Acuérdate
del día de reposo para santificarlo. Parte 1
«Acuérdate
del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra; más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia,
ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo
Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó» Éxodo 20:8-11.
El cuarto
mandamiento, nos revela varios principios profundos que Dios quiere que
obedezcamos para nuestro bien.
Lo primero
que debemos entender es que “santo” significa apartado, el mandamiento
claramente dice que debemos apartar un día en la semana para nuestro descanso,
pero dice que Dios hizo todo en 6 días y en el séptimo descansó, ¿necesita Dios
acaso descansar? Lo veremos en un momento, pero primero debemos entender el
propósito del día de reposo y nuestro Señor Jesús lo explicó claramente:
“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el
hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27). ¡Fue un regalo de Dios para
el hombre!
El día de
reposo nos recuerda que nuestro descanso es Dios mismo, y cuando dice que Él
descansó de sus obras en el séptimo día, está revelando en este mandamiento lo
que nos haría descansar de nuestras obras: “Porque el que ha entrado en su
reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (Hebreos
4:10). La obra de Cristo en la cruz, su muerte y resurrección, nos hizo
descansar del pecado que nos esclavizaba y agobiaba, de nuestro propio esfuerzo
infructuoso por hallar paz y fue un regalo inmerecido, que por medio de la fe
hemos recibido para entrar en la tierra prometida espiritual que es Cristo
mismo, esto es reafirmado con su declaración: “porque el Hijo del Hombre es
Señor del día de reposo” (Mateo 12:8)
Así que, por
medio de la fe en Jesús, procuremos entrar en el reposo de Dios, pues así como
a Israel, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, pero debe ir
acompañada por fe para que no sigamos el ejemplo de aquellos a los que se les
anuncia el evangelio pero no quieren entrar en el reposo de Cristo y por tanto
no disfrutan de su paz. (hebreos 4:6,11)
Veremos en el
devocional de mañana otro principio de este cuarto mandamiento que estamos
llamados a obedecer. Oración.
«Padre,
descanso en ti gracias a la obra de Cristo, me ha comprado con su sangre
preciosa para pagar por mis pecados, por esto hallo descanso de mis obras, de
mi propio esfuerzo en tus verdes pastos de amor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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