Dios sana
todas nuestras enfermedades
“Bendice,
alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a
Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus
iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida,
el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de
modo que te rejuvenezcas como el águila.” Salmos 103:1-5
Nuestro Dios
es un ser grande y maravilloso, para quien nada le es difícil o imposible; en
Él encontramos el sustento para toda nuestra vida, no hay nada que Él no pueda
hacer o que se salga de su control, antes bien, Él es quien da la sabiduría a
los sabios y la ciencia a los entendidos (Daniel 2:21) y su entendimiento no
hay quien lo alcance (Isaías 40:28). La palabra de Dios dice que por la llaga
que nuestro Señor Jesucristo sufrió, ahora nosotros somos sanos, porque, así
como llevó nuestros pecados en la cruz, también cargó con nuestras
enfermedades, para que, en su nombre, nosotros, seamos curados (Isaías 53:4-5).
Ahora bien,
al igual que para nuestra salvación y perdón de pecados, el único requisito
para nuestra sanidad es que tengamos fe, que creamos en la perfecta obra de
nuestro Señor Jesucristo y que por ella pidamos a Dios, creyendo que envía la
sanidad a nuestro cuerpo, pues como nos dice el Salmo de hoy, el Señor es quien
perdona todas nuestras iniquidades y el que sana todas nuestras dolencias.
Debemos clamar a Dios en oración, porque si Él nos ha prometido traer sanidad,
medicina y curarnos, es porque así Él lo puede y lo quiere hacer, pero debemos
hacer como dice David en el Salmo 30:2 “Jehová Dios mío, a ti clamé, y me
sanaste.”
Asimismo,
debemos pedir oración a nuestros hermanos en la fe. La palabra de Dios nos dice
que debemos orar unos por otros para que seamos sanados, pues la oración, hecha
a tiempo por un creyente, puede mucho (Santiago 5:16); clamar a Dios es nuestra
mejor opción, disponer todo en sus manos y esperar en su misericordia. También
es importante que conozcamos lo que Dios nos dice en su palabra, pues nos la ha
dejado para que creamos y por fe seamos sanados; dice el Salmo 107:20 “Envió su
palabra, y los sanó, y los libró de su ruina” y recordemos las palabras de
nuestro Señor Jesús en Marcos 9:23 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree
todo le es posible.” Oración.
«Padre, qué
bendición es saber que tú estás pendiente de todo, estás presente en el más
mínimo dolor y también en la más grave enfermedad; gracias por tu fidelidad. Te
pido que seas tú tomando el control de todo el personal médico, enviándoles
sabiduría y conocimiento; permíteme confiar y esperar pacientemente en ti, sé
que tú nos has prometido sanidad y medicina y sé que por la llaga de Cristo
Jesús la enviarás a mi vida, en el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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