Avivando nuestra vida espiritual. Parte 1
“Entonces
vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros
tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa
está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre
vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis;
bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que
trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”. Hageo 1:3-7
El libro de
Hageo plantea tres problemas comunes a todos los pueblos y yo diría a todas las
personas. El primero de ellos es el desinterés. El pueblo de Israel había
retornado de su exilio con el propósito de reconstruir el templo de Jerusalén y
había comenzado la tarea, pero ante la oposición de los enemigos desistieron y
se detuvo la obra, se habían interesado más en reconstruir sus propias casas y
entraron en apatía espiritual.
Esto sucede
muy a menudo en la vida cristiana, cuando empezamos a crecer espiritualmente y
comenzamos a estudiar la Biblia, iniciamos con entusiasmo y perseverancia, pero
ante el primer tropiezo, cuando se oponen a que conozcamos del Señor, cuando
rechazan el mensaje que damos del evangelio, cuando estorban nuestro
crecimiento, vamos perdiendo el interés y preferimos parar para evitar los
problemas, detenemos la obra que el Señor ha comenzado en nosotros, eso solo
denota inmadurez espiritual.
Lo triste es
que nuestra vida se vuelve infructuosa, porque perdemos la perspectiva y nos
dedicamos a las cosas del mundo como todos los demás. Los esfuerzos por
construir primero lo material y mundano antes que lo espiritual resulta en
fracasos que nos hacen tambalear en nuestra fe. Quienes triste y
equivocadamente anteponen lo material a Dios salen perdiendo. Debemos entonces
reorganizar nuestras prioridades y el primero en la lista es Dios, si queremos
una vida bendecida. En Mateo 6:33 se nos da el orden correcto “Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas”.
Los tiempos
que estamos viviendo demandan actitudes de servicio y compromiso con el Señor,
es tiempo de ordenar nuestras prioridades y que nos ocupemos de las cosas de
Dios para glorificar su nombre en esta tierra. Hageo 1:8 dice: “Subid al monte,
y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré
glorificado, ha dicho Jehová”. Es tiempo de actuar, el mundo necesita
cristianos crecidos espiritualmente que sean testimonio para aquellos que no le
conocen, que este 2022 sea el año de tomar con determinación nuestra
edificación espiritual. Cuando Dios habla, transmite vida. Esa es la clave de
todo despertar espiritual.
Motivémonos
con estas palabras de Pedro en 2 Pedro 3:18 “Antes bien, creced en la gracia y
el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y
hasta el día de la eternidad. Amén” Oración.
«Amado padre
celestial, a través de tu palabra me has advertido que no permita que las
preocupaciones, las inquietudes y afanes de este mundo ocupen el primer lugar
en mi corazón, de tal manera que invierta mis prioridades y me olvide de ti.
Nada saldrá bien si no eres el que dirige cada aspecto de mi vida, porque
separado de ti nada puedo hacer. Bienaventurado es el que toma al Señor como su
Dios y confía plenamente en lo que Él tiene para su vida, por eso quiero que
seas mi prioridad. En el nombre de Jesús. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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