La revelación de Cristo en nosotros
“En aquella
misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y
entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el
Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo
lo quiera revelar. “Lucas 10:21-22
De los
labios de los más sencillos el Señor revela las cosas más profundas, por esto
se regocijó Jesús, porque la revelación del reino de Dios y su justicia no se
dio a los que creen mediante la sabiduría humana, ni tampoco por medio de
señales, sino a través de ‘la locura de la predicación’, como lo muestra la
escritura, cuando dice: “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan
sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos
ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más para los llamados, así
judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” (1 Corintios
1:22-24).
Y ahora, en
el presente, el mismo Cristo que es poder y sabiduría de Dios, se da a conocer
por medio de todos los que lo recibimos, de los que creemos en su nombre cuando
aceptamos el evangelio, por esto, el Señor nos enseña a volvernos como niños:
“y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.”, en el sentido de entregarle
voluntariamente nuestra vida, confiando plenamente en Él, doblegando nuestro
orgullo y autosuficiencia; por esto dice a continuación: “Así que, cualquiera
que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.”
(Mateo 18:4).
Así mismo,
el Señor muestra su verdad y se da a conocer a quienes le buscan con corazón
dispuesto, por lo tanto como nos enseña Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te
responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”, pidamos
a Dios en oración que nos revele aquellas cosas ocultas que necesitamos conocer
para alcanzar nuestra madurez espiritual y crecer cada día en el conocimiento
de Cristo, que nos dé la profundidad de entender todas las bendiciones que
tenemos en Él, para que toda su gracia y amor sean reflejados en nuestra vida. Oración.
«Padre, que
la sabiduría y poder de Cristo, sean reflejadas a través de mi vida, por esto
te pido que me ayudes con la guía de tu Espíritu a tener un testimonio diario
de amor hacia mi prójimo, mostrando el fruto de mi fe. En el nombre de Jesús.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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