viernes, 3 de junio de 2022

No te quedes en la orilla

 


No te quedes en la orilla, boga mar adentro

“Aconteció que, estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.”, Lucas 5:1-4

En el evangelio de Lucas se nos presenta uno de los encuentros, que se da en el lago de Genesaret, entre Pedro y el Señor Jesús. Ambos, podría decirse, estaban en aquel lugar con objetivos similares (el de pescar) pero con fines distintos. Mientras que para el discípulo el pescar era necesario para satisfacer su hambre física y la de su familia, para el Señor significaba saciar la vida de Pedro no de forma momentánea, sino eterna. Pero ¿cómo sucedería esto? Si observamos las Escrituras nos daremos cuenta que Jesús sube intencionalmente a la barca de Pedro; tanto para enseñarle a la multitud, como también al que en instantes comenzaría a ser uno de sus seguidores.

La Biblia no nos relata sobre qué predicó Jesús, porque el verdadero mensaje que quiere revelarnos no está en la orilla, sino mar adentro. Y ese mar adentro hace referencia a mi tiempo a solas con Dios, en donde en esos espacios que busco para estar en oración delante de mi Padre, en lo secreto; no hallo ruido, ni distracciones, porque mi enfoque está en escuchar su voz. Claramente el Señor lleva a Pedro a ese lugar para revelarle su poder, para mostrarle quién es Él y cuál es el propósito por el cual están allí. Y el propósito es que Pedro pueda entender que para conocer a Dios y ver su poder, necesita primero despojarse de sus razonamientos limitados, de su capacidad intelectual y/o física y comenzar a andar por fe. Y esto es justamente lo que sucede cuando, sin este discípulo darse cuenta, le reconoce a Jesús que toda la noche han estado pescando y que en su amplia experiencia sabe que si no pudieron obtener buenos resultados en horas de la noche (que es cuando los peces salen a la superficie a comer), mucho menos podrían pescar a plena luz del día cuando los peces buscan estar en lo profundo del mar.

Sin embargo, podemos ver que Pedro hace algo extraordinario, aún a pesar de su pensamiento, decide confiar en el Señor Jesús, y menciona las palabras claves que todo cristiano en cualquier situación debería pronunciar: “mas en tu palabra echaré la red.” Lucas 5:5b Eso sin duda alguna es rendir en fe, mi voluntad al Señor, hacer práctica mi fe, volver el conocimiento que tengo de Dios, más allá que un concepto, una experiencia real.

No sé si hemos pensado en esto, pero la multitud quizá se fue de ese lugar sin entender lo que Jesús enseñó, muchos hoy en día asisten a la iglesia o a diversos ministerios y no comprenden lo que se les enseña, se quedan con la teoría y olvidan lo importante de la práctica, pero si miramos el ejemplo de Pedro, Jesús quiere personas que no les baste solo con quedarse en la orilla del conocimiento de Dios, sino que anhela encontrar hombres y mujeres valientes que estén dispuestos a bogar mar adentro y sumergirse en las profundidades de Dios, aquellos que verán con sus propios ojos al Señor y lo que Él es capaz de hacer. La pregunta es: ¿Quieres ser de los que se quedan en la orilla o de los que bogan mar adentro?   Oración.

«Señor, hoy rindo todo mi ser delante de ti y te pido que no permitas que siga estancado en la orilla cuando lo que tú quieres es que te conozca de forma real y vivencial en lo profundo de nuestra intimidad. En el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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