¿Tienes a Cristo como tu Salvador?
“Si
recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque
este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que
cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a
Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha
dado acerca de su Hijo”. 1 Juan 5:9-10
“y de
Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los
reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su
sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Apocalipsis 1:5-6
l testimonio
de nuestro Señor Jesucristo cuando estuvo en esta tierra fue completo, con su
vida nos reveló plenamente al Dios Padre. A Jesús se le llama el testigo fiel,
porque llevó una vida virtuosa desde su nacimiento en un pesebre hasta su
muerte en la cruz del calvario. Como creyentes debemos lograr comprender cuál
fue su testimonio y disfrutar de todos los beneficios que vienen de creer en
Él.
El
testimonio al que se refiere el apóstol Juan es que Dios nos ha dado vida
eterna a través de su Hijo Jesucristo (1 Juan 5:11). La vida eterna consiste en
tener a Cristo. Es el evangelio resumido en pocas palabras. 1 Juan 5:12 dice:
“El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene
la vida”. Juan es muy claro, por tanto, no es el que pertenezca a determinada
iglesia, sino aquel que ha tomado la decisión de que Jesús sea su Salvador.
Dediquemos
unos momentos a reflexionar sobre esto y comprender por qué Juan enfatizó que
Jesús era el Hijo de Dios. Es el Dios manifestado en un cuerpo humano, el único
que puede salvar, fue a la cruz porque solo Él reunía los requisitos para pagar
el castigo por nuestros pecados y se levantó victorioso en la resurrección,
para sentarse en majestad y gloria en las alturas. Es el Cristo viviente, que
desde la diestra de nuestro Padre sigue intercediendo por todos los seres
humanos para que sean salvos.
Jesús dio
testimonio de sí mismo con estas palabras: “Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6. Nadie va a la presencia de
Dios sino a través de Él.
Juan
escribió estas verdades de una manera precisa y directa, para que entendamos
que Jesús es la vida eterna. Sólo debemos contestar a la pregunta: ¿Tenemos a
Cristo como nuestro Salvador? Si no es así y estamos leyendo, viendo o
escuchando este devocional, es el momento de venir a Cristo y resolver nuestro
estado frente a Dios.
Si queremos
la vida eterna necesitamos aceptar el testimonio de Jesucristo como Dios mismo,
sólo a través de Él podemos tener salvación y recordemos que la decisión es
personal y nadie puede tomarla por nosotros. Pensemos que hoy podemos estar
definiendo nuestro destino eterno. Oración.
«Amado
Jesús, hoy me acerco a tu presencia con un corazón quebrantado, reconociendo
que eres el único camino, la verdad y la vida para llegar al Padre, te entrego
mi ser tal como está y te pido que perdones mis pecados. Hoy te recibo como mi
Dios y mi Salvador, gracias por pagar el precio de mis iniquidades en la cruz,
gracias por darme vida eterna. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario