El rechazo a
Jesús
“Vienen a
Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la
legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron
los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el
demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus
contornos. Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba
que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete
a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho
contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en
Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se
maravillaban.” Marcos 5:16-20
Jesús libera
a un hombre de una legión de demonios, un hombre que andaba desnudo y que,
aunque había sido atado con grillos, nadie lo podía dominar y dormía en
sepulcros (Marcos 5:4-5).
Luego, las
personas de esa región ven a este hombre completamente transformado, vestido y
en su sano juicio, y en vez de dar gracias y la gloria a Dios, se preocupan por
los cerdos, se llenan de temor y rechazan a Jesús, pidiéndole que se vaya.
Así nos pasa
a nosotros, Jesús viene a nuestro encuentro y lo rechazamos por estar
preocupados por los afanes de la vida, por la preocupación de las cosas
materiales.
El Señor
viene a liberarnos de aquellas cosas que nos tienen encadenados, tal vez de
algún vicio, del exceso de trabajo, de la ansiedad, del amor por el dinero y de
muchas otras cosas que nos llevan a perder el propósito por el cual estamos en
esta tierra, nos quitan vida y nos llevan a la enfermedad, pero muchas veces
preferimos seguir en nuestra condición. ¡Qué tristeza!
Así que,
podemos reflexionar hoy en qué circunstancias o en qué área de nuestra vida
hemos rechazado a Jesús y le hemos dicho que se vaya, al preferir cuidar lo que
verdaderamente no tiene ningún valor, al querer resolver nosotros de manera
independiente nuestros asuntos. Jesús se irá, pero rechazarlo tiene
consecuencias eternas y desastrosas. Los suyos lo rechazaron, pero a todos los
que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de
Dios (Juan 1:11-12).
Y tú, ¿has
aceptado a Cristo en tu corazón? ¿En qué áreas de tu vida has rechazado a
Cristo? Vamos, recibamos a Cristo y permitamos que tome el control total de
nuestra vida, hallaremos descanso, bendición y verdadera libertad. Oración.
«Señor
Jesús, hoy quiero aceptarte en mi vida, que tomes el control total de todas las
áreas en que antes te rechazaba, dando importancia a cosas que no tienen valor;
Tú tienes el poder de liberarme de aquello que atormenta mi vida, que me
mantiene esclavo, hoy confieso tu nombre y te recibo como mi Señor y Salvador.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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