Jesús y la
oración
“Mas tú,
cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está
en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no
uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería
serán oídos.” Mateo 6:6-7
“Y todo lo
que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado
en el Hijo.” Juan 14:13
“Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.” Mateo 6:33
Orar, es
hablar con Dios, con la oración establecemos una comunicación directa con Dios
el Padre, por la gracia del Hijo y la comunión del Espíritu Santo.
¿Qué
significa esto? Que el Hijo de Dios, al morir en la cruz, restableció la
comunicación con el Padre, que estaba bloqueada o rota por nuestros delitos y
pecados, esto se conoce como la reconciliación, como nos dice Romanos 5:10:”
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” Jesús nos
abrió un canal, que nos permite tener una relación directa y personal con el
Padre, un nuevo camino vivo por medio de su sangre, quitando el velo que nos
separaba de Dios (hebreos 10:19-20).
La comunión
del Espíritu Santo se trata de permanencia, es decir, gracias a que nos fue
dado un Consolador por medio de la fe en Jesús, podemos permanecer en una
relación constante con Dios, pues incluso en nuestras debilidades, cuando no
sabemos pedir como conviene, él intercede por nosotros con gemidos indecibles
(Romanos 8:26).
El Señor
Jesús cuando estaba en la tierra oraba en todo momento, intercediendo por
nosotros, cuando clamaba al Padre “Mas no ruego solamente por éstos sino
también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” (Juan 17:20);
y para que nosotros podamos reflejar este mismo sentir de Jesús, el Padre ha
enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en nuestro corazón, por esto cuando
oramos, él clama dentro de nosotros: Papá, amado Papá (Gálatas 4:6).
Este
privilegio de comunicarnos con Dios por medio de la oración, nos lleva a hacer
lo mismo que Jesús, al clamar también por las necesidades de otros, sus
trabajos, inconvenientes, enfermedades, orando para que no les falte la fe en
medio de sus pruebas (Lucas 22:32). Así que coloquemos en práctica esta
enseñanza, llevando toda ansiedad a su presencia y dando a conocer a Dios
nuestras peticiones en toda oración y ruego, con acción de gracias; El promete
que su paz, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y
nuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7). Oración.
«Papito
Dios, por la gracia de Jesús me acerco a ti, para pedirte por mis necesidades,
sé que tú suplirás todo lo que me falta, conforme a las promesas que me has
dado en Cristo, y también te pido por las necesidades de mis hermanos, los que
están enfermos o pasan por dificultades, para que tú les ayudes, porque sé que
nada hay imposible para ti. Señor, que tu Hijo Jesús sea glorificado cuando
respondas a mi oración. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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