miércoles, 25 de enero de 2023

La humildad, un arma poderosa

 


La humildad, un arma poderosa

“Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” 2 Corintios 10: 3-5

Los creyentes estamos en una constante lucha espiritual. Imaginemos que la mente es como una cancha de fútbol donde dos equipos opuestos se disputan el control del balón. Por un lado, nuestra carne y por el otro el Espíritu de Dios, el balón viene a ser nuestra voluntad. El apóstol Pablo reconoce en los versículos anteriores que nuestra condición en esta vida presente es “en la carne” (vs 3) lo cual nos conduce a fallar con frecuencia, sin embargo nuestro modo de proceder no debe ser “según la carne” y continua explicando que esta guerra constante en nuestra mente debe combatirse no con armas carnales, sino con las armas espirituales que poseen el poder divino de derribar las más grandes fortalezas también de naturaleza espiritual. Estos enemigos espirituales (el mundo, la carne y satanás) se oponen constantemente a que hagamos la voluntad de Dios.

La mente es el campo de batalla, donde el enemigo ataca constantemente, pues sabe que si puede controlar nuestros pensamientos, podrá controlar también nuestra voluntad. Hay un enemigo poderoso y que quizás es al que Pablo se refiera en este ocasión: La altivez (vs 5), el orgullo que avivado por nuestra carne, por el mundo y por satanás nos lleva a ir contra el conocimiento de Dios, a dudar sobre su palabra que es la absoluta verdad y la luz que nos salva de caer y resbalar. El mejor antídoto para este mal es la humildad, la humildad espiritual que nos lleva a depender por completo de Dios y que nos ubica en el lugar que nos corresponde: unos completos mendigos de la gracia de Dios. La humildad es el arma más poderosa porque es a través de ella que buscamos la dirección de Dios por medio de la oración y del conocimiento de Su Palabra.

La única manera de llevar nuestros pensamientos altivos a la obediencia a Cristo es la dependencia total a Dios y su conocimiento. Con referencia a esto Jesús en el sermón del monte se refiere a la humildad, como la primera puerta que nos lleva a heredar el reino de Dios aquí en la tierra y luego en la eternidad, dice “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” Oración

«Padre Celestial ayúdame a caminar en humildad y dependencia de ti, necesito llevar cautivo mi orgullo a la cruz de Jesús y derribar todos los pensamientos que me llevan a desobedecerte. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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