La más grande señal nos fue dada
“Vinieron
los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal
del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo;
porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque
tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto
del cielo, ¡más las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y
adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta
Jonás. Y dejándolos, se fue”. Mateo 16:1-4
Los fariseos
y saduceos demandaban señales que demostraran que Jesucristo venía del cielo, y
a pesar de que Cristo pudo impresionarlos con facilidad, no lo hizo; sabía que
ninguna señal del cielo los podía convencer de que Él era el Mesías porque ya
habían determinado en su corazón no creer.
Muchas
personas hoy, como esos líderes religiosos, quieren ver milagros para creer,
pero sabemos que aun eso no los convencerá, así como le pasó a Jesús en su
ministerio terrenal, tantos milagros que hizo y no creyeron. Había sanado,
resucitado, alimentado a multitudes y todavía demandaban señales que probaran
su identidad. Muchos hoy no cambian su vida porque según ellos “Dios no les ha
hecho el milagrito”, les parece poca cosa la vida, no ven las bendiciones
diarias que han recibido por misericordia y el constante llamado al
arrepentimiento que Dios les hace.
Aún en la
misma iglesia hay cristianos que no se comprometen con Dios hasta que no les
realice el milagro que tanto esperan, ¿será que todavía están esperando pruebas
de la identidad de Jesús para creer?
Su obra,
muerte, sepultura y resurrección fue la mayor señal de todas y no le creyeron.
Recordemos Mateo 27:42 “A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el
Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él”.
Los
incrédulos y carnales tienen sus pensamientos y deseos aferrados a este mundo
temporal y solo quieren satisfacer la carne y no les interesa las cosas espirituales;
piden una señal que no demande fe sino vista.
El Señor nos
pide fe y humildad porque hay demasiadas señales de que Dios existe y nos ama,
como: su creación, su palabra que está llena de milagros, la iglesia que ha
militado en esta tierra dos mil años y testimonios de miles que hemos sido
transformados por la gracia y el amor de Jesús.
A Jesucristo
le pidieron señal, a los apóstoles también y hoy el mundo sigue reclamando
señales para creer. Jesús gimió en su espíritu ante tanta incredulidad. Veamos Marcos
8:12 “Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De
cierto os digo que no se dará señal a esta generación”.
Dios nos
llama a tener esperanza; la señal más grande sobre la tierra ya fue dada, su
Hijo Jesucristo, quien vino a cumplir el plan de salvación para esta humanidad.
Hoy, nuevamente, deben retumbar estas palabras de Jesús en nuestros oídos, dice
Juan 20:27-29 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca
tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces
Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has
visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
La última
señal para usted, puede ser este llamado que Dios le está haciendo a través de
este devocional; no dude más y venga a Cristo. Oración.
«Amado
Padre, has hablado tan claramente desde la creación del mundo, a través de los
profetas y por último, por medio de tu Hijo, quien con su obra, muerte y
resurrección venció las tinieblas y trajo salvación a esta humanidad pecadora.
No permitas que en mi corazón haya cabida para la incredulidad, porque estamos
rodeados de un mundo incrédulo que sigue demandando señales del cielo, cuando
ya nos fue dada. Aumenta mi fe y mi humildad para dar testimonio de Jesucristo
a los que no creen. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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