Actitudes que nos impiden ser prósperos. Parte 2
“Yo amo a
los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan. Las riquezas y la
honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia. Mejor es mi fruto que el
oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida” Proverbios
8:17-19
“Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” Mateo 6:33.
El Señor es
el dueño de absolutamente todo; dice su palabra que “de Él es la tierra y su
plenitud, el mundo y los que en él habitan” (Salmo 24:1), por lo cual es
nuestra fuente de toda bendición y toda buena dádiva. Pero el Señor no quiere
que tengamos un corazón ambicioso, quiere ayudarnos a manejar una de las áreas
más complicadas de nuestra vida, la financiera, que siempre ha traído pleitos y
conflictos con otros. Nos ha dado unas pautas para que seamos libres
financieramente y generosos:
1.
Transfiramos todas nuestras posesiones a Dios. Todo lo que tenemos es de Él,
todo nos lo ha dado por su infinita misericordia. Somos simples administradores
de lo que Él ha puesto en nuestras manos.
2.
Desechemos malos hábitos financieros siguiendo los principios de Dios, tales
como:
Salgamos de
deudas. Proverbios 11:15 y Proverbios 22:26-27.
Estemos
contentos con lo que tenemos, Hebreos 13:5; esto muestra cuánto confiamos en
Dios.
Rehusémonos
a decisiones rápidas que nos pueden llevar a la ambición. Proverbios 21:5.
Seamos
responsables proveyendo para las necesidades familiares. 1 Timoteo 5:8.
Dejemos que
Dios nos prospere. Proverbios 3:9-10.
Sacrifiquemos
los deseos incorrectos, compremos lo que necesitamos. Eclesiastés 2:10-11.
Compartamos
con otros la abundancia. Proverbios 3:28.
Preocupémonos
sinceramente por los demás. Proverbios 3:27.
Aceptemos la
provisión de Dios. Salmos 34:10.
Restituyamos
si hemos hecho lo incorrecto con el prójimo. 2 corintios 8:14-15.
Usemos lo
que Dios nos ha dado. Proverbios 24:10 y Mateo 25:24-25.
Recordemos
que la verdadera libertad es permitirle a Dios que gobierne totalmente nuestra
vida. Oración.
«Amado
Señor, gracias por tu palabra eterna, por enseñarme a través de ella que tú
eres el dueño absoluto de todas las cosas y de mi vida. Ayúdame a cumplir los
principios para que tenga actitudes sanas en mi área financiera y para aprender
a ser generoso, porque más bienaventurado es dar que recibir. En el Nombre de
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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