Seguridad de Dios para su pueblo
“¿A qué,
pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros
ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas
llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el
poder de su dominio. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: ¿Mi camino
está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has
oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No
desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo
alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene
ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las
águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:
25-31
He aquí que
Dios es grande y nosotros no lo conocemos, he aquí que nuestro Dios es
Todopoderoso y sin embargo a veces tenemos miedo; tal es la grandeza de su
fuerza y el poder de su dominio que ni una hoja de un árbol se cae sin que sea
su voluntad, pues aún conoce el número de la arena del mar y es capaz de llamar
por su nombre a cada estrella que está en el cielo.
¿Por qué
decimos: Dios se ha olvidado de nosotros y ya no escucha nuestras peticiones?
Esto no puede ser, Dios nos creó, nos salvó y terminará la obra que empezó en
nuestra vida. Nuestro Dios incomparable nos dará fuerzas cuando estemos
cansados sin importar cuán débiles estemos. Si esperamos en el Señor,
levantaremos nuestras alas como águilas, correremos y no nos cansaremos.
El Dios
omnipotente ha dicho “Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las
hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no
los desampararé. En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles;
abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra
seca… para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de
Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó” (Isaías 41: 17-18 y 20).
Nuestro socorro viene del creador del universo, Él nos guardará del mal, Él
guardará nuestra alma desde ahora y para siempre.
Esta es la
seguridad para los que hemos creído en Jesucristo como nuestro Salvador, Él nos
hizo sus hijos, ahora somos su pueblo escogido. Oración.
«Padre
celestial tú eres mi seguridad, no temeré, tú harás en mi toda tu voluntad y
bajo la sombra de tus alas siempre estaré. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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