Seamos cristianos radiantes
«Bendeciré a
Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se
gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová
conmigo, y exaltemos a una su nombre. Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró
de todos mis temores. Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no
fueron avergonzados». Salmo 34:1-5
«Y aconteció
que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su
mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro
resplandecía, después que hubo hablado con Dios». Éxodo 34:29
Las
bendiciones que describe este salmo son para nosotros pero requieren de nuestra
participación activa; podemos apropiarnos de ellas cuando le buscamos de
corazón, cuando clamamos a Él, cuando confiamos fielmente en su Palabra, cuando
le tememos con reverencia y genuino amor, cuando cuidamos nuestra lengua y
quitamos el engaño de nuestra boca, cuando nos apartamos del mal, hacemos lo
bueno y decidimos de manera consciente y responsable obedecer en todo, cuando
buscamos la paz con los demás, cuando servimos con humildad. Que nuestro deseo
más grande sea estar siempre en la presencia de Dios, reconociéndolo y
reverenciándolo, como Moisés, quien después de estar con Él por largo tiempo,
su rostro resplandecía.
Este salmo
expresa un espíritu de confianza y fe en Dios, y todos aquellos que miran a Él
con la confianza que el Señor está obrando en sus corazones reflejan su luz, de
tal manera que se vuelven radiantes, como dice el Verso 5 «Los que miraron a Él
fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados». Esto es rebosar de
gozo interno, un gozo que se refleja en los ojos y en el rostro. Ojalá todos
quisiéramos ser cristianos radiantes. Mirémonos en un espejo y preguntémonos si
nuestro rostro irradia un buen testimonio de Jesucristo. Recordemos que el rostro
es el espejo del corazón ¿Ve la gente en nosotros a Jesús? Oración.
«Señor,
cuando damos el primer paso de obediencia para seguirte descubrimos cuán bueno
y bondadoso eres con nosotros. Señor Tú eres fuente de toda bendición, nos
librarás del temor, de todas las angustias, nos defenderás y suplirás todo lo
que nos falta, escucharás nuestro clamor y serás nuestro socorro, ayúdanos a
apropiarnos de todas estas bendiciones al confiar, obedecer y buscar tu rostro
cada día. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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