Ser, tener y
hacer
“Dijo Moisés
a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de
vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su
nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y
dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” Éxodo
3:13-14.
Nuestra
prioridad en la vida es el ser, antes que el tener o el hacer, porque podemos
esforzarnos por tener muchas cosas, pero como dice nuestro Señor Jesús: “Porque
¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26), vemos que nuestro hombre
interior tiene mucho más valor que cualquier bien material o que el mundo
entero con todas sus cosas.
También nos
enseña el Señor la necedad que hay en priorizar el “tener” por encima del ser,
en Lucas 12:18-21 leemos: “Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los
edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi
alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come,
bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu
alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro,
y no es rico para con Dios.”
Es decir, al
final toda la cosa material se volverá polvo, pero nuestro espíritu volverá a
Dios que lo dio, (Eclesiastés 12:7), ya sea para condenación o para recibir el
galardón según nuestra fe en Cristo; entonces “ser rico para con Dios” es la expresión
que nos denota que la prioridad es el ser antes que el tener.
Y si nos
ocupamos en el hacer antes que en el ser, nos estaremos perdiendo la mejor
parte, como le enseñó Jesús a Martha, que andaba afanada y preocupada haciendo
muchas cosas, pero solo una era importante y sigue siendo las más relevante aún
para nosotros: pasar tiempo con el YO SOY, pues esto no nos será quitado (Lucas
10:38-42).
¿Qué cosa es
más importante para ti hermano, el ser, el tener o el hacer? Oración.
«Señor Jesús
quiero pasar tiempo contigo, en intimidad escuchar la voz de tu Espíritu y
experimentar el amor del Padre, quiero cambiar mis prioridades desde ahora en
adelante colocándote a ti en el primer lugar. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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