Avivando nuestra vida espiritual. Parte 2
“Pues ahora,
Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac,
sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y
trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Según el
pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará
en medio de vosotros, no temáis. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De
aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y
haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y
llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata,
y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa
será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este
lugar, dice Jehová de los ejércitos”. Hageo 2:4-9
“Así que,
hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor
siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 1 corintios
15:58
Ayer
decíamos que hay tres problemas que el profeta Hageo plantea, comunes a todos
los seres humanos y vimos el primero que es el desinterés. Hoy veremos el
segundo problema que es el desaliento. En el pueblo de Israel algunas personas
mayores que habían retornado del exilio, habían visto el templo de Salomón
cuando eran niños y recordaban su esplendor y gloria, como nos lo dice Hageo
2:3 “¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria
primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros
ojos?”.
Esto, los
llenó de desánimo e influenciaron negativamente a los más jóvenes, y la obra de
reconstrucción del templo comenzó con desgano. Hageo trae un mensaje enérgico
para motivar al pueblo a trabajar. Le dice al pueblo que se esfuercen y
trabajen que lo que están haciendo es para Dios, para que Él lo llene de su
gloria. Esa era la clave para empezar a superar el desaliento y recordarles que
el Señor estaba con ellos: “mi Espíritu estará en medio de vosotros, no
temáis”. Es una bella alusión al Espíritu Santo que interactúa con el espíritu
del pueblo para lograr que la obra se complete.
En la
palabra de Dios hay muchos pasajes donde el Señor a través de sus profetas y
siervos quiere que su pueblo recobre el ánimo. A veces en la obra cristiana es
fácil caer en desaliento cuando nos comparamos con el éxito que quizás otros
han tenido en sus ministerios, pero esto claramente es un error, no importa
cuán grande sea el desafío, el Señor quiere que nos esforcemos y confiemos en
Él, pues nosotros somos instrumentos para que Él manifieste su gloria en esta
tierra, porque nos ha dado su Espíritu.
Si nos
desalentamos le damos cabida a nuestras debilidades y no veremos resultados,
nunca debemos medirnos con los demás, sino hacer todo para la gloria de Dios,
no importa lo pequeño o grande que sea, Dios nos ha puesto ahí. Como dice
Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres”. Y recordemos que ningún trabajo para el Señor es en vano.
Esto debe
motivarnos a hacer las cosas con el deseo de agradar a Dios, porque nuestro
trabajo debe ser un acto de alabanza a Dios, esto eliminaría el desánimo y
haríamos todo sin quejas, con gratitud al Señor por todo lo que Él ya hizo por
nosotros. Oración.
«Señor
misericordioso, gracias por tu amor incondicional, porque nunca te cansas de
mí, sino que me animas con tu Santo Espíritu a continuar, no importa lo difícil
que sea el camino, quiero permanecer firme y constante creciendo en tu obra y
agradarte haciendo todo para tu gloria y honra, porque sé que tú tienes la
recompensa aquí y en la eternidad. En Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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