Paz, reposo
y seguridad
“El efecto
de la justicia será la paz y la labor de la justicia, reposo y seguridad para
siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras y en
recreos de reposo.” Isaías 32:17
El término
justicia significa la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde; en el
campo espiritual, su significado es un poco más profundo: se dice que un hombre
se puede considerar justo cuando sus actos concuerdan con los actos de Dios,
que es justo y perfecto. Realmente ningún ser humano en la tierra puede
satisfacer la justicia de Dios, la Biblia nos dice al respecto: “No hay justo,
ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios” (Romanos 3:
10b-11). Todos nosotros, sin excepción, hemos pecado, no importa cuán grande o
cuán pequeña haya sido la falta, ni tampoco si otros lo notaron o no; el pecado
no tiene tamaño ni tampoco nivel de gravedad, siempre está mal y tiene
consecuencias.
Si tenemos
en cuenta que la justicia es dar a cada uno lo que le corresponde, no
tendríamos derecho a la vida, nos correspondería morir eternamente. Debido a
nuestra incapacidad de ser justos y buenos, nuestro Padre Dios, quien nos amó
desde antes de nacer, nos proveyó un Salvador, su hijo Jesucristo quien es la
encarnación de la justicia de Dios; vivió cada uno de sus días en la tierra en
obediencia y perfección, pagó el precio por nuestros pecados, muriendo en una
cruz, y resucitó poderosamente de entre los muertos, satisfaciendo por completo
la justicia de Dios y poniéndola a disposición de todo aquel que decida creer
de corazón en Él.
Dios pasó
por alto nuestros pecados, nos dio vida juntamente con Jesús y nos cubrió con
su justicia para siempre. Jesucristo es la justicia de Dios y si lo hemos dejado
entrar realmente a nuestra vida, su efecto será paz y su labor será darnos
reposo y seguridad; reposo de nuestras angustias y seguridad de que tenemos un
futuro lleno de esperanza. Oración.
«Padre
celestial, yo no soy digno de ti, pero recibo tu regalo de amor y de justicia,
a Jesucristo tu precioso Hijo, quien murió para que yo tuviera vida. Que tu
palabra me de reposo y paz en los momentos de adversidad y tus promesas me
provean seguridad, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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