domingo, 15 de enero de 2023

Nada hay que añadir

 


Nada hay que añadir

“He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres” Eclesiastés 3:14

Entre todas las maravillas de la creación, estamos los seres humanos. Cada uno de nosotros fue creado de forma perfecta por Dios y para Dios, sin nada que añadir, ni nada que quitar.

A veces pensamos de forma errónea, que no tenemos ni somos lo que necesitamos, para cumplir nuestro propósito en la tierra, nos paralizamos y pensamos que sí quizás tuviéramos esto o aquello, o que si fuéramos de una o de otra manera, entonces podríamos empezar a hacer lo que hemos sido llamados a hacer. El profeta Jeremías antes de ser llamado por Dios para una gran misión tenía un pobre concepto de sí mismo, pero un día Dios le dijo: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). Jeremías sólo necesitaba recordar que su valor y su fuerza venían del Dios que lo hizo y lo formó y no de sus circunstancias o de lo que pensaran los demás.

De igual manera, nosotros tenemos que recordar que nuestro valor como hombres y mujeres, no nos lo da el tener riquezas, belleza, fama o una buena profesión. Nuestro valor fue el gran precio que nuestro Padre Dios tuvo que pagar por amor a nosotros, valemos nada más ni nada menos que la sangre de su propio Hijo. Sin importar quienes seamos, qué tengamos o qué hayamos alcanzado en la vida, somos una creación maravillosa y única de Dios “sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá”. Dios nos creó de manera particular, para que cumpliéramos un propósito particular y Él nos proveerá de lo necesario para alcanzar todo aquello para lo que fuimos alcanzados por Él.

Dios también le dijo a Jeremías: “Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte» (Jeremías 1:18). Dios también está con cada uno de nosotros, llevemos su nombre muy alto y hagamos lo que Él nos mande.  Oración inicial

«Padre celestial, gracias por que mi valor está en Cristo y en todo lo que Él hizo por mí. Tengo todo lo que necesito para cumplir mi propósito en la tierra: tu presencia y tus promesas. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.  

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