Nada hay que
añadir
“He
entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá,
ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los
hombres” Eclesiastés 3:14
Entre todas
las maravillas de la creación, estamos los seres humanos. Cada uno de nosotros
fue creado de forma perfecta por Dios y para Dios, sin nada que añadir, ni nada
que quitar.
A veces
pensamos de forma errónea, que no tenemos ni somos lo que necesitamos, para
cumplir nuestro propósito en la tierra, nos paralizamos y pensamos que sí
quizás tuviéramos esto o aquello, o que si fuéramos de una o de otra manera,
entonces podríamos empezar a hacer lo que hemos sido llamados a hacer. El
profeta Jeremías antes de ser llamado por Dios para una gran misión tenía un
pobre concepto de sí mismo, pero un día Dios le dijo: “Antes que te formase en
el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a
las naciones” (Jeremías 1:5). Jeremías sólo necesitaba recordar que su valor y
su fuerza venían del Dios que lo hizo y lo formó y no de sus circunstancias o
de lo que pensaran los demás.
De igual
manera, nosotros tenemos que recordar que nuestro valor como hombres y mujeres,
no nos lo da el tener riquezas, belleza, fama o una buena profesión. Nuestro
valor fue el gran precio que nuestro Padre Dios tuvo que pagar por amor a
nosotros, valemos nada más ni nada menos que la sangre de su propio Hijo. Sin
importar quienes seamos, qué tengamos o qué hayamos alcanzado en la vida, somos
una creación maravillosa y única de Dios “sobre aquello no se añadirá, ni de
ello se disminuirá”. Dios nos creó de manera particular, para que cumpliéramos
un propósito particular y Él nos proveerá de lo necesario para alcanzar todo
aquello para lo que fuimos alcanzados por Él.
Dios también
le dijo a Jeremías: “Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad
fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta
tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de
la tierra. Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo,
dice Jehová, para librarte» (Jeremías 1:18). Dios también está con cada uno de
nosotros, llevemos su nombre muy alto y hagamos lo que Él nos mande. Oración inicial
«Padre
celestial, gracias por que mi valor está en Cristo y en todo lo que Él hizo por
mí. Tengo todo lo que necesito para cumplir mi propósito en la tierra: tu
presencia y tus promesas. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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