Actitudes
que nos impiden ser prósperos. Parte 1
“No os
hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones
minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón” Mateo 6:19-21.
“Más el que
mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no
siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en
lo que hace” Santiago 1:25.
Jesús
sabiamente dijo estas palabras porque conoce el corazón de los hombres, quienes
solo buscan satisfacción completa y perdurable para supuestamente “ser
felices”, pero casi siempre enfocan su fuente de prosperidad en las cosas
perecederas y transitorias de este mundo. La verdadera riqueza es la que
permanece para siempre, que no se corrompe, ni se deteriora y claramente son
los tesoros espirituales.
El apóstol
Santiago nos muestra el común denominador de los seres humanos, en Santiago
4:1-3 dice “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es
de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no
tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis,
pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque
pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Vivimos en codicia porque hemos
puesto el corazón donde no es, en los deseos de este mundo “Porque todo lo que
hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo” 1 Juan 2:16.
La genuina
prosperidad resulta de buscar a Dios, Él tiene la llave que abre la puerta para
recibir todas bendiciones espirituales, emocionales y materiales; también nos
ha dado su sabiduría para discernir lo bueno y lo malo, y sentido común para
saber tomar decisiones. Proverbios 22:4 dice “Riquezas, honra y vida son la
remuneración de la humildad y del temor de Jehová”.
La verdadera
libertad es aceptar la dirección de Dios en todo momento; proverbios 3:5-6 dice
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Cuando somos
obedientes a la palabra del Señor, somos bienaventurados en todo lo que
hacemos.
Dios quiere
nuestra libertad plena y una de esas áreas es la financiera, ¿estamos
dispuestos a dejarnos guiar por Él? Oración.
«Padre
celestial, gracias por tu palabra que es luz a mis pies y lumbrera a mi camino,
por darme directrices claras para que sea sabio y tenga actitudes correctas en
todos los ámbitos de mi vida. Tú eres la fuente de mi prosperidad y dices que
riquezas, honra y vida son la recompensa por mi humildad y mi temor reverente a
ti; te reconozco como el Señor de mi vida. En Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario