viernes, 6 de enero de 2023

Mas ahora mis ojos te ven

 


 Mas ahora mis ojos te ven

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Hebreos 12: 14.

Podemos pensar que si la santidad es un requisito para ver a Dios, entonces jamás lo llegaremos a ver; pensamos que ser santos tiene que ver con duros sacrificios, vidas abnegadas, altruismo, templos, abstinencia sexual, etc; nos han pintado tan imposible y abrumadora la santidad, que nadie la desea ni la tiene como una meta, lo cierto es que este concepto es erróneo, la palabra santidad, bíblicamente, se refiere a que Dios en su infinita misericordia decidió apartarnos para Él para que fuésemos sus hijos y Él nuestro Padre, a pesar de no merecerlo. Este plan de salvación (de apartarnos para Él, de adoptarnos como a hijos, de perdonar nuestros pecados) lo ejecutó Jesucristo con su obra en la cruz y el Espíritu Santo lo lleva a cabo en la vida de cada creyente. Hacernos Santos fue la decisión de Dios, elegirnos para que pudiéramos conocerle personalmente.

Cuando creemos por fe en Jesucristo, somos revestidos con el Espíritu Santo, quien nos conduce a tener una relación íntima con nuestro Creador, una relación de amor mutuo, de sinceridad, de verdad y de esperanza, donde no hay apariencias y somos aceptos tal y como somos, donde al confesar nuestras faltas no somos juzgados, sino perdonados y amados para siempre. Una relación donde actuamos por amor a un Dios bueno y misericordioso y no por culpa, ni miedo o compulsión a su castigo.

La Biblia cuenta que existió un hombre muy rico llamado Job, temeroso de Dios y apartado del mal, Job tenía todo lo quería excepto una relación íntima con Dios y perdió muchos años siguiendo una religión, un día Dios en su infinito amor le abrió los ojos para que lo conociera de verdad, Job dijo: “oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré y tú me responderás, de oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven”. Job 42:4. Job entendió que más que sacrificios, Dios quería una relación con Él.

No te conformes con oír solamente de Dios, Él te ha santificado para que ahora puedas tener una relación íntima, real y personal de amor con él.  Oración.

«Padre amado, por mucho tiempo me he conformado con saber de ti solo lo que logro escuchar de los demás, abre mis ojos para que te pueda conocer de forma personal y verdadera. Quiero experimentar por mí mismo que eres mi Padre y yo tu hijo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.  

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