lo
que me dices, si tú eres tan fiel. Qué difícil es a veces poder confiar en lo
que me hablas a través de tu palabra; te pido que por tu gracia y tu poder
aumentes mi fe para apropiarme de tu verdad, entendiendo que tú no eres hombre
para que mientas ni hijo de hombre para que te arrepientas, por Cristo Jesús,
amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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