¿Cómo
deleitarnos en el Señor?
“Deléitate
asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”, Salmo
37:4
“Jehová está
en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará
de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.”, Sofonías 3:17
Deleitarme
en el Señor se trata de saber que en medio de circunstancias externas no
favorables, mi atención, esperanza y recompensa están en Dios, en todo lo que
Él tiene para mí y en su propósito para mi vida.
Me deleito
en algo no solo porque me gusta o me hace sentir bien, sino porque tengo la
seguridad de que lo que vendrá será lo mejor que me pueda pasar, entonces
deleitarse no se trata de estar feliz pensando equivocadamente que el Señor
satisfará todos mis caprichos, sino porque lo que Él me dará es más alto,
sublime y mucho mejor, que aquello que espero o puedo desear, “Antes bien, como
está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de
hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9).
Podemos
específicamente deleitarnos en las siguientes cosas:
En su
Palabra: así como Jesús nos dijo en Juan 15:11: “Estas cosas os he hablado,
para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” y también dice
el Salmo “Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras.”
(Salmos 119:16). Nos deleitamos en la presencia de Dios cuando la encontramos
en la intimidad de la oración, “Me mostrarás la senda de la vida; en tu
presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre. (Salmo
16:11), también en hacer su voluntad siguiendo el plan de Dios para nuestra
vida que está revelado en la Escritura, “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha
agradado, y tu ley está en medio de mi corazón.” (Salmo 40:8), en la provisión
y providencia de Dios en nuestra vida, “Hasta ahora nada habéis pedido en mi
nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:24)
Así que me
deleito en su Palabra, en la presencia de Dios, en hacer su voluntad y en su
generosa providencia, esto me llena de su amor, que lo llena todo y completa mi
gozo. Pero hay un resultado maravilloso de deleitarnos en el Señor y es que
trae también gozo a Dios, porque lo que hacemos le agrada; al tener una vida
aprobada por Dios, hay deleite para nosotros y regocijo para Dios. Como un
padre que se alegra por los buenos frutos y obediencia de sus hijos, así mismo
nuestro Padre Celestial se goza porque hacemos su voluntad identificados con
Jesús. Nuestro deleite en Cristo agrada a Dios. Así que no perdamos oportunidad
para deleitarnos en el Señor. Oración.
«Me deleito
mi Señor en tu presencia, en obedecer tu Palabra gracias al amor puesto en mi
corazón, guía mi camino para que todas mis acciones te glorifiquen y te
agraden, quiero ser un siervo aprobado, un hijo obediente del cual sientas
regocijo, por medio de la fe en Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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