El poder de ayunar y orar. Parte 1
“Ministrando
éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a
Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado,
les impusieron las manos y los despidieron”. Hechos 13:2-3
“Y
constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído”. Hechos 14:23
El ayuno era
una práctica común en la iglesia primitiva, con ayuno y oración comenzaron
varias iglesias en diferentes ciudades, se constituyeron líderes para
supervisar la obra del Señor. El ayuno no sólo transformó a las iglesias sino a
muchas personas y cambió el curso de muchas naciones.
También en
el Antiguo Testamento vemos que el ayuno era una herramienta poderosa para
acercarse al Señor. Recordemos el caso de la nación de Judá en 2 Crónicas
20:2-3 “Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene
una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en
Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su
rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá”. Dios
manifestó su poder librando a Judá en respuesta a la oración y el ayuno que la
nación hizo.
Cuando nos
disponemos a ayunar y a orar en humildad y alabanza movemos el corazón de Dios
a nuestro favor. Paul Cedar dice: “Satanás se ríe de nuestros esfuerzos y se
burla de nuestros intentos, pero tiembla cuando ve al más débil santo de Dios
arrodillado”. Hoy más que nunca la iglesia universal de Cristo debe unirse en
oración y ayuno, para ser una iglesia pura y sin mancha e instrumento para la
salvación de muchas personas, porque nuestra lucha no es contra carne y sangre
sino contra las potestades de las tinieblas.
El regreso
de Cristo está cerca, por eso la batalla para ganar almas para el reino de Dios
será cada vez más intensa. Como en tiempos de Joel es un llamado al arrepentimiento
y a la conversión al Señor: “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí
con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón,
y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque
misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que
se duele del castigo”. Joel 2:12-13
A pesar de
la situación por la que está pasando el mundo e incluso la iglesia, Dios está
brindando la oportunidad de volvernos a Él en arrepentimiento y obediencia,
pero quiere que lo hagamos de todo corazón, ya que los elementos rituales son
solo muestras externas de ese arrepentimiento y aunque deben estar presentes:
ayuno, lloro y lamento deben hacerse con sinceridad. El señor no quiere
expresiones mecánicas ni superficiales.
Los juicios
en el pasado son advertencias para todos hoy, Dios es misericordioso, bueno y
lento para la ira, quiere que los hombres vuelvan a sus caminos, porque le
duele cómo están destruyendo sus vidas con el pecado y anhela que todos se salven.
Sólo debemos acercarnos a la cruz de Cristo, nuestro Salvador, con un corazón
sincero y humilde, con arrepentimiento y deseo de cambiar, esto nos asegurará
su perdón, ayuda y restauración. Oración.
«Señor
Jesucristo, quiero acercarme a tu cruz con humildad, reconociendo que he
pecado, rasgar mi corazón y no mis vestidos y volverme a ti con
arrepentimiento, ayuno, lloro y lamento, para que transformes mi interior. Que
el fuego de tu Espíritu consuma todo lo que hay en mí que no te glorifique, ni
te honre. Es el tiempo de ser un instrumento santo y puro, para la salvación de
este mundo que tanto te necesita. En Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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