domingo, 29 de enero de 2023

La paz nos hace ganar la guerra

 


La paz nos hace ganar la guerra

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14: 27

Los apóstoles y demás discípulos de Cristo en tiempos de la iglesia primitiva tuvieron que atravesar diversas pruebas y circunstancias difíciles que formaron su carácter y fortalecieron su fe, fueron perseguidos, azotados, encarcelados, exiliados y asesinados por causa de Jesús y del evangelio. Pero sin importar cuan grandes eran sus dificultades sabían que contaban con el Dios que les dijo “la paz les dejo, mi paz les doy” y esto fue suficiente para llevar su fe y el evangelio de salvación hasta las últimas consecuencias gracias a lo cual hemos visto la luz de la salvación de Cristo todas las naciones de la tierra.

Hubo un hombre en la Biblia llamado Josué cuya misión fue conducir a Israel hasta la tierra prometida. Israel era un pueblo pequeño, sin ejército y sin armamento y las naciones que habitaban la tierra prometida eran grandes y fuertes, tenían ejércitos, caballos y carros de guerra. Humanamente era imposible pretender que en una guerra tan desigual Israel fuera el vencedor, pero esto no era imposible para Dios, Dios le dijo y le repitió en varias ocasiones a Josué “esfuérzate y sé valiente”. Dios no se refería a su fortaleza física o a su gallardía, se refería mantener su fe en el Dios que le prometió pelear sus batallas y la obediencia a su palabra que le garantiza la victoria total sobre sus enemigos. Josué por tanto tenía que confiar en Dios y tener paz interior para poder tomar decisiones adecuadas, no podía dejarse turbar el corazón por la angustia o el miedo, tenía que tener claridad mental para poder escuchar la voz de Dios y así lo hizo, al final Josué obtuvo la victoria y logró conquistar para Israel el vasto territorio del que se decía que fluía leche y miel.

Como creyentes en Cristo debemos ser conscientes que también afrontaremos desafíos que si bien pueden hacer tambalear nuestros sentidos, no podrán derrumbar nuestro cimiento que es la fe en Jesús, quien pelea nuestras batallas y en su palabra que nos garantiza la victoria es entonces cuando la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento llena nuestros corazones. Seamos Josues en esta tierra donde los enemigos de la fe parecen ser gigantes y preparémonos para enfrentarlos con toda la fuerza y el valor que solo la paz de Dios nos da.   Oración.

«Señor Jesús recibo tu paz, tu fuerza y tu poder, para vencer en tu nombre las batallas de mi vida. Que mi fe en ti sea el ancla de mi corazón y tu palabra sea la luz que me guíe y me de dirección. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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